EL 'APORTE' DEL CAMPO

Retenciones y "la 125": Morales busca otro final de película (para Macri)

No es la primera vez que Gerardo Morales, parte del radicalismo de Cambiemos, ve que las retenciones a las exportaciones de granos pueden ser una de las soluciones a los problemas que tiene el país. Anticipó lo mismo en julio cuando Mauricio Macri insistía en que este impuesto "no es inteligente sino destructivo". Ahora el radical dice que el mandatario "se quedó corto con los $4" y que, en cambio, debería llevarlo al menos a $8 para evitar que la quita de subsidios termine con el bolsillo de los argentinos. Tiene ya el aval de algunos gobernadores. Sin embargo, otros no hacen más que traer los recuerdos de la famosa "125", que terminó aquel 18 de julio en el Congreso con una votación de película con el voto decisivo y no-positivo del entonces vicepresidente Julio Cobos, parte del "radicalismo K": no apoyó la medida y provocó una derrota política contundente del kirchnerismo.

 
 
El julio pasado, mientras el propio presidente Mauricio Macri afirmaba que "las retenciones no generan futuro, lo destruyen, no son un impuesto inteligente", el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, respondía que "mientras que dure la crisis" el sector agropecuario "debería hacer algún aporte o presentación" para ayudar desde el frente fiscal.
 
Ahora fue más lejos. No sólo porque se escapó hasta Paris en un momento sensible, sino porque desde allí habló de duplicar lo que se aplica a la exportación de la soja y derivados para que el sector haga el aporte necesario para evitar quitar subsidios.
 
"Me reuní con (Marcos) Peña, (Rogelio) Frigerio y (Nicolás) Dujovne y les decía que nos quedamos atrás con este tema", dijo Morales.
 
"En lugar de $4 por dólar tendríamos que haber puesto $8 al menos por seis meses para recaudar más recursos por esa vía, subsidiar más a las Pymes y lograr herramientas de manera tal de resolver el problema en la cadena de pagos", sostuvo el mandatario en declaraciones radiales.
 
De todos modos, en el Gobierno no están convencidos de aumentar las retenciones, tal como ahora piden propios y extraños. En el Gobierno reconocen que "es verdad que los gobernadores están pidiendo eso, pero que no podemos avanzar ahora con una idea así", dicen que las retenciones fueron similares para todos los exportadores y no solo para el agro.
 
El jujeño sostuvo ahora que al remarcar y tener más fondos, la Nación podría seguir manteniendo la tarifa social de luz y el subsidio al transporte público que no están contemplados en el Presupuesto 2019, lo que causará un duro golpe al bolsillo de millones de argentinos.
 
La propuesta que partió de un miembro clave de Cambiemos despertó el interés de los gobernadores que vienen bregando por la defensa de sus intereses, teniendo en cuenta que el Gobierno nacional les suspendió beneficios que los dejan sin recursos para desenvolverse en materia de obras y ante el riesgo cierto de que los habitantes de sus jurisdicciones sufran un brutal aumento en rubros como el transporte y la energía. 
 
En efecto, de aprobarse la propuesta de Morales, entienden que ya no sería necesario que la Nación suspenda los subsidios al transporte que haría subir a 35 pesos el precio del boleto por ejemplo en Santiago del Estero. Tampoco sería necesario que la Nación elimine la tarifa social de la energía eléctrica. 
 
Se supo que adhieren a la propuesta de Morales, varios mandatarios provinciales como Gerardo Zamora, Juan Manzur de Tucumán, entre otros. 
 
"Si prospera el pedido del gobernador de Jujuy, que es parte del propio Cambiemos, la Nación recaudará el doble por las retenciones y se logrará una herramienta que permitiría a las provincias seguir contando con el subsidio al transporte y la tarifa social de la luz, lo que sería una buena noticia para cientos de miles de usuarios", coincidieron anoche fuentes provinciales. 
 
En declaraciones radiales, Gerardo Morales contó que los funcionarios del Gobierno nacional (Peña, Frigerio y Dujovne) le respondieron que las retenciones son un "dato técnico" que se fijaron sobre la base de los precios de los insumos. "Yo no sé el dato técnico, les decía a los muchachos. Cada vez que me junto con ellos les digo: ‘¡Chango! ¿No nos quedamos cortos con esto?’ Hay que hacer esfuerzos para que no se nos caiga la economía", remarcó el mandatario jujeño. 
 
Vuelta por Paris
 
En medio de una devaluación brutal, Gerardo Morales no tuvo problemas para pasar la semana en París y participar de la feria de turismo en compañía de su flamante pareja, Tulia Snopek, en un viaje que casi pareció una Luna de Miel.
 
La última actividad que se difundió del gobernador Gerardo Morales en Jujuy fue el domingo 16 de septiembre. Llamó la atención su ausencia el día 19, en el lanzamiento de la Fiesta Nacional de los Estudiantes, una de las más importantes a nivel provincial, casi a la altura de la celebración de la Pachamama o del Carnaval para la idiosincrasia jujeña. 
 
Después de una semana sin ninguna noticia del mandatario, y apenas la oposición comenzó a pedir información sobre su paradero, apareció el sábado 22, en Francia. Viajó junto a Tulia Snopek, su actual pareja. Ese día, a través de la Secretaría de Prensa del gobierno, anunció como un gran logro un acuerdo con el Hospital Central de Poitiers (HCP). Sin embargo el convenio existe desde 2014 y el año pasado se renovó por cinco años. 
 
Morales no publicó en el Boletín' Oficial' un solo decreto respecto a sus giras oficiales, ni los viáticos que recibió por cada uno de esos viajes. A pesar que desde la gobernación buscaron enfatizar que el mandatario mantuvo en el país europeo una intensa agenda, solo se conocieron oficialmente 6 actividades, entre ellas encuentros vinculados con la gastronomía, el vino y el turismo, en dos semanas. 
 
Desde la oposición no evitaron el comentario de que fue de pre-luna de miel, con fondos públicos. 
 
Cada vez que el titular del Poder Ejecutivo se ausenta de la provincia debe emitir un decreto para designar en su reemplazo al vicegobernador y Presidente de la Cámara de Diputados, en este caso, Carlos Haquim. Si el viaje supera los 15 días tiene que solicitar autorización a la Legislatura. A diferencia de otras giras, no se anticipó ninguna visita oficial a Francia.
 
El recuerdo de "la 125"
 
En marzo de 2008, cuando el ministro de Economía Martín Lousteau anunció "la resolución 125" a tres meses y un día de iniciada
la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, que elevaba la alícuota de retenciones al sector agropecuario, nadie anticipó que se iniciaría un conflicto que se extendió durante 129 días.
 
La resolución 125/2008, firmada por la exmandataria y el entonces jefe de Gabinete Alberto Fernández, desató una pelea que duró cuatro meses, con cortes de rutas y una sociedad en vilo por la pelea campo-gobierno. 
 
La intención fue establecer una fórmula que transforme el porcentaje retenido en móvil, en una relación inversa con el precio de los granos. Si el precio en Chicago caía por debajo de los 200 dólares la tonelada, la soja tendría retenciones cero. Pero con el valor en 400, ese porcentaje de impuestos pasaría al 35,75%. Y con un precio de 600, que parecía inevitable en esos meses, la tasa de retención llegaba a 49,33%. 
 
Es decir que el Gobierno se quedaría con la mitad del valor de lo producido, algo que los productores agropecuarios no estaban dispuestos a aceptar.
 
El 12 de marzo de 2008 comenzó una huelga de comercialización de granos, anunciada por la Mesa de Enlace Agropecuaria que agrupaba a las cuatro principales entidades del campo (Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina y Coninagro). Como explicaron luego los dirigentes, los unió el espanto. 
 
Luego vinieron los cortes de ruta, las movilizaciones, los cacerolazos en la Ciudad de Buenos Aires, las contra-marchas K (con Luis D'Elía y Guillermo Moreno reconquistando la Plaza de Mayo) y negociaciones fallidas que solo lograron echar leña al fuego.
 
Todo tuvo un final de película la madrugada del 18 de julio en el Congreso, con una votación empatada en el Senado. El voto decisivo y no-positivo fue del vicepresidente Julio Cobos, parte del "radicalismo K": no apoyó la medida y provocó una derrota política contundente del kirchnerismo.
 
 
 

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