RESILIENCIA

Si la primavera te bajonea, aquí 3 pasos sencillos para renacer

Hay una estación del año en la que todo lo que parecía acabado comienza a renovarse. Los árboles recurren a sus más profundas fuerzas vitales y las combinan con la lluvia para volver a florecer. Allí en donde parecía que no quedaba nada, la vida avanza otra vez. Esto mismo podemos hacer nosotros, si aprendemos a enfrentar nuestros pensamiento autocríticos, nos permitimos aprender de la naturaleza, y aprovechamos esta oportunidad para renacer.

Contrariamente a lo que reza el mito popular, la primavera es una estación en la que mucha gente se deprime. Muchos estudios alrededor del mundo han demostrado que es la época del año en la que se produce un pico en los suicidios. Es paradójico que mientras la naturaleza a nuestro alrededor está reviviendo, nosotros nos sentimos caídos. Pero es real. Para colmo, la sensación (muchas veces falsa), de que todos a nuestro alrededor la están pasando bien -excepto nosotros- puede redoblar el bajón. Si esto te sucede, no estás solo. 

"En cualquier momento, una porción considerable de la población está teniendo un mal día. Cuando esto sucede en un brillante día primaveral, sin embargo, el contraste entre lo que sentís y lo que creés que están experimentando las personas a tu alrededor puede ser desmoralizante", escribió Linda Wasmer Andrews, escritora especializada en salud, medicina, salud mental y psicoolgía, en la revista Psychology Today. "Esta es probablemente la época del año en la que menos esperas sentirte triste", dijo Rachel Annunziato, profesora asociada de psicología en la Universidad Fordham. "Si no estás disfrutando de la estación como los demás, podés preguntarte, '¿qué es lo que está mal conmigo?'"

Ignorar pensamientos autocríticos

Annunziato recomienda enfrentar estos pensamientos autocríticos:  "No es anormal tener épocas en las que no te sentís tan bien como en otras-y a veces eso ocurre en primavera."

Vale la pena seguir el consejo, dejar que los pensamientos autocríticos pasen. Intentar reprimir este tipo de ideas o erradicarlas por completo es muy difícil. Todos tenemos una voz crítica adentro a la que si hacemos demasiado caso, puede terminar bajoneándonos. Cuando aparecen estos pensamientos, lo que sí recomiendan muchos, es dejarlos pasar. Observarlos como si uno fuese un entomólogo analizando un insecto en un laboratorio.

Katie Byron -fundadora de 'El Trabajo', un método que enseña a las persona a terminar con el sufrimiento- dice que debemos cuestionar nuestros pensamientos, indagarlos. No dejar que se conviertan en creencias fijas:

"Un pensamiento es inofensivo a menos que le creamos -escribió Byron en el libro 'El Trabajo'-. No son nuestros pensamientos, sino nuestro apego a ellos, lo que origina el sufrimiento. Apegarse a un pensamiento significa creer que es verdad sin indagar. Una creencia es un pensamiento al que hemos estado apegados a menudo durante años. La mayoría de la gente cree que son lo que sus pensamientos dicen que son. (...) Nadie ha sido capaz, jamás, de controlar su pensamiento, aunque la gente quizá cuente la historia de cómo lo ha conseguido. Yo no dejo ir mis pensamientos: los recibo con comprensión. Luego ellos me dejan ir a mí".

Por último, es importante destacar que para Byron, la mente, y no las circunstancias de la vida, es la causante de la depresión.

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El poder de la resiliencia

La primavera viene a enseñarnos una lección. Los árboles, que han pasado todo el invierno pelados, coronando un paisaje triste y gris, reviven. Muchas especies retornan a su época de apareamiento. Pareciera que la vida que parecía terminada, da un nuevo giro y retorna con más fuerza, para explotar en colores y aromas en el verano. Si nos detemos a observar y percibir la naturaleza, nos concentramos en los árboles, en su determinación a volver a florecer, en los pájaros que vuelven a cantar, la naturaleza puede llenarnos de esperanza. Y puede enseñarnos algo que ya es nuestro: el poder de la resiliencia.

"Aprecio tanto lo resiliente que es la naturaleza y cómo consigue renovarse", escribió Stephen Sideroff, profesor asistente en el departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en UCLA, en la revista Psychology Today.  "Esos árboles que parecían tan muertos tenían la semilla de la vida profundamente adentro."

Al igual que la primavera es un momento en que la naturaleza se renueva, también podemos hacerlo nosotros. Dejando atrás eso que deseábamos y no pasó, o eso que no deseábamos y pasó. Aquí estamos parados hoy, con la oportunidad de empezar de nuevo. Porque no importa cuánto hayamos perdido o ganado en los últimos meses, todavía tenemos el regalo de la vida. "Al igual que el árbol encuentro nueva vida combinando las lluvias con sus fuentes vitales más profundas, todos tenemos el mismo destino potencial."

Los 3 pasos

Todo el mundo tiene, al igual que los árboles, el potencial de la resiliencia.

Según Sideroff, los pasos para ponerla en marcha son 3:

1. Creer que es posible. Uno debe conectarse con el propio deseo, voluntad y poder de renovación.
2. Aceptar lo que es. Uno debe saber que si desea recuperarse, el proceso puede tardar más de lo esperado y que uno podría no notar cambios al principio. Nuestros propios pensamientos autorcríticos pueden ser el mayor obstáculo. Esperar resultados demasiado rápido puede llevar a la frustración.
3. Trabajo consciente. Uno está intentando producir un cambio interior, y esto, además del tiempo que lleva, que suele ser largo, encontrará la propia resistencia. Una parte de nosotros teme al cambio y a la incomodidad que podríamos sentir si salimos de los pensamientos negativos a los que nos hemos habituado. Es importante tener esto en cuenta y ser persistente. Eventualmente, no darse por vencido traerá resultados.

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