PELIGROSO PRESIDENTE DE LA CSJN

Llamen a Carrió, la más eficiente reguladora de Lorenzetti

Llamativa, y muy preocupante, frase del presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti: "Es necesario regular el mundo digital, porque si no lo hacemos corremos el riesgo de que surja una serie de problemas preocupantes con las falsas noticias que influyen en los ciudadanos, en los consumidores, en la privacidad y en la vida de los niños”.

La experiencia indica que, cada vez que no hay cierta Regulación en la vida de Ricardo Lorenzetti, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación muestra una preocupante personalidad de apetencia de más poder.

En algún momento las encuestas lo exhibieron con cierto prestigio y de inmediato sus allegados comenzaron a deslizar el proyecto presidencial del hombre de Rafaela (Santa Fe), con tan mala espina para él que el kirchnerismo lo ridiculizó, menospreció y estigmatizó. Lo rescató Grupo Clarín, porque era un aliado indispensable en la lucha contra la polémica y confusa Ley de Medios.

Ya en tiempos recientes, la reguladora más eficiente de Lorenzetti ha resultado la diputada nacional Elisa Carrió, quien hasta ha logrado que en algunos días Lorenzetti luzca humilde y sencillo.

Carrió le ha dedicado, para su empeñosa tarea de regulación de conducta, durísimos epítetos al presidente de la Corte Suprema.

En estos días, Lorenzetti ha descubierto que se cae la candidatura de Carlos Rosenkrantz a sustituirlo. El ex directivo de la Universidad San Andrés era el titular de la CSJN que ambicionaba Mauricio Macri, pero el proyecto político personal del Presidente de la Nación tiene ya bastantes problemas como para hacerse cargo también del de Rosenkrantz.

Lorenzetti ambiciona un 5to. período consecutivo al frente de la CSJN, aprovechando que Carrió parece tener otras inquietudes, y hay algunos datos a su favor: su escudero, el juez Ariel Lijo, logró esquivar el jury de enjuciamiento; y la Justicia en general se ha beneficado por la acción del magistrado Claudio Bonadío. El 2do. semestre 2018 luce optimista para Lorenzetti. Hasta es posible que el Poder Judicial de la Nación, con 82% de imagen negativa -desprestigio ocurrido, en parte, durante los días de Lorenzetti como N°1- reduzca tal desdoro.

En ese contexto, Lorenzetti concurrió al encuentro internacional “Delito de odio, discriminación e intimidación en la era de las redes sociales”, organizado por el Gobierno de la Provincia de Tucumán (¡Juan Manzur! El adversario en el pejota local de José López por la sucesión de José Alperovich... ) y el Centro Simon Wiesenthal (Abraham Cooper y Ariel Gelblung), en el Hotel Sheraton de la capital provincial.

Hay dos formas de trabajar contra el odio, la discriminación y la intimidación: una es la generación de empatía, de coincidencias y de concordia. La otra es la punitiva.

Sin embargo, es inútil enunciar exclusivamente la punitiva, y es hipócrita reivindicarla cuando poco o más bien nada se hace por la creación de un contexto diferente en la convivencia de la sociedad.

Ahí tenía Lorenzetti una buena oportunidad para lucir multidisciplinario, contemporáneo, complejo, casi millennial. Pero son días de júbilo para Lorenzetti... y se autodesrreguló.

Entonces él embistió: “Las leyes están relacionadas con un Estado Nacional y un tiempo histórico. En cambio en internet no existe un Estado y un tiempo. En internet impera la libertad de expresión”.

Es muy relativo esto que dijo Lorenzetti, presidente de una institución con tantos cambios en discursos liminares acerca de los derechos humanos y los indultos, la cuestión previsional (que Lorenzetti fue cómplice de 'cajonear' durante años) y tantas otras jurisprudencias.

Sin duda, es más grave lo de la CSJN que lo de internet, porque lo de la Red ocurre a la vista de todos y puede identificarse para, con presión de la opinión pública y de las autoridades, conseguir corregirlo, rectificarlo, contextualizarlo. Pero los fallos de los 5 jueces grandes suceden en un espacio confidencial, cerrado y sin conocimiento del complejo juego de intereses que presionan en los expedientes más polémicos.

"Es necesario regular el mundo digital, porque si no lo hacemos corremos el riesgo de que surja una serie de problemas preocupantes con las falsas noticias que influyen en los ciudadanos, en los consumidores, en la privacidad y en la vida de los niños”, aseguró Lorenzetti.

Probablemente sea la voz de su experiencia: bastante lo ha regulado Carrió. Sin embargo, también ahí surge las limitaciones de la regulación: Carrió lo puso en orden pero luego Lorenzetti pudo zafar de esa disciplina.

Xi Jinping en China y Recep Tayyip Erdoğan en Turquía, entre otros, han intentado controlar el mundo digital y han fracasado en el intento, más allá de sus rimbombantes expresiones. En USA, en cambio, las instituciones han trabajado en forma colaborativa con las empresas en sistemas de autorregulación, y sus decisiones han sido/son más influyentes y de largo aliento.

Según Lorenzetti, es posible regular a los que producen contenidos que hay en la red. Una red que ya lo es más de personas que interactúan individualmente. Ahora hay grandes grupos que interaccionan". Y en ese sentido “es necesario desarrollar tecnologías equivalentes para controlar los discursos de odio y el terrorismo”.

Muy peligroso lo de Lorenzetti. Harto peligroso. ¿Él administrará el odio? ¿La CSJN gestionará la cuestión del terrorismo? Debe recordarse que la CSJN fracasó en su intento de investigar el terrorismo contra la embajada de Israel, ¿y ahora buscará controlar lo digital?

Lo que parecería surgir detrás de todo esto es que a Lorenzetti le ha encantado que la CSJN se quedara con las 'pinchaduras' de teléfonos y otras tareas de intercepción y escucha, y estaría procurando ampliar el universo de esa oficina bajo su control.

Entonces, cuando Lorenzetti dice: “Si se pueden desarrollar algoritmos también pueden ser modificados para establecer controles” y, a la vez, “se puede dar capacidad a los ciudadanos para que controlen”, en el fondo estaría intentando incrementar su poder, una suerte de 'Gran Hermano'. No puede olvidarse que en la recordada novela '1984', quienes practican el espionaje estatal lo hacen creyendo que así defienden al Estado, amenazado por disidentes.

Lorenzetti recordó que en el nuevo Código Civil y Comercial están previstas acciones contra los discursos de odio internet, pero no serían suficientes y por ese motivo hay “que avanzar mucho más en las regulaciones del Código Penal y en los órdenes internacionales para que los operadores de internet puedan ser obligados a realizar controles o responsabilizados”.

Preocupa Lorenzetti. Comiencen a llamar a Carrió.

Algo más: regule o no regule la vida digital, Lorenzetti no podrá ni menguar no ocultar los rumores sobre los temas de la industria de la salud en los años '90 en Santa Fe.

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