DEBATE TRAS SU PASO POR ARGENTINA

La bronca de Evo: Se agotan sus recursos y revive Vaca Muerta

La visita del presidente boliviano Juan Evo Morales Ayma (58) a la Argentina -sin reunirse con su par Mauricio Macri- encendió un fuerte debate en el país vecino por el contrato firmado hasta 2026 respecto de abastecimiento de gas, que corre serio riesgo por el avance de Vaca Muerta. La Casa Rosada prevé que la cuenca neuquina entregará previsiones suficientes como para iniciar exportaciones a Chile para 2020. Mientras tanto, los recursos naturales de Bolivia parecen estar agotándose, al punto tal que no está cumpliendo con las exigencias argentinas, debilitando aún más la postura vecina en las negociaciones.

"Gracias al incremento de un 200% en la producción de gas estamos logrando revertir nuestro déficit energético y posicionar a la Argentina como un exportador de hidrocarburos", afirmó el secretario de Energía, Javier Iguacel.

En este sentido, este lunes 22 de octubre se oficializó la exportación de gas a Chile mediante la Resolución 57 de la Secretaría de Energía publicada en el Boletín Oficial.

El funcionario precisó que esto aportará "mayores divisas" a la Argentina y permitirá "ir reduciendo el costo interno de la energía".

A fines de septiembre, Iguacel había redoblado su optimismo: “La exportación energética puede superar al campo en 10 años”.

Esto, sin dudas, es tema de debate en Bolivia por la reestructuración del negocio que ello implica; debate que se volvió a encender tras el paso del presidente del país vecino Evo Morales, que no se reunió con su par local Mauricio Macri. Versiones a las que pudo arribar Urgente24 indican que, en realidad, la Casa Rosada decidió no recibirlo. En tanto, desde el kirchnerismo aseguran que fue decisión del propio Morales mostrarse de espaldas a la Casa Rosada.

Lo cierto es que la relación entre Argentina y Bolivia se tensó aún más con este viaje y el primer mandatario indígena de Latinoamérica no logra destrabar lo que se dará en un futuro cercano: la caída del contrato entre ambos países, afectando a la balanza comercial de Bolivia.

Sin embargo, desde La Paz insisten que aún pudiéndose asegurar la demanda argentina de gas, el país fronterizo registra una política hidrocarburífera deficiente en cuanto a prever contingencias como el que vive el país en este momento, por lo que se está diluyendo su fuerza de negociación.

“En dos años no vamos a necesitar el gas de Bolivia”, así de contundente fue la afirmación de Iguacel, quien la semana pasado anunció que se acordó una reducción en las importaciones de YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos).

“Personalmente creo (espero) que se halle un acuerdo que permita cumplir el contrato y los pagos, por parte de Argentina, y ajustar realísticamente volúmenes y precios por el lado boliviano. Por lo menos durante unos años más los dos países se necesitarán”, asegura Francesco Zaratti, experto en el tema.

El geólogo Edmundo Pérez, experto en exploración, señala que el gran dilema que afronta Bolivia es si tiene el gas suficiente como para replantear una negociación adecuada con los dos mercados, especialmente Argentina.

“Es evidente que los volúmenes de gas producidos no garantizan el cumplimiento de entrega a los clientes internacionales. Principalmente el efecto es por la baja producción en los principales campos San Alberto, Sábalo, Margarita-Huacaya, como consecuencia a su agotamiento natural”, asegura Pérez.

Obligado a rediscutir precios para mayor competitividad

Desde Argentina, se informó que de este mismo 2018 se están gestando exportaciones con permisos temporales de gas desde Argentina a Chile con precios entre 4 a 4,5 US$/MMBTU para verano. Se está estudiando retomar exportaciones de gas a Brasil y hasta exportaciones eléctricas. Según Ríos, mucho dependerá del comportamiento de los próximos tres a seis meses y del cumplimiento de la Resolución 46 de estímulo de precios con los productores. Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio de Gas Energy Latín América

Desde el gobierno argentino. Días atrás, el propio embajador de Argentina en Bolivia, en contacto con la Agencia de Noticias Fides (ANF), Normando Álvarez, confirmó que Bolivia incumple el contrato por lo que hay una caída en volúmenes de gas enviados que los últimos meses apenas alcanza a 12 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd) y por ese hecho anunció la necesidad de revisar la situación contractual entre ambos países, cuyo contrato finaliza el 2026.

Deuda con Argentina

Tal como informó Urgente24, el jueves 18/10, Bolivia salió a reclamarle a la Argentina deudas por el gas. El presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Oscar Barriga Velarde, aseguró que se deben US$ 265,3 millones por consumos entre mayo y julio.

"Son US$ 2,8 millones de mayo, US$ 125,5 millones de junio y US$ 137 millones por julio. Además de US$ 5,47 millones por intereses derivados del retraso de esos pagos (es decir, US$ 270,7 millones)", precisó.

La autoridad boliviana ya intimó a la empresa Integración Energética Argentina (IEASA) por la deuda. Además, YPFB sostiene que existiría otra deuda por US$ 50,1 millones por intereses en el período 2008-2017, por lo cual el total adeudado llegaría a US$ 320,8 millones.

Ante ese panorama, el embajador Álvarez, mencionó que Argentina va a pagar. “Inclusive en estos días el envío de gas está en el orden de 12 MMmcd, no sé si está acordado o no, es a partir del mes pasado que está entre 15 y 12 MMmcd”, dijo a decir a ANF.

Además, fue puntual al mencionar que: “vamos a tener gas y Vaca Muerta, todo el mundo sabía que estaba avanzando y fue un gran mérito del gobierno de Macri que no dejó de invertir a través de YPF”, apuntó.

Francesco Zaratti, experto en energía y gas, escribió al medio boliviano Eju TV:La relación con Argentina se ha vuelto crítica en los últimos años debido a dos factores: la incapacidad de Bolivia de cumplir con el contrato debido a la estancada producción de gas y el retraso de Argentina en cancelar puntualmente las facturas mensuales.

Es evidente que una reunión entre los ministros del sector de ambos países debe abordar esos temas y eventualmente acordar una renegociación del contrato que tiene vigencia hasta el 2026".

La posición de Bolivia tiene su fuerza en el contrato y su debilidad en su limitada producción, independientemente de lo que diga la reciente controvertida certificación de reservas y con serio riesgo de incurrir en multas y penalidades".

Detalles del contrato

Carlos Miranda Pacheco, especialista en energía e hidrocarburos, analizó para el diario Los Tiempos:

En 2006, los gobiernos de Bolivia y Argentina suscribieron un convenio marco para la venta de gas natural y la realización de proyectos de integración energética.

En virtud a ese convenio, las empresas estatales YPFB y Enarsa suscribieron un contrato por el cual se provee gas a Argentina. Por tanto, correspondía a las autoridades de ambas empresas hacer el anuncio y dar la respuesta respectiva.

Por una adenda suscrita el 26 de marzo de 2010, ese contrato fue seriamente modificado en cuestión de volúmenes y calendario de entregas, con la realización de obras de integración energética. Se mantuvo la duración del contrato hasta marzo de 2026, con volúmenes de entregas incrementados hasta llegar a 2020 a 27 millones de m3/d, que sería el volumen máximo final.

Se estableció que el precio sea calculado con una fórmula similar a la del contrato con Petrobras, añadiéndose un dólar por millar de BTU. Es un contrato take or pay. Controversias sobre tiempos y volúmenes de suministro, y cualquier otro tema significativo, de no haber acuerdo entre las partes se someterán al arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional.

Asimismo, se establece la obligación de Enarsa para construir un gasoducto denominado GNEA y, por parte de Bolivia, ampliar su sistema con el gasoducto Juana Azurduy que conecte con el GNEA para recibir los volúmenes pactados, dado que el sistema del norte argentino no será suficiente y, finalmente, se acuerda la construcción de obras de integración energética favorables a los dos países, como ser la Planta de Extracción de Líquidos Carlos Villegas.

Como se puede ver, es un convenio de compromiso de avanzar en el futuro energético de la región, en plena coordinación entre ambos países. Este convenio, firmado el 2006, es un compromiso para hacer un recorrido conjunto en el futuro, que ahora, en 2018, se anuncia, será interrumpido por el generoso potencial gasífero de Vaca Muerta. Conjunto de formaciones geológicas donde existen shale oil y shale gas en Argentina y que se estima son las segundas más grandes del mundo.

El entusiasmo por la explotación y resultados que se obtendrán de Vaca Muerta en Argentina es muy grande. Hasta la fecha YPF se ha asociado con ocho compañías petroleras grandes, existe un compromiso de inversión hasta 2020 de 7.000 millones de dólares y se ha llegado al extremo de llamar a Vaca Muerta otra “pampa húmeda”.

Argentina está planeando producir 260 millones de m3/d de gas a partir de 2020. Una vez que haya llevado gas a las provincias del noroeste e incorporado a más de ocho millones de consumidores, habrá llegado a la autosuficiencia y podrá pensar en excedentes de exportación.

Esa exportación tendrá que ser en forma de GNL para poder acceder a los mercados del mundo. En esas circunstancias, el gas boliviano para el norte argentino podría ser más económico que llevar gas de Neuquén hasta el noreste.

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