INTERNA OFICIALISTA

Arrinconado por Carrió, Macri quiere disputarle su principal capital político

El foco de tensión entre ambos socios hoy pasa por que 'Lilita' duda de que el Presidente esté dando la batalla que ella pretende contra la impunidad. Desde el Gobierno responden que el jefe de Estado no ha cesado en ese compromiso y que él -y no ella- es quien garantiza la lucha contra la corrupción.

La nueva crisis entre Mauricio Macri y Elisa Carrió devino en una nueva estrategia comunicacional del macrismo -a testear su efectividad- para contrarrestar un potencial efecto de los dardos de 'Lilita'.

Desde siempre, Carrió le aportó a la coalición oficialista - o así se pretendía- la dosis de necesidad de transparencia por la que siempre pugnó la chaqueña con su discurso en contra de la corrupción.

Macri -equivocado o en lo cierto- creyó que tener a Carrió a su lado le ayudaría a brindar a la sociedad la certeza, o al menos la sensación, de que en su gobierno no se repetirían las prácticas de la administración kirchnerista, muchas de ellas expuestas en los cuadernos de Oscar Centeno.

Carrió, así, se convirtió en un faro moral dentro de Cambiemos, incluso con rédito electoral, tal como se vio en las elecciones legislativas últimas, cuando consiguió cerca del 50% de los votos en la Capital Federal.

El foco de tensión hoy pasa por que Carrió duda de que Macri esté dando la batalla que ella pretende contra la impunidad. Lo que detonó esa bomba fueron las palabras del ministro de Justicia, Germán Garavano, quien dijo que no sería bueno que Cristina Fernández, en su condición de exPresidente, tuviera que afrontar una prisión preventiva.

Carrió enfureció e impulsa el juicio político contra Garavano -con quien mantiene un inquina de larga data- e instó al Presidente a "elegir o caer". 'Lilita' mostró este jueves que esa furia permanece y supeditó su reconciliación con el Presidente a "que me lo saque a Garavano" y demuestre así que la acompaña en la lucha contra la corrupción.

La tensión se palpó en el distante saludo que ambos se procuraron en el marco de un acto en el CCK.

La respuesta llegó por parte de los ministros Carolina Stanley (Desarrollo Social) y Alejandro Finocchiaro (Educación) en una conferencia de prensa. Dijeron que "nadie puede presionar al Presidente", pero el concepto más importante que esbozaron tal vez haya sido que Macri es una garantía del fin de la impunidad en la Argentina.

Según Finocchiaro, "desde el primer minuto de su mandato, (Macri) ha luchado contra la impunidad y la corrupción". En el mismo sentido, Stanley subió la apuesta al sostener que el jefe de Estado "es el principal motor de la lucha contra la corrupción y la persona que más hecho por la transparencia en nuestro país" y que "desde ese lugar nuestro espacio ha trabajado en ese sentido y lo seguirá haciendo, con él a la cabeza".

Las declaraciones parecen contener un doble mensaje a Carrió. Por un lado, que el Presidente no ha cesado en el compromiso de la lucha contra la corrupción; y por el otro, que es él quien encabeza la cruzada por la transparencia y no la líder de la Coalición Cívica, aunque una parte de la opinión pública la tenga más familiarizada con ese lugar que ahora Macri parece querer disputarle.

El giro discursivo del macrismo comenzó hace unos días a propósito de esta crisis. Había sido el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien ponderó la labor de Carrió en la materia pero aseguró al mismo tiempo que "acá el garante de la lucha contra la corrupción, el garante de la lucha por tener un Estado con mayor transparencia y el garante de las luchas contra las mafias es el Presidente de la Nación".

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también hizo declaraciones en un tono similar y el mismo Macri hizo gala de ese compromiso en la reunión de este martes del G-20 en su capítulo judicial.

"Estamos fuertemente comprometidos con la institucionalidad y la transparencia, fortaleciendo la lucha contra la corrupción y la impunidad, como ya lo estamos haciendo", dijo.

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