JAIR BOLSONARO VS. FERNANDO HADDAD

Brasil elige, Argentina observa

Dato para la Argentina: la investigación sobre corrupción en Brasil, conocida como 'Lava Jato' terminó con una opción electoral pobrísima: Jair Bolsonaro vs. Fernando Haddad. Los agentes económicos se aferran a Bolsonaro, creyendo que podrán limitarlo o condicionarlo o menguarlo. El riesgo es enorme. Los mercados también celebraron cuando Michel Temer reemplazó a Dilma Rousseff, y luego no lograron satisfacer sus expectativas. Pero las opciones son las que son, y el presidente del Ieral realiza un enfoque acerca de qué puede ocurrir en el vínculo geoestratégico Brasil/Argentina.

La economía de Argentina no ha recibido buenas noticias del frente externo en 2019. Las subas de tasas en USA, y las esquirlas que generan las disputas comerciales de Donald Trump, han incidido en forma negativa sobre Argentina este año, lo que sumado a su propia vulnerabilidad fiscal y externa, derivó en una crisis cambiaria que lleva varios meses, que disparó una fuerte recesión económica aumentada por otra mala noticia exógena, en este caso disparada por el clima: la merma en la cosecha de soja y maíz como consecuencia de la sequía.

Por tales motivos, lo que ocurra políticamente en Brasil y con su economía, es seguido con mucha atención desde la Casa Rosada.  Un impacto positivo desde la economía del principal socio del Mercosur podría resultar en una de las pocas buenas noticias externas del año, y que podría ayudar a lograr una recuperación en 2019, año con elecciones locales. Así las cosas, la disputa electoral en Brasil resulta importante para definir el rumbo político, económico y social de ese país, con fuerte influencia sobre Latinoamérica (LA), aunque desde una visión local resultará importante por la forma en que podría impactar sobre la economía argentina, siendo ambos países las mayores economías de Sudamérica e importantes socios comerciales.

Existen algunas semejanzas entre las economías de Argentina y Brasil en los últimos años. Son dos países que crecieron mucho cuando el contexto internacional resultó favorable a LA en buena parte de la década pasada, pero dado que ninguno de ellos realizó reformas estructurales en ese período de gran bonanza, para afrontar posteriores años menos afortunados, sus economías se estancaron y cayeron durante buena parte de la década actual.

La diferencia es que desde 2011 la economía de Argentina sube los años impares y cae los pares, mientras Brasil creció poco durante varios años, hasta que pasó por una profunda recesión en 2015-2016, con una caída acumulada del PIB superior al 7% en ese lapso. En 2017 Brasil mostró una leve mejora del 1%, y en 2018 podría crecer sólo algo más que eso.

Ambos países muestran, por lejos, la mayor presión tributaria de LA (alrededor del 35%), y también voluminosos niveles de gasto público, que los llevaron a déficits financieros muy altos el año pasado (cerca del 7% del PIB en Argentina, y del 8% en Brasil). También presentan pesadas deudas públicas, aunque en Brasil la mayor parte es deuda interna, además del hecho que dicho país cuenta con reservas en su banco central muy superiores a las de Argentina (18% versus 10% del PIB, respectivamente, en 2017).

Otra clara similitud es que los dos países se hallan involucrados en procesos judiciales en que se investiga y condenan graves hechos de corrupción ocurridos en los últimos años, en que se hallan involucrados políticos y empresarios. Una diferencia importante radica en que el 'Lava Jato' de Brasil lleva más años e involucra a políticos de varios partidos (aunque afecta más al Partido de los Trabajadores, PT), mientras las causas de Argentina ('Cuadernos', y otras investigaciones en curso) son más recientes, e involucran especialmente a políticos y funcionarios de los gobiernos que administraron el país entre 2003 y 2015.

 

Como consecuencia de estos procesos, en Brasil se ha condenado a 12 años de prisión a un ex Presidente, mientras en Argentina existe un proceso judicial y pedido de prisión preventiva para una ex Presidente, en ambos casos por hechos de corrupción.
A la hora de las diferencias, debe remarcarse que Argentina exhibía, en 2017, un déficit de cuenta corriente de cerca de 5% del PIB, mientras Brasil un leve superávit. Con la fuerte devaluación del peso observada en los últimos meses, el desequilibrio de Argentina tenderá seguramente a bajar.

Las vías por las cuales el proceso político de Brasil puede repercutir sobre la economía argentina son básicamente las siguientes:

Vía comercial: Brasil es el principal cliente para Argentina, y Argentina el tercer cliente para Brasil. Además, Brasil compra a Argentina principalmente Manufacturas de Origen Industrial (MOI), en especial automóviles y autopartes, de modo que la recuperación de la demanda del vecino país repercute rápido sobre ventas argentinas de alto valor agregado, así como sobre algunos productos regionales como Frutas, Aceitunas, Aceite de Oliva, etc. De hecho, ante el mayor tipo de cambio y recesión argentina que se observa desde el pasado abril, en los últimos meses de 2018 ya se observa una mejoría del saldo del comercio con Brasil.

Integración regional: No sólo por formar parte, junto a otros países, del Mercosur, un proceso integrador que avanza poco (o quizá directamente retrocede) en los últimos 15 años, sino también para visualizar las decisiones políticas que se toman en ambos países respecto a otros procesos de integración, en forma conjunta o individual, entre los que se destaca el proceso de negociación entre Mercosur y la Unión Europea (UE)

Repercusión económica de los procesos políticos y judiciales: Es probable que en Argentina se observe con atención el resultado que obtenga el PT en las elecciones de Brasil, porque podría ser tomado como referencia de lo que pueda pasar con el sector político que gobernó en Argentina hasta 2015, y por esa vía afectar la evolución de la economía local, antes de las elecciones de 2019, a partir del curso que tomen las inversiones reales y financieras en el país.

¿Cuáles son las características de los candidatos que disputarán el ballotage en Brasil, en especial en sus propuestas económicas?

Jair Bolsonaro, con su perfil de derecha y reaccionario, se ha beneficiado del hartazgo existente en la población hacia la corrupción, con su consecuente desconfianza generalizada hacia la clase política tradicional de Brasil. También se ha beneficiado con el aumento observado en los índices de inseguridad en Brasil, que llevan a que una porción de la ciudadanía reclame por mayor acción al respecto. En materia económica, se estima que podría continuar en la línea de reformas ya realizadas por el actual presidente Michel Temer (contención del gasto público, reforma laboral), así como finalmente emprender una reforma del costoso sistema de pensiones brasileño. Promete llevar a cabo privatizaciones y con su producido reducir la deuda pública, pagando así menos intereses y liberando recursos para la construcción de infraestructura. Ha afirmado que eliminará el déficit fiscal en el primer año, y para el ministerio de Economía propone a un técnico liberal.

Su perfil nacionalista arroja dudas respecto a la forma en que conducirá los procesos de integración regional de Brasil. Ha declarado que Brasil seguirá una agenda de acuerdos comerciales bilaterales, lo cual podría implicar bajar el perfil del Mercosur a Unión Aduanera, para que sus miembros puedan negociar con mayor libertad con terceros países o bloques. No necesariamente podría resultar una mala noticia para Argentina, con un Mercosur estancado o en retroceso en los últimos años. De ser electo, la prueba de fuego de Bolsonaro respecto al Mercosur surgirá cuando posiblemente se revierta la balanza comercial positiva de Brasil con Argentina, observada en los últimos años, ahora con un tipo de cambio mucho más competitivo en Argentina.

Fernando Haddad, estudió economía y filosofía, y cuenta con mayor experiencia ejecutiva, dado que fue alcalde de San Pablo y ministro de educación del gobierno del PT. Plantea revertir la reforma laboral y el proyecto de privatizaciones, y no avanzar con la reforma previsional. Promete subir impuestos a la porción de la población de mayores ingresos y no continuar con la política de gasto público que aumenta no más que la inflación. También pretende impulsar el salario mínimo, para que suba más la inflación. En materia de política internacional, declara su intención de fortalecer UNASUR.

¿Cómo podría impactar el resultado de Brasil sobre la economía argentina?

El impacto económico sobre Argentina del proceso electoral en Brasil, se dividirá en dos secuencias:

1) Percepción inicial de los mercados ante el posible resultado en el ballotage y una vez se conozca el ganador;

2) Reacción de los mercados y la economía Brasil ante la implementación efectiva de la política económica de quien resulte finalmente electo.

En la percepción inicial para los mercados, cuenta con ventajas Bolsonaro, que se ubica primero en las encuestas para la segunda vuelta. El impacto posterior, el que surgirá ante el rumbo efectivo que tome la política económica una vez que el nuevo presidente asuma, resulta por ahora una incógnita, entre otras cosas porque se deberá corroborar si el ganador aplica las políticas que propone en la campaña electoral.

Una victoria de Bolsonaro sería bien recibida por los mercados, y probablemente tendería a apreciar al Real, o a que no se deprecie como si la victoria fuera de Haddad. Si así ocurre, permitiría consolidar las actuales ventajas cambiarias de Argentina sobre Brasil. Y podría reactivar más rápido a Brasil, favoreciendo las exportaciones de Argentina a ese país, lo que podría constituir un importante factor reactivamente para Argentina, junto a una posible buena cosecha, tras un año de sequía

La derrota de Haddad tendría impacto negativo para las aspiraciones kirchneristas de volver al poder, y ello podría favorecer a la economía local en 2019. En cambio, si las encuestas muestran a CFK con posibilidades de ganar el año que viene, la economía se anticipará y podría agregar elementos negativos a la ya complicada economía argentina.

Frente al ballotage, quizá los candidatos deban ser más precisos en sus propuestas, aunque también es muy probable que se vuelvan más populistas en sus promesas, para atraer al votante mediano, y eso condicione la política económica de quien finalmente se imponga en el proceso electoral. No obstante, ante el hecho que Bolsonaro se ubica por ahora mejor posicionado en las encuestas para el 28 de octubre, podría morigerar el tono de sus promesas de campaña.

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