LIMPIANDO EL VERDE

Desafío impostergable: Un campo sustentable

No sólo los centros urbanos precisan de urgentes normas de seguridad ambiental. También las áreas rurales, en especial los lugares de producción agropecuaria. Pero no basta con decretos, resoluciones y leyes porque la clave es conseguir modificaciones en los hábitos y costumbres. De eso trata esta columna:

La cadena agroalimentaria argentina genera una gran cantidad de alimentos, pero ¿qué sucede con los envases plásticos de los insumos utilizados? Durante mucho tiempo, se recolectaba en el marco de un programa voluntario –AgroLimpio- el 30% de los envases plásticos de agroquímicos o también llamados fitosanitarios.

El resto de los envases tenían un destino desconocido u otras veces se encontraban tirados en los campos o arroyos sin haberles realizados el tratamiento de triple lavado o lavado a presión adecuado. Nos debíamos una ley de gestión de envases de fitosanitarios para cuidar nuestros campos y a todas las personas que, sin querer, pudieron haber hecho un uso incorrecto de esos envases. Por un gran trabajo del sector agropecuario, hoy es una realidad reglamentada como Ley 27.279 de presupuestos mínimos de protección ambiental.

Si bien la ley es obligatoria, lograr cambios de hábitos en las personas, lo considero uno de los mayores desafíos. Por ejemplo, ahora el productor agropecuario debe llevar los envases desde su campo a los centros de acopio. Para eso, los lugares de recepción deben estar lo más cercanos posibles del establecimiento del productor. Es claro que el corazón de esta norma es el trabajo conjunto de todos los actores del sistema productivo. Los cambios los generamos entre todos.

Todo el sector agropecuario es protagonista en esta ley. Es por eso que se está trabajando arduamente para crear conciencia, capacitar y elevar los estándares de la producción rural. En este momento, como Director Ejecutivo de CampoLimpio, me toca llevar adelante el sistema integral de recepción y transformación de envases vacíos de productos fitosanitarios, así como brindarles a los productores agropecuarios un asesoramiento integral en el tratado de envases.

En lo que respecta al asesoramiento, explicamos al productor cómo realizar el lavado de envases, a través del proceso de triple lavado o lavado a presión. También informamos acerca de cómo construir un Centro de Acopio Transitorio en su propio campo. Por ejemplo, entre otras cosas, el centro de acopio debería tener un piso impermeable, señalización, un techo con alero y acceso con candado para que sólo ingrese personal autorizado. A su vez, los envases deben estar ordenados adecuadamente con su etiqueta intacta, y perforados para su inutilización.

En cuanto a la transformación de los envases, a través del reciclado se generan diversos puestos de trabajo, se crean nuevos productos, como varillas y postes, y, por sobre todo, se protegen la salud de las personas y los suelos, evitando su degradación porque los residuos se depositan en el lugar que corresponde (Centros de Acopio Transitorios). Ya no se puede permitir que haya envases vacíos de agroquímicos quemados, enterrados o abandonados al costado de la ruta.

La Ley de Envases abre un nuevo camino hacia un agro más responsable y sostenible, y por suerte, son varios los productores que se están sumando a esta iniciativa. Con el compromiso de todos los actores de la cadena, podemos lograr un campo sin residuos, la clave está en la implementación de las buenas prácticas agrícolas para poder tener una agricultura sustentable que no dañe al medio ambiente o a la salud de las personas ni animales.

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