ESTATISMO SUICIDA

Paradojas argentinas

Invitación del autor: " ¿Por qué no empezamos a hablar en serio alguna vez…? Y, quien te dice, se produce el milagro…". El Estado argentino (nacional, provincial y municipal) es opaco, caro, en gran parte inútil. Hay una enorme batalla por delante, en la que Mauricio Macri iba a ser un líder y terminó, tal como Justo José de Urquiza, abandonando la batalla cuando aún podía ganar.

Una vez más un debate en el Congreso de la Nación, esta vez en el Senado, al considerar el tratamiento de un proyecto de una “ley de leyes” como es el Presupuesto de una Nacion, mostró la mediocridad media en la que navega la sociedad argentina.

Los que señalaron falencias no tuvieron en cuenta su pasado del que son responsables de tal modo que las quejas por obras suspendidas y baja de partidas, se deben a su propia desidia y derroche en financiar el llamado “populismo”, enfermedad política degenerativa que está pasando de epidemia a pandemia, al propagarse a países que fueron ejemplos de institucionalidad republicana.

Hay varios tipos de “populismo”. El populismo argentino es berreta y bartolero y para ello es suficiente con mirar la grosería conque se mueven nuestras variables. Inflación del 40 y pico por ciento, devaluación del 100 en unos pocos meses, tasas de interés estrafalarias, niveles de pobreza agraviantes.

Cuenta Johan Norberg, en su libro “Grandes Avances de la humanidad” (Editorial El Ateneo, marzo 2018), que la pobreza extrema que en America Latina era del 23,9 en 1981, en 2015 había bajado al 5,6, mientras que en la Argentina en ese lapso creció llegando hoy a más del 30% si la medimos, más por “situación de pobreza” que por ingresos. En proporción a media que la población crece la pobreza disminuye, al revés de lo que nos ocurre a nosotros.

Pues bien, la Argentina, incluso en la “Década Ganada” viene al revés del mundo y de la propia America Latina; y en los debates tanto en Diputados como Senadores, nadie se hizo cargo, como si nuestro pasado fuera ejemplar.

Se hacen referencia al tamaño y presencia del Estado, pero la gente cuando tiene la posibilidad de huir del Estado, huye.

Cuando se estableció una opción legal sobre el régimen previsional, la mayoría se mantuvo en el sistema de las AFJP, pese que su costo era excesivo y el Estado ni siquiera tuvo aptitud y actitud para revisar el régimen legal que era lo que hubiera correspondido.

Ese sistema privado tenía una virtud contribuía fomentar y facilitar la vocación por el ahorro, medio esencial para generar un mercado local de capitales del que carecemos y sustituimos con ahorro externo y emisión monetaria.

Eso explica los 70 años de inflación y los 13 ceros que le sacamos a nuestra moneda 1968, año del famoso “peso ley”.

Parecería que eso enorgullece a nuestros políticos, sin excepción ya que ninguno puede tirar el primer peso…perdón la primera piedra.

Por el lado del gobierno el ministro Nicolás Dujovne se relamió diciendo con relación al ajuste que “…Esto nunca se había hecho en Argentina sin que caiga el Gobierno” (sic). Si a esta expresión la tomamos con filosofía esperemos a las elecciones de 2019 que sería el momento en que el gobierno podría “caer”. Quizás gana las elecciones y se consagraría como un joven profeta en su propia tierra. Digo joven porque en general los profetas son viejos…

En materia de educación, toda la gente que puede, y tengo en cuenta a la incluida en los deciles de menores ingresos recurre a la educación privada ya que no confía en el servicio de educación que brinda el Estado, además de acceso gratuito.

También una mayoría se atiende mediante sistemas de seguro de salud o medicina privada, sin tener en cuenta la alternativa gratuita que ofrecen los hospitales nacionales provinciales y municipales.

En materia de seguridad un amplio segmento social contrata servicios privados porque, con razón o sin razón, no confía en la policía pública.

A todo ello se suma una impresionante presión fiscal que contando la incidencia de los impuestos indirectos llega, según estimaciones serias, a superar el 60% de los ingresos, a cambio de nada, porque el estado desde años solo ofrece servicios de muy baja calidad.

Un ejemplo: hoy viajar en tren a Tucumán demora casi 30 horas, hasta hace unos años el viaje se hacía en 10/12 horas, a Mar del Plata -con una fuerte inversión en vías-, se demora mas de 6 horas cuando se viajaba en 4 horas y un ratito. Para hacer 8 Km de metro, me refiero a la línea “H”, se demoraron cuatro gobiernos municipales, 16 años y aun hay tramos pendientes.

En materia de transporte aéreo, pese al dinero que “invertimos” los contribuyentes en Aerolíneas Argentinas, ya se nota que alrededor de un 8% de los pasajeros del cabotaje se desplazan a las otras líneas que comenzaron a operar.

Ya que hablamos de Aerolíneas Argentinas una vez más le recuerdo al ministro de Transporte y al presidente de Aerolíneas Argentinas que el art. 9 de la Ley 26.412 dice: “En ningún caso el Estado nacional cederá la mayoría accionaria de la sociedad, la capacidad de decisión estratégica y el derecho de veto en las decisiones de la misma”. Esto significa que si existiera esa intención, es necesario modificar la norma legal mediante otra ley.

De todos modos, hoy sólo inversores ajenos al planeta Tierra podrían pensar en invertir en esa empresa; y esto no pasa de ser una fantasía ya que si llegaran a nuestro planeta serian seres de inteligencia superior…

Con estos ejemplos quiero poner en evidencia el hecho que mientras los políticos pregonan por el Estatismo, la gente cuando tiene opciones emigra a los servicios privados, aunque sean progres…

Les diría a nuestras dirigencias, ¿por qué no empezamos a hablar en serio alguna vez…? Y, quien te dice, se produce el milagro…

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