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La verdad sobre "la ducha de agua fría" y la excitación: ¿Mito o realidad?

No ha sido estudiado científicamente pero la cultura popular está llena de referencias a la "terapia" de la ducha de agua fría para bajar la excitación sexual, o aguantar un tiempo sin tener sexo. En la película Toro salvaje, el boxeador Jake LaMotta, encarnado por Robert De Niro, se derrama una jarra de agua helada en los pantalones, para aguantar la abstinencia sexual previa a una pelea. Pero, ¿realmente funciona? Según Ranjith Ramasamy, especialista en urología reproductiva de la Universidad de Miami, la respuesta es que "probablemente" sí.

Desde ya, todos conocemos las maneras más difundidas para bajar la excitación sexual: tener sexo o masturbarse. Pero no siempre lo primero es posible y no siempre lo segundo nos gusta o satisface. A veces un hombre o una mujer pueden tener una excitación sexual indeseada, la cual procuran bajar, reducir, aplacar. A veces desean concentrar sus energías para otro evento o simplemente abstenerse del sexo y la masturbación. ¿Cómo hacer?

Los antiguos germanos, relató el historiador Tácito, del Imperio romano, no tenían sexo con las mujeres hasta después de haber cumplido los 25 años, para reservar todo su vigor para las armas. "Sea como fuere, dominar la excitación sexual es un problema que presenta dificultades no sólo en el plano moral, sino también en el físico", explica el portal español, ComoPerderPeso.

En la novela de Gustave Flaubert, 'Las tentaciones de San Antonio', Satán se aparece ante el viejo ermitaño con el aspecto de una mujer hermosa: "Yo soy el placer -le dice-, lo más hermoso que Dios, ese viejo cascarrabias, ha dado a los hombres. Tómame, goza de mí; ¿por qué obstinarte en esta abstinencia absurda e inútil?"

El folclore popular habla de la famosa "ducha de agua fría" para bajar la excitación sexual.

La película Toro salvaje, en la que Robert De Niro interpreta al boxeador Jake LaMotta, lo muestra improvisando su propia versión de la "terapia de la ducha de agua fría", vertiendo una jarra de agua helada en sus pantalones, para aguantar su abstinencia sexual previa a una pelea. La canción "Ducha fría", de Erin Cruise, del año 1991, habla del uso de la cantante de la técnica de la ducha de agua fría para bajar sus pasiones. Y en la película y obra de teatro Grease, el personaje de Betty Rizzo canta que podría tomar duchas de agua fría todos los días para esperar al "señor correcto".

La ducha de agua fría, ¿es verdad o es ficción?

En foros en internet, varios usuarios mencionan la técnica como que funciona, a pesar de que el tema no ha sido estudiado científicamente.

Según Ranjith Ramasamy, especialista en urología reproductiva de la Universidad de Miami, la respuesta es: "probablemente", dijo a Brian VanHooker de Mel Magazine.

"Nadie ha estudiado directamente el enfriamiento del pene durante una erección natural y no prolongada, por lo que nadie sabe exactamente qué es lo que puede hacer el agua fría", dijo. "La mayor parte de lo que sabemos sobre cómo el frío afecta al pene, viene de estudios que utilizan métodos de enfriamiento para tratar el priapismo (una erección no deseada, que dura más de 4 horas). La teoría del mecanismo no ha sido probada, pero se cree que el frío induce a una mayor actividad en el tejido muscular liso del pene." El tejido muscular liso del pene, explica, rodea a los vasos sanguíneos, que dirigen la erección. Cuando hay una actividad incrementada, el tejido muscular liso aprieta a los vasos sanguíneos, impidiendo que pase la sangre. En conclusión, una ducha de agua fría podría ayudar a bajar la excitación sexual al detener el flujo de sangre hacia el pene.

Por otro lado, apuntes históricos hablan del uso de hierbas para bajar la excitación sexual. "A lo largo de la historia encontramos numerosas plantas que han sido utilizadas con la finalidad de reducir o eliminar la excitación sexual, si bien es cierto que hoy en día la mejor forma de conseguir este objetivo es seguir el elevado ritmo de vida que tenemos y mantener la cantidad de toxinas que ingerimos. Entre las plantas que calman el deseo sexual se encuentran el nenúfar, el lúpulo y la hierba de canónigos. Esta última recibe este nombre porque fue cultivada en los conventos, allá por el siglo XVI, con el fin de apaciguar las mentes de los frailes y alejarles de todo atisbo de pensamiento sexual", explica Txumari Alfaro en el libro 'Los remedios de la sabiduría popular'.

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