ENOJO DE KIM JONG-UN

Se pinchó la distensión y no fue culpa de Corea del Norte

Corea del Norte ha suspendido las conversaciones de alto nivel que tenía previsto celebrar con el Sur debido a unas maniobras militares que han desarrollado de forma conjunta Washington y Seúl, informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap, citando a su equivalente norcoreana, KCNA.Ademas, Pyongyang ha amenazado con abortar por este mismo motivo la histórica cumbre entre su líder Kim Jong-Un y el presidente estadounidense Donald Trump, que tiene previsto celebrarse el 12/06 en Singapur.

Corea del Norte anunció que no tenía más remedio que suspender las conversaciones de alto nivel con Corea del Sur programadas para este miércoles 16/05 debido a los ejercicios militares entre USA y Corea del Sur en la península que van en contra de la tendencia de distensión que han asumido las 2 Coreas en los últimos meses.

La reunión debía centrarse en los planes para implementar la Declaración de Panmunjom surgida de la histórica cumbre intercoreana del 27/04. El presidente surcoreano, Mun Jae In, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, se comprometieron a terminar formalmente la Guerra de Corea y buscar la “desnuclearización completa”, dijo el Ministerio de Unificación del Sur, que maneja lazos con el Norte.

“Este ejercicio, dirigido contra nosotros, que se está llevando a cabo en Corea del Sur, es un desafío flagrante a la Declaración de Panmunjom y una provocación militar intencional que va en contra del desarrollo político positivo en la Península Coreana”, citó Yonhap a la agencia de noticias estatal KCNA.

Además, el régimen de Corea del Norte también amenazó con suspender también la reunión prevista con Donald Trump para el próximo 12/06 en Singapur. “Estados Unidos también tendrá que llevar a cabo cuidadosas deliberaciones sobre el destino de la cumbre prevista entre Corea del Norte y los Estados Unidos a la luz de este provocativo alboroto militar realizado conjuntamente con las autoridades de Corea del Sur”.

Precisamente este martes se conocerían las imágenes que probarían el inicio del desmantelamiento del centro de pruebas nucleares de Kim Jong Un, quien se comprometió a cerrar tras la cumbre intercoreana, según mostraban fotos publicadas y analizadas hoy por la web especializada 38North.

La decisión norcoreana sorprendió en Seúl y Washington. El Departamento de Estado se apresuró a señalar que oficialmente nada había cambiado y que mantenía sus planes para celebrar el cara a cara entre Trump y el Líder Supremo. “Nos basamos en que Kim Jong-un dijo con anterioridad que aceptaba los ejercicios conjuntos entre Estados Unidos y Corea de Sur”, afirmó la portavoz Heather Nauert. El Pentágono insistió en que se trataba de maniobras de rutina y netamente defensivas.

Corea del Norte puso en duda una cumbre sin precedentes entre su líder, Kim Jong Un, y el presidente estadounidense, Donald Trump, programada para junio, al tiempo que denunció unos ejercicios militares entre Seúl y Washington como una provocación y canceló conversaciones de alto nivel con Corea del Sur.

Un reporte de la agencia de noticias oficial de Corea del Norte atacó furiosamente los ejercicios de combate aéreo “Max Thunder”, que según dijo involucraron a cazas y bombarderos B-52 estadounidenses, y parecieron marcar un quiebre en meses de mejoría en las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur y entre Pyongyang y Washington.

Cualquier cancelación de la cumbre del 12/06 en Singapur, la primera reunión entre un presidente estadounidense en funciones y un líder norcoreano, sería un golpe para los esfuerzos de Trump por alcanzar el mayor logro diplomático de su mandato.

El flamante secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ha llegado este miércoles, por segunda vez en menos de un mes, a Pyongyang, con la esperanza de “establecer un marco que permita el éxito de la cumbre entre los dos presidentes”. Y un día después de la segunda reunión por sorpresa entre el líder norcoreano y el jefe de Estado chino, Xi Jinping, Japón, China y Corea del Sur han celebrado en Tokio su primera cumbre en tres años y han hecho alarde de una unidad poco común. El mensaje principal: el apoyo a la “completa desnuclearización” de la península coreana.

Que Washington iba a retirarse del acuerdo nuclear iraní es algo que se esperaba, y con lo que Pyongyang —que escudriña atentamente cada gesto y cada declaración estadounidense— ya contaba. Pero no facilita las cosas. Al menos no para USA

“¿Por qué Kim Jong-un tendría que creerse cualquier cosa a la que el presidente Trump se comprometa cuando este, arbitrariamente, rompe en pedazos un acuerdo que la otra parte está cumpliendo?”, se preguntaba en un tuit el exconsejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Anthony Blinken.

Especialmente, si lo que Washington demanda es la desnuclearización “permanente, irreversible y verificable” de Corea del Norte, como explicaba el propio Pompeo en su toma de posesión. Pyongyang no va a arriesgarse a dar pasos que le dejen sin su preciado poder de disuasión si no puede fiarse de que USA, en un momento dado, decida echar por tierra cualquier garantía pactada.

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