COSTUMBRES

"Encontré el amor en un matrimonio arreglado"

Durante siglos en Occidente los matrimonios eran por arreglo. Todavía son costumbre en algunas culturas. La gran pregunta que yace de fondo en el tema es: ¿Es posible armar un vínculo allí donde no hay nada? ¿Pueden amarse ulteriormente dos personas que no se han elegido? ¿Pueden llegar a nacer la pasión y la atracción entre dos personas a los que no ligaron las mariposas en la panza, el enamoramiento, sino un tercero (como la madre o el padre)? Omar Durrani, un analista financiero criado entre USA e India, creía que no. Un día lo llamó su madre y le dijo que debía tomarse un avión a Nueva York a conocer una chica para él, que ya era tiempo de casarse. Eso comenzó un proceso de búsqueda que en última instancia lo llevó a conocer a su esposa. "El matrimonio arreglado no es un matrimonio forzado. Es, en cambio, la oportunidad de conocer a alguien en un encuentro concertado. Yo encontré el amor en un matrimonio arreglado y también pueden ustedes", explica en una charla TED.

Por definición, un matrimonio arreglado es aquel en el que los novios son seleccionados por un tercero, generalmente los padres o un familiar mayor, aunque hay casos en los que implica un casamentero como un sacerdote o líder religioso. Los matrimonios arreglados no son una costumbre del pasado en desuso. Todavía suceden todos los días en varias partes del mundo.

Hay que especificar que no hablaremos aquí de los matrimonios forzados (donde los novios o alguno de ellos no tienen elección en el asunto). Estos han sido condenados por las Naciones Unidas, especialmente cuando se trata de matrimonios infantiles. Hablaremos de lo que son los matrimonios arreglados consensuales, cuando la novia y el novio dan su consentimiento a que un tercero los enganche.

Los matrimonios arreglados fueron, hasta hace no demasiado tiempo, la norma en la mayoría de las sociedades, debido a que se creía que la sabiduría de los padres los hacía más aptos a la hora de decidir con quién debería pasar la vida su hijo/hija. Una concepción radicalmente diferente a la que prima en la era del amor romántico, centrado en las sensaciones y el deseo, la conexión íntima entre dos personas.

El matrimonio arreglado cobra más sentido si tenemos en cuenta que en una época, la edad promedio de casarse era mucho más baja y la movilidad social era imposible de otra manera. Otra de las razones detrás de la lógica del matrimonio arreglado, explica la periodista Laura Ling en un video del canal de YouTube Seeker Stories, era asegurarse de que el hijo o hija se casara con alguien de la misma raza o religión, en lo que se conoce como "matrimonios endógamos". Se utilizaban para asegurarse la continuidad de la línea sanguínea y la conservación de la riqueza. De vuelta, algo bien distinto a lo que experimentamos hoy en día, cuando estos factores pasaron a ser secundarios en comparación con la atracción, los sentimientos románticos.

Aunque hoy los matrimonios arreglado se hayan vuelto algo raro, todavía son la norma en algunas partes del mundo. India es un país con una gran tradición de matrimonio arreglado, que todavía se practica mucho hoy en día. Y Ling explica que, si bien desde Occidente miramos a los matrimonios despectivamente, algunos estudios indican que podrían no ser tan malos como la fama que se han hecho.

 

Un estudio, por ejemplo, comparó matrimonios por amor de Estados Unidos y matrimonios arreglados de la India, para ver qué práctica llevaba a uniones más felices. "Uno podría pensar que dos personas empujadas a estar juntas por sus padres, probablemente no se enamoren a primera vista, y es así. Pero en el largo plazo, los investigadores encontraron que las parejas estadounidenses estaban más enamoradas al comienzo de su relación, mientras que las parejas indias superaban el amor de los americanos a medida que pasaban los años. En promedio, ambos tipos de matrimonio eran casi igualmente felices", explica Ling.

Si bien la tasa de matrimonios arreglados ha estado cayendo durante gran parte del siglo XX, hasta hoy, en países como China existen "cazadores amorosos", buscando mujeres jóvenes para que se casen con hombres mayores y millonarios. Y hay mercados matrimoniales, donde los padres publicitan a sus hijos y les buscan compañeros de vida adecuados.

Una historia real: "Yo tuve un matrimonio arreglado y encontré a la mujer de mis sueños"

Nacido en USA, criado en India por su abuela, Omar Durrani tenía 32 años y estaba trabajando en Miami como analista financiero y de facturación, cuando su madre desde India lo llamó por teléfono.

"Hijo, tenés que viajar a Nueva York este fin de semana", le dijo la madre. "Tenés que viajar a Nueva York este fin de semana, hay una propuesta para vos y es la hija de mi mejor amiga."

"Mamá, no voy a viajar a Nueva York así nomás para conocer a una chica al azar, el amor no funciona así, no me vas a arreglar un matrimonio", respondió Omar.

"Sólo chequeá tu email, y cuando hayas comprado el pasaje, avisame", le respondió la madre.

"Mi madre es una mujer determinada-explica Omar en una charla TED-. Ella decidió que a los 30 años, debía casarme. Y a los 32, ya estaba 2 años atrasado. Mi madre es de una ciudad real de India y cree en la costumbre del matrimonio arreglado. Ella cree que primero viene la persona correcta y luego viene el amor. Pero yo soy un estadounidense, soy un emprendedor, soy un millennial."

Omar revisó el email por pura curiosidad. Y la misma curiosidad lo llevó a viajar, efectivamente a Nueva York. Conoció a la chica en cuestión y le gustó, pero cuando al otro día de la cita le mandó un mensaje, no obtuvo la misma respuesta. Omar llamó a la madre, devastado: "Mamá, no puedo creer que me hiciste hacer esto, te dije que los matrimonios arreglados no son para mí."

Regresó a Miami y durante meses, no volvió a hablar con una chica. Se dedicó al trabajo, a estudiar y a hacer ejercicio, además de enseñar ajedrez a los niños en los fines de semana. No tenía tiempo para el amor. Pero volvió a llamar su madre: "Hijo, el matrimonio es esencial en la vida.  Pensá en tu vida con una esposa, pensá en las generaciones futuras, pensá en la felicidad de tu madre y tu abuela."

Tras pensarlo durante meses, Omar se entregó a un nuevo encuentro arreglado. Esta vez, su madre consiguió a una casamentera llamada Fatima. Ella le hace llenar una especie de "currículum" con sus datos y su relato de vida, y Omar se vuelve un "éxito" en el "mercado casamentero". Chicas de todos lados llaman a Fatima para conocerlo. Omar seguía siendo escéptico respecto de todo el proceso a pesar de hacer accedido.

"No encontraba a la indicada y no creía que los matrimonios arreglados funcionaran. Pero, como mi abuela me había enseñado, mantenía mi fe en Dios y era optimista, sabía que en algún lado se encontraba mi verdadero amor."

El 21 de junio de 2015, el solsticio de verano, el día más largo del año, el 3º día de Ramadán: "Mi mamá me llama y me dice: tenemos la propuesta perfecta." Omar googleó a la chica en cuestión y le pareció hermosa, hablaron durante 30 días y finalmente decidieron conocerse. Omar se dispuso a viajar al Chicago pero perdió un vuelo, tuvo varios otros problemas -entre ellos una tormenta eléctrica- y llegó 7 horas tarde, seguro de que la chica que iba a conocer había perdido el interés por su demora. Pero no fue así. El amor estaba en el aire.

"Al instante de cruzar esa puerta y verla por primera vez, sentí un afecto profundo, un sentimiento de gratitud y si buscás en el diccionario, sentí la definición de amor", cuenta Omar. Charlaron y se conocieron más. Sus madres y la hermana de Omar estaban presentes. Se sentaron todos juntos. Más tarde, pasaron tiempo solos.

Luego, hacia el final de esa noche, Omar y la chica se sentaron enfrentados, escoltados por sus madres. La madre de Omar le preguntó a ella: "¿Te gusta Omar tanto como para casarte con él?" Ella asintió. Luego la madre de Omar le preguntó a la madre de la chica: "¿Te gusta Omar tanto como para que sea tu hijo?" Ella asintió. La madre de ella hizo lo mismo, le preguntó a Omar y a su madre si su hija les gustaba como para ser su esposa e hija, respectivamente. Ambas madres entonces les preguntan a sus hijos al unísono, si se gustaban como para casarse. Ambos asintieron. Al otro día, Omar compró un anillo matrimonial y le propuso matrimonio. Un año después se casaron.

"El matrimonio arreglado no es un matrimonio forzado. Un matrimonio arreglado es, en cambio, la oportunidad de conocer a alguien en un encuentro concertado. Yo encontré el amor en un matrimonio arreglado y también pueden ustedes", concluye Omar.

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