LO QUE QUEDÓ EN LUJÁN

Francisco-Moyano 2019 y el detrás de escenario entre evangelistas y católicos

Hijo de madre evangelista y padre camionero, el sindicalista Hugo Moyano, en su relación con Francisco, dejó mucha tela para cortar tras su paso por la Aquidiócesis de Luján con los muchachos peronistas y sus queridos compañeros. Uno de los ejes que está traccionando esta estratégica sociedad para la unidad opositora es el diálogo que se abrió entre la iglesia católica y la evangélica que, hoy día, es la que más llegada tiene a los sectores más postergados de la sociedad argentina.

Con Hugo Moyano al frente de la movilización a Luján para asistir a la misa por Paz, Pan y Trabajo, quedó explícito el acercamiento de la iglesia católica con la pentecostal que se reabrió hace muy pocos meses en su lucha contra la despenalización del aborto.

El intento del camionero de asistir con algunos pastores de su religión no funcionó pero dejó un interesante debate puertas adentro de los evangélicos sobre su importante rol en los sectores más pobres de la sociedad, incluídas las cárceles del país, y una alianza estratégica con la iglesia católica que fue muy productiva -entienden ellos- para enfrentar la despenalización del aborto, y ahora podría aprovecharse de cara al 2019 contra quien quiso poner en duda su poder de convocatoria e institucional.

Francisco tiene los ojos puestos en la inminente llegada al poder del candidato brasileño Jair Bolsonaro, quien cuenta con un fuerte apoyo de los evangelistas: "¡Bolsonaro representa muy bien nuestros ideales de conservadurismo en la familia, de principios cristianos! ¡Señor todopoderoso, visítalo en el hospital donde se encuentra, restaura sus fuerzas!", vociferó el pastor evangélico Alfeu Gebrin a fines de septiembre ante una platea de hombres, mujeres y niños que le respondían con enérgicos "¡Aleluya!".

Sin dudas, Jorge Bergoglio sangra por la herida, ya que no logró imponer a su candidato Lula da Silva en el país vecino, el más católico del mundo. Si bien Bolsonaro se confesó católico, el Vaticano prefirió evitar el diálogo abierto con él.

Esto encendió las alarmas sobre lo que pueda ocurrir en Argentina tras el paso de Mauricio Macri por la Casa Rosada.

Miles de congregaciones evangélicas (casi 5 mil), cientos de templos, comedores, colegios, granjas de rehabilitación y un avance abrumador en las cárceles, los evangelistas lograron acercarse a los sectores más pobres como nunca antes, contra el vacío que dejó el catolicismo, hoy enfocado en la institucionalidad y recomponerse puertas adentro por los escándalos de abusos sexuales a menores y monjas, disparándose internas y diferencias que aún no logran cerrar.

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