APRENDIENDO A AMARSE

Para aquellos que no podemos parar de darnos con un caño

Algunos sufrimos de una voz interna que nos dice que todo lo que hacemos está mal y que todo el sufrimiento del mundo es nuestra culpa. Esta voz no es más que "el sentido que vos le das a algo que inherentemente no lo tiene." Es posible modificar el lente a través del cual nos juzgamos a nosotros mismos, aprender a compensar esta voz meditando sobre nuestras cualidades y acciones positivas. Tratarnos como trataríamos a nuestro mejor amigo. Si bien la voz autocrítica nunca va a desaparecer del todo, cuando esta se desate a "parlotearnos" sin parar, estaremos más fuertes y sabios para poder frenarla en sus excesos.

1. Juzgate con compasión

La autocrítica en una sana medida, es positiva porque nos permite crecer. Sin embargo, algunos convivimos con una voz adentro que nos dice que todo lo que hacemos está mal, que todo el sufrimiento del mundo es culpa nuestra. No importa los logros que alcancemos, el éxito o reconocimiento externo que obtengamos, esta voz no se calla con nada porque nunca le será suficiente. La única manera de contrarrestar esta tendencia a la autocrítica severa es compensarla. Intentar callarla a la fuerza o reprimirla sólo hará que suene más fuerte.

Para empezar a contrarrestar la voz autocrítica, hay que intentar mirarnos a través de un lente más positivo activamente. Por ejemplo, una opción es hacer una lista diaria de todas las acciones positivas que hiciste en el día. Puede ser algo tan simple como sonreírle a alguien en la calle, ceder el asiento en el colectivo, embellecerte antes de salir de tu casa, darte un gusto a vos mismo, pequeños actos de compasión. También se puede hacer una lista de 15 cualidades positivas tuyas, y leerla cada noche. Puede incluir desde conceptos más amplios como "generosidad" y "buen humor" a cosas más concretas como "sé percibir cuándo un amigo necesita un abrazo" o "llamo siempre a mi mamá para saber cómo está, aunque a veces no tenga ganas."

Mirarnos a nosotros mismos exclusivamente a través de un lente negativo es una trampa mortal, nos deja en un lugar de depresión e impotencia. Evaluarnos de manera más real, más equilibrada, pudiendo apreciar nuestras cualidades y actos negativos pero también los positivos, nos permitirá levantarnos al día siguiente con más fuerza y ganas de vivir, así como ganas de transmitirle nuestra alegría a los demás. Al ver que la reacción de los otros ante este cambio nuestro será positiva, la voz autocrítica sufrirá su primer golpe: ya estamos luchando activamente contra ella. Esto generará un círculo positivo en espiral, en el que, cuanto más positivamente nos percibamos a nosotros mismos, mejor nos irá. Y a su vez, se retroalimenta, porque al irnos mejor, esto reafirmará aún más nuestra percepción positiva de nosotros mismos.

Hacer estos ejercicios diariamente podría abrirte nuevos canales de pensamiento, que fomentarán tu tendencia a verte a vos mismo positivamenteSi bien la voz autocrítica nunca va a desaparecer del todo, cuando esta se desate a "parlotearnos" sin parar, estaremos más fuertes para poder frenarla en sus excesos. 

*(Algunas de estas ideas están basadas en fragmentos del libro "Bajo la sombra de tu mano", del rabino Meir Bazak). 

 

2. Quitale el sentido que le otorgas a hechos y pensamientos

"Si sos como la mayoría de la gente, a menudo escuchas una 'pequeña voz' en tu cabeza juzgándote y criticándote: '¿Qué te hace pensar que podrás lograr eso?' 'La embarraste de nuevo.' 'Debe haber sido mi culpa.' Y así", escribió Morty Lefkoe, creador de un método psicológico para poder hacer cambios a nivel personal y organizacional. "La voz no es más que el sentido que le estás dando a algo que hiciste o no hiciste. Por ejemplo, decís algo en una fiesta y camino a casa, le das un significado al comentario: Dije algo estúpido y la gente probablemente se estaba riendo a mis espaldas." Otro ejemplo: "Decidís hacer algo que nunca hiciste antes y le das un sentido a esa decisión: no tengo posibilidades de tener éxito en ello." Este juicio y evaluación es darle un sentido a un hecho que inherentemente no lo tiene. De manera automática e inconsciente, estamos todo el tiempo otorgando sentido a todo tipo de hechos. Lo que Morty Lekfoe recomienda para detener a la voz autocrítica es parar de otorgarle un sentido a todo.

"Cada vez que te descubras juzgándote a vos mismo, date cuenta de que hay algún tipo de suceso externo o pensamiento interno que juzgaste. Date cuenta de que el juicio es algo que vos le agregaste al suceso o pensamiento. Una vez que hagas una clara distinción entre el hecho/pensamiento y el sentido que le otorgaste, este sentido se disolverá." De acuerdo al budismo, no es el dolor lo que nos causa sufrimiento, sino el sentido que le otorgamos al dolor.

 

3. Tratate como tratarías a tu mejor amigo

La autocompasión es un concepto derivado de la psicología budista, explica Marianna Pogosyan de la revista Pyschology Today. Consiste en tratarse uno mismo con amabilidad y cuidado, como trataríamos a un buen amigo. Según Chris Germer, psicólogo clínico y cofundador del programa Mindful Self-Compassion, una estrategia para aumentar nuestra autocompasión consiste en comenzar hacernos una serie de preguntas:
> "¿Qué necesito?" Cuando nos sentimos amenazados, explica Germer, nos costará responder. Por lo que podría ayudarnos seguir por la próxima:
> "¿Cómo suelo cuidarme a mí mismo?" Considerá de qué manera te cuidás a vos mismo cuando te sentís bien (por ejemplo, haciendo ejercicio, pasando tiempo con amigos, escuchando música) e intentá incorporar estos hábitos a tu vida en las épocas difíciles.
> "¿Qué le diría a un amigo querido en una situación así y cómo se lo diría?" Seguramente, a un amigo en una situación difícil le hablaríamos con calidez y comprensión. Así debemos hablarnos a nosotros mismos. Incluso, es recomendable tener gestos con vos mismo como los que tendrías para consolar a un amigo, como acariciarte el brazo o ponerte una mano sobre el corazón.

Considerá los sentimientos que te despierta ver a alguien que amás sufrir -empatíz, calidez, ganas de calmarlo-. Así como tu corazón se derrite por ayudar a un buen amigo pasando por un momento difícil, debería pasarte también con vos mismo. Germer destaca que es importante tener claro por qué uno es compasivo con uno mismo: no se trata de intentar manipular las propias emociones para sentirme bien ya, sino que el corazón de hecho se me derrita de amabilidad hacia mí. "Como parte de la familia humana, no te excluyas a vos mismo del círculo de compasión", explica Germer.

Dejá tu comentario