FRÁGIL 2018

Mal año: Caerá el empleo al menos un 2% y el poder adquisitivo también

Venezuela y Argentina, en el primer y tercer lugar respectivamente, son las dos presencias latinoamericanas entres los primeros tres puestos del Índice de Miseria de Bloomberg, la prestigiosa agencia dedicada a la información económica y financiera. Esta información no es un secreto para nadie, mucho menos para el Gobierno que a toda costa trata de estabilizar la turbulencia económica que ha sacudido al país en las últimas semanas, y aunque hayan movido todas las fichas, el 2018 se volvió en un año muy frágil, o al menos así lo consideran los expertos. Según la consultora Fundación Capital, este año tendrá “un mercado laboral poco alentador” con menor actividad y mayor inflación, “el poder adquisitivo caerá en 2018; mientras en 2019 sólo los perceptores de seguridad social mostrarán una suba”, explican.

El nuevo escenario económico de menor crecimiento y mayores niveles de inflación tiene un impacto directo sobre las variables socioeconómicas y el mercado laboral. Por un lado, el empleo evoluciona de la mano de la actividad económica y por el otro, la mayor inflación implicará una pérdida de poder adquisitivo. Al menos así lo considera la consultora Fundación Capital, que asegura que lo que queda de 2018 será complicado. 
 
“Un mercado laboral poco alentador”, se titula el informe realizado en el que detallan que estas dinámicas se traducirán en una contracción de la masa salarial real de al menos un 2% inter anual (i.a.) en 2018. 
 
“Las mayores bajas se sentirán entre los empleados públicos (-7,9% i.a.), seguidos por el sector privado registrado (-1,7% i.a.) y los perceptores de ingresos de la seguridad social (-0,5% i.a.). Para 2019, la masa salarial real se mantendría prácticamente inalterada (0,3% i.a.), donde sólo el componente de seguridad social (+5,6% i.a.) mostraría una suba. Esto sucede en el marco de una inflación que se desaceleraría el año próximo, donde los haberes ajustan por movilidad con un rezago de dos trimestres”, explican. 
 
Por su parte, tanto la masa salarial real de los privados registrados, como la de los empleados públicos continuaría evolucionando por debajo de la inflación (-1% i.a. y -3,9% i.a. respectivamente), según Fundación Capital.
 
“En detalle, el aumento del número de jubilados y pensionados, vía moratoria y crecimiento vegetativo, compensará la caída en términos reales de las jubilaciones y asignaciones para este año (-3,5% i.a.)”, describen en el informe.
 
Y agregan: La movilidad evolucionará por debajo del nivel general de precios debido a una mayor inflación esperada para los próximos meses, y con salarios registrados aumentando por debajo de la misma (RIPTE: -2,4% i.a. en términos reales). Ambos componentes de la fórmula implicarán una suba promedio en el año del 24% para las jubilaciones y asignaciones, frente a una inflación promedio anual del 28,8%.
 
 
Por el lado de las asignaciones universales, se contempla un plan de salvaguarda de hasta $13,5 mil millones, si las condiciones sociales empeoran. “De implementarse el mismo, el gasto en asignaciones pasará del 1,3% al 1,4% del PBI, por lo que mostrarían una evolución positiva en términos reales, implicando que la masa salarial de la seguridad social pase de una caída de 0,5% i.a. a un alza de casi un punto en términos reales. No obstante, destaca que los $13,5 mil millones son un techo”, estiman los especialistas. 
 
Respecto a los empleados públicos, tras ser los únicos en perder poder de compra en 2017 (-1,3% i.a.), este año la baja se acentuaría con una caída del 7,4% i.a. “Esta pérdida se explicaría tanto por el lado de los salarios, donde la paritaria del sector cerró en un 15% a pagar en tres tramos (con cláusula de revisión en marzo del 2019), como por un menor empleo”. 
 
En este punto, la vulnerabilidad es alta pese a haberse acordado un congelamiento del empleo por dos meses. En efecto, se anunció el recorte de más del 6% de la planta estatal nacional entre 2018 y 2019.
 
El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es un tema por supuesto clave para la economía argentina, por ello, en el informe expresaron que en línea con los recortes del gasto público según el programa con el FMI, se anunció una reducción en gastos de funcionamiento de 0,4 puntos del PBI. 
 
“La mitad estaría explicada por una contracción, en torno al 15% en términos reales, del gasto en compra de bienes y servicios. Por su parte, la reducción de los gastos en salarios sería de 0,2 puntos, acorde con un incremento nominal promedio del 18,5% i.a. de la masa salarial pública”, consideran.
 
Finalmente, en el caso de los asalariados del sector privado registrado, el deterioro se explicará tanto por una caída del salario real, como por una ralentización en el empleo para la segunda mitad del año. Por el lado de los salarios, si bien aún persisten las tensiones entre los gremios y las autoridades, el incremento salarial nominal efectivo sería del 25% promedio anual en 2018. “En esta línea, los salarios en términos reales mostrarían una caída de al menos 3% respecto a 2017”.
 
Y continúan: el menor crecimiento impactará sobre la evolución del empleo, que estimamos se desacelere en el segundo trimestre. Cabe destacar que en marzo el empleo privado registrado se incrementó un 1,3% i.a. (+78,7 mil trabajadores), aunque con una evolución dispar entre bienes y servicios. Estos últimos, mostraron un alza del 1,5% i.a. con subas en todos los rubros, a excepción de intermediación financiera (-0,2% i.a.).
 
En sentido contrario, en el sector de bienes sólo la construcción (7,3% i.a.) y la provisión de electricidad gas y agua mostraron subas (2,4% i.a.), mientras el sector primario (-0,7% i.a.) y la industria manufacturera (-1,2% i.a.) evidenciaron una nueva contracción. Respecto a este último, destaca que lleva 26 meses de bajas consecutivas.
 

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