UNA APROXIMACIÓN A 2019

Macri vs. CFK: Claves de un cambio en mucha gente

La opinión pública en general se ha notificado de la paridad en imagen pública entre Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, algo que no necesariamente supone intención de voto aunque sucede a menos de 1 año del triunfo de Macri en la elección de medio término: deterioro rápido, y con mucho ajuste por delante. Esto surgió de recientes trabajos de Gustavo Córdoba, Julio Burdman y algunos otros investigadores, aunque la Casa Rosada ya lo sabía desde la visita al comenzar de los encuestadores de Isonomía. Pero ¿qué está sucediendo? Aquí una explicación inicial:

El ejercicio del poder, sin dudas, desgasta. Y en especial cuando se lo ejerce en el contexto de una crisis económica.

El llano, por el contrario, puede permitir una oxigenación de las consideraciones públicas. Una vez transcurrido un tiempo prudencial.

La imagen del presidente Mauricio Macri, tal como hemos mostrado en estudios anteriores, ha venido declinando sistemáticamente a lo largo de los últimos meses. Esto comenzó a fines de diciembre de 2017, momento en que tuvo lugar la compleja votación de la reforma previsional en el Congreso.

Desde entonces, la popularidad presidencial se sumió en una pendiente. En nuestra medición de los últimos días de junio, sobre 1.268 entrevistas telefónicas automatizadas, Macri llegó al 28,3% de imagen positiva y una imagen negativa del 57,3%. Lo que representó el punto más bajo desde que comenzó nuestro ciclo de mediciones de la popularidad de Macri como presidente, a principios de 2016.

Simultáneamente, se viene registrando en los últimos meses una ligera recuperación de la popularidad de Cristina Fernández de Kirchner. Y aunque no se trata de un giro abrupto, tenemos que su imagen positiva aumentó, mientras que su imagen negativa descendió.

En la medición antes citada, la ex Presidenta cuenta con 35,6% de imagen positiva y 52,4% de imagen negativa. Esto significa que, hoy,CFK tiene un balance de popularidad superior al de Macri.

La pregunta a responder es cómo se conjuga esto con la intención de voto. Es difícil hacer hoy una encuesta de escenarios electorales, porque no están los candidatos instalados.

Medir hoy no es relevar datos de una opinión pública creada, sino presentar a los consultados una pregunta imaginada por el entrevistador. Hicimos, de todos modos, el ejercicio en mayo y en junio, siempre en la misma semana del mes.

En mayo, un 29% dijo que votaría la reelección de Macri, otro 23% a CFK, 15% por otro peronista y el resto decía no saber. En junio, respondió que lo haría por Macri el 26%.

En junio, tras la pregunta sobre una hipotética primera vuelta, consultamos sobre un eventual ballotage entre el actual Presidente y la ex Presidenta. Y, tal como muestra el gráfico adjunto, lo que surgió de ello fue un virtual empate. Macri obtendría un 42,8% y Cristina Kirchner un 43,8%, con 13,5% de indecisos.

Estos números sugieren que los escenarios están abiertos. El 2015 quedó atrás, las percepciones se acomodaron, ya no hay tantas certezas.

Cambiemos viene trabajando desde entonces con la premisa de que sus candidatos se fortalecían al enfrentar a la ex Presidenta. Y que ese eventual ballotage, imaginario o real, era su activo. Su reaseguro.

Sin embargo, en el marco de una crisis económica y del derrumbe de las expectativas, esa premisa comenzó a diluirse. No sabemos cómo será el futuro, pero sí que algunos conceptos que creíamos parte del presente han cambiado.

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