INTENTANDO FRENAR LA GUERRA

Crece la expectativa por la cumbre comercial China-USA

En medio de la crisis turca, China anunció una nueva ronda de reuniones con USA para intentar dejar atrás la guerra comercial. Los encuentros comienzan este miércoles 22/08. Hay expectativas favorables para un entendimiento pero nada es seguro. Si la Casa Blanca mantiene una expectativa de bajar el déficit comercial con China a US$ 100.000 millones anuales, no será posible un acuerdo.

Miércoles 22/08 y jueves 23/08 de nueva ronda de negociaciones en materia comercial entre USA y China: Washington quiere que Beijing aprecie su divisa y retire su política de cesión de tecnología mientras que China podría ofrecer incrementar la compra de productos estadounidenses.

Sin embargo, en la prensa de China le han bajado las expectativas al encuentro, y las noticias al respecto pasan por la cumbre de Beijing del Foro sobre Cooperación China-África (FOCAC, por sus siglas en inglés) que se hará en la capital china entre el 03/09 y el 04/09, en la que se espera a todos los gobernantes del continente africano.

Luego, el mensaje hacia el frente político doméstico: el presidente Xi Jinping convocó a esforzarse para reforzar "de manera integral el liderazgo del Partido Comunista de China y la construcción del PCCh en las fuerzas armadas", asegurando "una sólida garantía política en la construcción de un Ejército fuerte".

Xi es también secretario general del Comité Central del PCCh y presidente de la Comisión Militar Central (CMC).

Pero hay un encuentro bilateral en progreso, y la paridad del renminbi o yuan es un tema central porque fue el inicio de la guerra que nadie quiere que continúe.

Un compromiso chino de revaluar el yuan sería un logro para Trump, quien entonces podría reponer los aranceles que le subió a China.

Sin embargo, para China una cuestión no menor resolver la transferencia de tecnología estadounidense, que Trump bloqueó.

"El diálogo tratará principalmente sobre cómo van a afrontar la evolución del yuan", señaló Robin Brooks, economista jefe del Instituto Internacional de Finanzas.

Análisis chino

Interesante, antes del encuentro, las declaraciones del embajador chino en USA, Cui Tiankai, durante una visita a Frankfort, Kentucky: "No podemos desarrollarnos a puertas cerradas (...) tenemos que abrir nuestra puerta aún más y buscar la cooperación con otros, especialmente con países como Estados Unidos", dijo durante el banquete de bienvenida ofrecido por el gobernador de Kentucky, Matt Bevin.

Ya lleva más de 30 años abierto en Beijing el 1er. local de Kentucky Fried Chicken (KFC), y fue lo que recordó Tiankai a Bevin, según difundió la agencia de noticias china Xinhua.

Bevin aseguró que su administración trabaja para reducir la burocracia a las empresas que desean invertir en su territorio, destacando la desarrollada red de transporte en Kentucky.

Él también admitió, ante Tiankai, que ciertas políticas comerciales que Washington DC está aplicado "han creado incertidumbre en los lazos comerciales bilaterales", pero se comprometió a trabajar para darle garantías a los inversores internacionales.

Desde la Casa Blanca

El presidente Trump ha acusado en numerosas ocasiones a Beijing de depreciar artificialmente el renminbi o yuan para mejorar la competitividad de sus exportaciones y así conseguir ganar cuota de mercado en el comercio global.

Trump ha señalado a esta política como una de las responsables de que USA tenga un déficit comercial con China de US$ 375.600 millones en el más reciente año.

Pero el problema que tiene Trump consiste en que la imposición de aranceles de hasta el 25% a unos US$ 50.000 millones en importaciones de productos chinos, y la amenaza de elevar esta cifra hasta los US$ 250.000 millones, sumado a la progresiva subida de tipos de interés de la Reserva Federal, agravó el problema porque el contraataque chino fue dejar caer más el renminbi o yuan.

"La divisa china cae como una roca y la nuestra está subiendo, y esto nos pone en desventaja", reconoció Trump durante una entrevista que concedió al canal CNBC.

Este escenario agrava el déficit comercial de USA con China, que se suponía que estaba corrigiendo.

El déficit creció +8,3% entre enero y junio.

Por lo tanto, y sin que se note mucho, Trump está necesitado de modificar la disputa con Beijing, en medio de presiones de empresas estadounidenses radicadas en China que cuestionan toda la situación.

Ahora, el Partido Republicano intenta una victoria, por pequeña que resulte, para presentar al electorado que irá a las urnas en noviembre.

Además, según la Casa Blanca, revaluar el renmminbi o yuan sería la salida más fácil para China.

El problema es que el renminbi o yuan podría no estar tan depreciado artificialmente como en el pasado, ya que la baja cotización actual responde también a la desaceleración de la economía doméstica y a la flexibilización de la política monetaria.

Además, China ha señalado que "no repetirá los errores de Japón", en referencia a los llamados 'Acuerdos Plaza' firmados en 1985, por los cuales Tokio pactó con Washington DC y otras potencias europeas un ajuste de sus divisas que derivó en una apreciación del yen de más del 50%, lo que llevó a un estancamiento larguísimo de la economía japonesa.

De todos modos, hay ánimo de superar la reyerta. La Casa Blanca señaló que espera que China lleve "propuestas concretas" aunque Trump cree que "no se puede perder una guerra comercial" cuando su país sólo exporta US$ 1 a China por cada US$ 4 que importa de China.

Esto llevaría al otro tema: la cesión de tecnología.

China obliga a las compañías que quieren instalarse en su territorio a ceder su tecnología a un socio local.

USA dice que ese socio chino luego utiliza esta tecnología para competir en los mercados globales con un precio más bajo.

Por lo tanto, USA exige que se cambie esa política.

Para China sería complicado pero también es cierto que hoy día se encuentra más avanzado tecnológicamente respecto de cuanto ejecutó esa restricción.

Otro tema para USA es que China elimine o limite las ayudas del Estado a las empresas chinas, tanto de forma directa como a través de la banca pública, mediante préstamos que no se devuelven.

En este caso, China sí podría hacer concesiones, ya que el propio país se ha dado cuenta de que este tipo de políticas le llevan a concentrarse en productos que cada vez ofrecen menos margen de rentabilidad.

De hecho, Beijing intenta reducir el peso de sectores como la siderurgia, el vidrio y el cemento, que son los que más quiere proteger Trump.

El límite

Ambos países tienen problemas para continuar la escalada de sanciones.

Beijing ya ha gravado 33% de todas las importaciones estadounidenses (muchas de ellas vinculadas a la energía, lo que daña su propia competitividad).

Washington DC todavía tiene margen pero la presión doméstica es considerable, y puede reflejarse en las urnas en noviembre.

Sin embargo, si la Casa Blanca mantiene una expectativa de bajar el déficit comercial con China a US$ 100.000 millones anuales, no será posible un acuerdo.

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