LOS PERSONAJES QUE TODOS INTERPRETAMOS

Es hora de sacarnos las caretas: ¿Podemos vivir sin ellas?

Todo empieza por una contradicción: usamos máscaras para poder sobrevivir en el mundo pero al mismo tiempo tenemos un deseo profundo de que nuestro verdadero ser sea visto y reconocido por los otros. El actor Jim Carey habla de los personajes que interpretó en su vida -entre ellos, el propio Jim Carey-, como meras construcciones. Ideas que uno se hace de sí mismo. ¿Es posible desprendernos de ellas? ¿Qué pasa cuando el cuerpo nos pide un cambio?

La máscara o careta es una pieza adornada que oculta total o parcialmente la cara, utilizada desde la antigüedad en ceremonias y carnavales.

Sin embargo, también existen las máscaras invisibles, las que todos usamos casi todo el tiempo, aún sin tener conciencia de ello.

Es que la vida sin ellas sería casi imposible. Decir todo lo que pensamos y sentimos verdaderamente en lo profundo todo el tiempo, probablemente haría que terminemos siendo tomados por locos.

Pero el problema es cuando nos aferramos a las máscaras y olvidamos por completo que las traemos puestas, que las hemos -de alguna manera u otra- elegido, que las podemos transformar, encontrarles nuevos significados o simplemente cambiarlas cuando ya no sentimos que nos representan.

Por otro lado, todos añoramos muy profundamente de ser vistos y reconocidos como somos por debajo de la máscara. "La mayoría de nosotros utiliza algún tipo de máscara, un personaje que esconde nuestros sentimientos, y presenta una cara pulida y controlada al mundo", escribió el psicólogo Rick Hanson,  investigador senior en el Greater Good Science Center en la Universidad de California, Berkeley y autor incluido en la lista de los más vendidos de The New York Times, en la revista Psychology Today.

"De seguro, es bueno tener un personaje. Por ejemplo, las reuniones de trabajo, las vacaciones con los suegros, o una primera cita, no suelen ser el mejor momento para derramar tus tripas. Sólo por que seas selectivo sobre qué le revelas al mundo no quiere decir que seas insincero, la falsedad es sólo cuando mentimos sobre qué es lo que realmente está pasando adentro. La mayor parte del tiempo, interactuamos máscara-a-máscara con otra gente. Hay un espacio para eso. Pero, ¿recuerdas los momentos en que alguien vio a través de tu máscara, dentro de tu verdadero yo, la persona detrás de tus ojos? Si sos como yo, esos momentos fueron al mismo tiempo desconcertantes e increíbles", escribió Hanson.

El psicólogo plantea que a pesar de que esos momentos dan un poco de miedo, todo el mundo desea ser reconocido.

Que sus esperanzas y miedos sean reconocidos -aquellos que uno suele esconder detrás de una sonrisa cortés o un ceño fruncido de frustración-. Sentir que tu ser más profundo, aquel que que está atrapado en la montaña rusa de la vida intentando encontrarle un sentido antes de que termine, ha sido reconocido por alguien.

Dado que esto corre en ambos sentidos, Hanson recomienda el siguiente ejercicio:
Durante esta semana, intentá percibir a la persona detrás de cada máscara. Tomate un momento para relajarte y dejar a un lado los prejuicios o juicios que ya has construido sobre alguien, y abrite al ser más profundo que está allí, quizás confundido o a la defensiva o actuando de manera problemática, pero que realmente solamente está deseando la felicidad y una manera de avanzar en la vida.

"Cuando alguien percibe eso de vos, que él o ella existe como una persona -no sólo como un dolor en el cuello o alguien con quien debes lidiar durante esta reunión, cena, rutina antes de acostarse, llamado, o experiencia sexual- entonces es mucho más fácil ocuparse del asunto entre manos, sea el que fuere", apunta Hanson.

En este video, el actor Jim Carey se refiere a las máscaras, aduciendo que él necesitó volverse famoso y conseguir todo lo aquello con lo que la gente sueña (fama, dinero) y obtener logros y éxito, como para poder resignar luego su apego hacia esas cosas. 

"Fue parte de la evolución del ego. Pasar la primera parte de la vida adquiriendo y pensando que podés agregarte cosas a vos mismo, y se ve grandioso cuando tenés un gran auto y una ropa increíble, y has hecho algo que la gente admira, pero eso nunca puede satisfacerte, nunca puede hacerte feliz. De eso no viene la felicidad", explica Carey, quien confiesa que ha lidiado con la depresión, la que considera un descanso profundo que pide el cuerpo de interpretar los personajes a los que estamos acostumbrados.

El actor agrega que la felicidad proviene en parte de darte cuenta que no existe un 'yo real' en primer lugar. "Es un pequeño y extraño salto semántico que das, porque suena totalmente amenazante, 'yo no puedo no ser yo, he construido esto', pero son sólo ideas. Sólo ideas."

Para Carey, "todos son personajes que he interpretado: incluido Jim Carey, incluido Joel Barish (N de la R: de la película 'Eterno resplandor de una mente sin recuerdos', incluidos todos ellos. Son todos personajes. Jim Carey fue un personaje menos intencional, porque yo pensaba que estaba simplemente construyendo algo que a la gente le gustaría, pero era un personaje. Interpretaba al tipo que no tiene preocupaciones, para que la gente cuando me viera no sintiera preocupaciones."

El actor dice que la diferecia entre la depresión y la tristeza, es que la tristeza es sólo circunstancial, tiene que ver con lo que pasó o no pasó, o con un duelo. "La depresión es tu cuerpo mandandote al diablo y diciéndote que ya no quiere ser ese personaje", explica.

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