DIVORCIO DE 'LA CAIXA'

Repsol, libre de los catalanes, competirá en gas y electricidad

El grupo La Caixa, accionista de referencia de Repsol desde principios de los años '90 del siglo 20, anunció la decisión histórica de abandonar el capital de la petrolera, donde durante décadas fue accionista N°1. La Caixa, que conservaba a través de CaixaBank el 9,36% de Repsol, en la que llegó a tener más del 15%, fundamentó su decisión en "objetivos del actual plan estratégico". En el sector energético español afirman que hay profundas diferencias entre Repsol y La Caixa. Repsol era, junto con Criteria (brazo empresarial de La Caixa), el accionista N°1 de Gas Natural Fenosa (hoy Naturgy), pero se marchó del capital en el 1er. semestre, vendiendo su participación a CVC y Corporación Financiera Alba. Los nuevos accionistas, junto al fondo GIP, reclamaron a Naturgy y a su accionista N°1, Criteria, una fuerte política de maximización de beneficios. En tanto, Repsol anunció un nuevo plan estratégico para competir con Naturgy en el mercado eléctrico y de gas.

"(...) A la vista de la evolución de su paquete de acciones en Repsol, bien podría afirmarse que La Caixa (hoy Caixabank)comenzó su salida de la petrolera en el mismo momento en que entró. Su desembarco en la compañía, allá por 1996, respondió a su intención de proteger a su joya de la corona, Gas Natural (en la que controlaba un 34% del capital), de las fauces de los ejecutivos de la petrolera aún estatal (que tenía en la gasística también algo más del 30% de las acciones) nombrados por el Gobierno de José María Aznar.

El “maltrato” que Alfonso Cortina, a la sazón presidente de Repsol, y su equipo, infligían a Gas Natural, a “la que consideraban una filial de segunda categoría y donde imponían su voluntad”, según fuentes cercanas a ambas empresas, llevaron a la entidad financiera, entonces presidida por Josep Vilarasau, a colarse en el capital de la petrolera, en el que nunca llegó a alcanzar el 16%.

Coyuntural o no, el lobby catalán pudo comprobar que, pese a tratarse de una participación minoritaria, esta resultó suficiente para gobernar Repsol. Con la llegada del PSOE al poder (...) La Caixa hizo valer su poder, con el apoyo de los socialistas catalanes, para hacerse con el consejo de administración de la petrolera. Sin ofrecer resistencia, y pese a estar ya totalmente privatizada, en 2004, Alfonso Cortina dejó la presidencia que, desde entonces, ocupa Antonio Brufau, quien en ese momento era el máximo ejecutivo de Gas Natural.

Los vasos comunicantes banco-petrolera-gasística han sido una constante en unos años no exentos de conflictos de familia y en los que, a pesar del poder atribuido a los dirigentes de La Caixa, no ha resultado menor el de los responsables de Repsol.

De la provisionalidad de la presencia de la entidad en el capital de la petrolera da cuenta el que jamás adquiriese 1 acción más de la que tenía cuando se hizo con los mandos. Muy por el contrario, el paquete ha ido languideciendo y desde hace años figuraba claramente como una inversión disponible para la venta. (...)".

En días recientes, y a partir de qué hacer con las acciones de la argentina YPF, ocurrió el distanciamiento estratégico entre Naturgy (así se llama hoy día Gas Natural Fenosa) y Repsol.

Un problema para La Caixa, que honró su historia quedándose con Naturgy.

Luego, Isidro Fainé, actual presidente de Fundación La Caixa, la matriz de CaixaBank y Criteria, dejó el consejo de Repsol (donde era vicepresidente) a finales de 2016, cuando asumió la presidencia de Gas Natural Fenosa.

En forma simultánea, Antonio Brufau, presidente de Repsol, dejó la vicepresidencia de Gas Natural.

La Caixa comenzó a reducir en forma progresiva su presencia en el capital de Repsol, y se puso 2 años de plazo, mientras introducía la fórmula de scrip dividend (cobro en acciones o en dinero).

CaixaBank comenzó a utilizar su participación en Repsol para financiar y mejorar sus ratios bancarios, con emisión de bonos canjeables por títulos de la petrolera, o complejos derivados como los equity swaps, de los que ahora se desprenderá definitivamente.

Con la creación de su holding empresarial, Criteria (propietario del 20% que aún mantiene en Gas Natural, en junio bautizada como Naturgy), la participación en Repsol siguió directamente en manos del banco... a sabiendas que el Banco Central Europeo, que audita a CaixaBank, le exigía dedicarse exclusivamente a su negocio básico.

Luego, Repsol salió de Naturgy, con la venta de su 20% a CVC-Alba.

Aquella desinversión de Repsol en Naturgy, como la ahora anunciada desinversión de La Caixa, forman parte de un viejo acuerdo entre las partes.

Caixabank estaba esperando únicamente el mejor momento en Bolsa (que la acción de Repsol se recuperase por encima de 16 euros). De haber vendido hace un año, las pérdidas habrían superado los 1.000 millones de euros.

Tras la venta del 4,61% del capital de Repsol por unos 1.300 millones de euros, con la liquidación de 2 equity swaps, CaixaBank se desprenderá del restante 4,75% antes de que acabe el 1er. trimestre de 2019.

Repsol se convierte en “una petrolera como las demás”, pero su salida de Naturgy le permite entrar en el negocio eléctrico: ha adquirido activos eléctricos de Viesgo: 2 centrales de ciclo combinado, varias hidráulicas y su comercializadora en el mercado libre con una cartera de 750.000 clientes.

Ahora se prepara para ingresar al negocio de renovables, con proyectos fotovoltaicos: una estrategia dirigida a mejorar la imagen en tiempos dominados por la lucha contra el cambio climático.

En forma oficial, Repsol se queda sin accionistas de referencia.

Deutsche Bank mejoró su recomendación de Repsol de ‘mantener’ a ‘comprar’ y elevó su precio objetivo desde los 18 euros (US$21,20) a los 19,5 euros (US$22,97), porque sus analistas consideran que es la petrolera que saldrá más beneficiada con la nueva norma de reducción de azufre.

En 2020, los buques tendrán que reducir del 3,5% al 0,5% la emisión de azufre por imposición de la Organización Marítima Internacional (OMI), normativa que beneficiaría a Repsol porque tiene el destilado menos contaminante.

De hecho, esperan un aumento del 17% en el EBIT del grupo en 2020, a raíz de la normativa.

Repsol está cerca de los máximos históricos que marcó en julio y ha recibido una serie de recomendaciones positivas por parte de Berenberg, JP Morgan y Barclays.

JP Morgan y Barclays publicaron informes favorables sobre el sector petrolero en general y sobre Repsol en particular.

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