MÁXIMO KIRCHNER

"Ese apoyo enorme de los medios y el sistema económico los achanchó"

El diputado nacional Máximo Kirchner (Frente para la Victoria/Unidad Ciudadana-Santa Cruz) también participó del debate por el Presupuesto 2019. Sin duda, su pensamiento es muy cercano al de su madre, la senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner, quien todavía no se expresó sobre estos temas. Se opine en forma positiva o negativa de los K, habrá que coincidir con el recientemente fallecido José Manuel De la Sota, quien luego de conocerlo durante un largo encuentro mano a mano, comentó: "No es el gordito de la Play que venden en la tele" (por la caracterización de un programa de Jorge Lanata por Canal 13-Grupo Clarín). Aquí Máximo K:

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Máximo Kirchner, por Santa Cruz.

Sr. Kirchner. – Señor presidente: después de haber escuchado a la mayoría de los diputados y al miembro informante del partido de gobierno, puedo confirmar que en el último presupuesto que envía al Congreso Mauricio Macri como presidente de la Nación, uno de los principales problemas que tuvo y tiene este gobierno -cuyas consecuencias sufre la gente- no es la herencia de lo que recibía sino sus creencias.

Este Congreso le votó todo al gobierno; cada ley que pidió la tuvo. Con diferentes artes y de diferentes maneras, construyó y generó los consensos para que se sancionaran las leyes de reparación histórica, de blanqueo, de reforma previsional y sobre fondos buitre, esta última como la madre del borrego del problema que tenemos hoy.

Está demostrado el fracaso. No lo resumo como el fracaso de un gobierno, sino el de un método de poder y de manera hacer las cosas en la Argentina. Existe un sentido común berreta y la entronización de la comunicación como un todo, donde todo tiene que agotarse o ser un spot. Tenemos matones en las redes, tuiteros feroces y trolls, pero finalmente llegan las consecuencias reales, las que vive la sociedad día a día.

Hay compañeros que se equivocan cuando hablan de recorte de gastos, porque lo que se están recortando son las áreas de salud y educación. Yo utilizo el término inversión, porque no creo que sean gastos los salarios de un médico o una médica o de un camillero. Tampoco es un gasto el salario de un docente o la compra de pupitres para una escuela. Cuando me refiero al sentido común berreta, hablo de esto. Cuando decían: “Bueno, se va el Fútbol para Todos y vienen los Jardines”, no vinieron los Jardines.

Se siembra más trigo, se compra menos pan, pero el precio sube, contradiciendo cualquier regla capitalista que uno pueda haber conocido.

Se dolarizan las tarifas mientras los trabajadores del gas y del petróleo no solo pierden poder adquisitivo en sus salarios, sino que negocian convenios laborales con peores condiciones de trabajo diarias.

Y la sociedad termina pagando en cuotas las tarifas dolarizadas. Entonces, el problema que se empieza a ver es otro: aquello que había despertado en un sector de la sociedad una lógica esperanza se va derrumbando.

¿Pero por qué se va derrumbando? Porque cambian las expectativas que tenía la sociedad. Las expectativas que hoy tiene la sociedad no son las mismas que tenía en enero de 2016. Los trabajadores que pagan ganancias, hoy el doble de los de esa época, ya no tienen expectativas de dejar de pagar este impuesto. La expectativa que tienen es no perder el trabajo y ver cómo hacen para pagar en cuotas las tarifas de luz y de gas.

Esto tiene que llamarnos a una reflexión. A mí durante todo este tiempo me ha tocado escuchar de otras bancadas cualquier cosa. Sin embargo, uno trata de aprender. Nos han sugerido autocríticas, pero ellos no la hacen.

Aparte, creo que se han achanchado. Ese apoyo enorme de los medios de comunicación y del sistema económico los achanchó. Se acabó la discusión hasta dentro del propio gobierno, que se fue cerrando cada vez más dejando afuera todo, hasta el punto de que sus propios diputados no conocen las condiciones que el Fondo Monetario Internacional está imponiendo.

Nos preguntamos por qué en el 2010 no se votó el presupuesto para el ejercicio 2011, del anterior gobierno. Era un presupuesto antagónico a éste, era expansivo: aumentaba los gastos en desarrollo social y en inversión humana. Porque también tenemos que ver dónde va la plata, porque se habla de austeridad pero ésta no es para los bancos y las LELIQ.

¿Cómo termina el tema de las LELIQ? Empezamos con las LETES, las NOVAC, los BOTES, las LEBAC a una tasa del 45 por ciento y ahora estamos con las LELIQ con una tasa del 73 por ciento. ¿Cómo termina esto? Para colmo, bajan al mismo tiempo el dólar. O sea, bajan aquello que ellos quieren comprar y cada vez tiene más pesos. Esto en un momento se va a cruzar.

Está bien que el viernes reciben 13.000 millones de dólares. Vaya entonces que nosotros teníamos razón: ¿cómo se consigue tanto crédito si se recibe un país quebrado? ¿O ustedes conocen a alguien en ese sentido que pueda lograrlo?

El nivel de endeudamiento ha sido enorme y no ha sido destinado para las cuestiones pendientes que dejamos nosotros, como por ejemplo la creación de una empresa pública de litio con capital privado para dar valor agregado a un recurso natural, o a poner de vuelta en movimiento aquel proyecto del potasio en Mendoza que se cayó cuando a la minera brasilera le dieron mal los números. El endeudamiento no se usó para eso, se fugó, no está.

Esto merece una profunda reflexión de todos, porque incluso la sociedad mira a los diputados y todos dicen estar preocupados por lo mismo, pero los resultados son antagónicos. Parece un acto de hipocresía, como si les estuviéramos tomando el pelo a todos.

Entonces, hay que aprender de esto. Han demostrado –pero no quiero generalizar porque sé que no son todos así en el gobierno- una gran capacidad para estigmatizar a la gente, para demonizarla, pero lamentablemente esa eficiencia que demuestran para eso no la tienen para gobernar y mejorar la calidad de vida de la gente.

Han sabido destruir y no han sabido crear. Este presupuesto es la fotografía de ese fracaso. Aparte, es el primer presupuesto que su tratamiento produce grandes incidentes y represiones afuera, lo cual es un llamado de atención. ¿Por qué no pasó antes esto? Porque cada vez la gente vive peor. Es como dijo hace unos meses el jefe de policía de la provincia de Buenos Aires: el aumento de la inseguridad está íntimamente relacionado con el desmejoramiento de las condiciones económicas de las mayorías sociales. Hay que tener cuidado con estas cosas, porque empiezan a aparecen personajes que se proponen como presidentes y tienen ideas muy extrañas.

Cuando uno ve lo que hoy pasa en Brasil se acuerda de lo que decía Lula, injustamente preso en Brasil, necesariamente preso para que aparezca este monstruo.

Lula decía que él no había aprendido a gobernar en Harvard ni en ningún lugar, que el concepto de él era gobernar como una madre, que puede tener tres hijos pero los quiere a los tres por igual, aunque siempre empuja y ayuda al que más le cuesta, al que más problemas tiene. Gobernaba con ese concepto. No como este señor que quiere ser presidente ahora y dice que va a matar y encarcelar al que piensa diferente.

Nosotros tenemos que estar pendientes de estas cuestiones porque después ya será tarde, las cosas pasan y nos agarramos de la cabeza porque no las vimos venir. Tenemos que tener mucho cuidado con las condiciones económicas y las subjetividades que se van creando en nuestra sociedad cuando se buscan culpables, se estigmatiza o se suprime al que piensa diferente.

Lo que uno ve en este proyecto de presupuesto es todo esto. Espero que se pueda aplicar y no suceda como con el anterior, que al otro día de haber sido aprobado fue modificado.

Más allá de que se caldeen los ánimos y nos gritemos cosas, tenemos que pensar bien lo que se está haciendo. El ejemplo que vemos de Brasil, con el arribo de un personaje montado en una antipolítica, es algo a lo que hay que prestar atención, y todo esto viene generado por las condiciones económicas, la mayor desigualdad, el poco crecimiento y la estigmatización.

Tenemos en claro que no es que la gente creyó que podía vivir por encima de sus expectativas, sino que lamentablemente el presidente no estuvo a la altura de sus promesas y de la responsabilidad que asumió con sus votantes el 22 de noviembre.

Es una pena, nadie se puede alegrar de esto, y no es para que nos lo refreguemos en la cara. Es un fracaso, y como tal hay que asumirlo y tratar de superarlo. Es lo que nosotros fuimos diciendo que iba a pasar. Lamentablemente está pasando, y es malo para la gente. Nadie puede pensar en qué tajada política se va a llevar de esto. Esto es lo que hay que tener en claro y es la reflexión que tenemos que hacer. La gente está esperando afuera un gesto. Ha habido gestos para el Fondo Monetario Internacional y para el sistema financiero, pero para los únicos que no hay gestos es para los trabajadores y los sectores más humildes. (Aplausos.)

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