PORNOGRAFÍA MATA CIENCIA

Pene, a cirugía: Lo quieren más largo, más ancho... y más blanco

Aunque diversos estudios indican que el tamaño realmente no importa a la hora del acto sexual, algunos hombres se sienten inseguros y desean tener el miembro más largo, más ancho, pero también más blanco. Desde la psicología, advierten que la pornografía es la que hace aumentar la demanda.

 
 
Todavía se cuestiona si realmente importa el tamaño el pene pese a que muchos estudios han demostrado que no es lo importante. Pues, el porno pesa más que la ciencia sobre los hombres —de todas las edades— que están dispuestos a pasar por el quirófano para alargar y ensanchar su miembro viril. Incluso, para blanquearlo.
 
Si bien no hay estadísticas detalladas al respecto, las consultas y operaciones se han convertido en un fenómeno que viene creciendo desde ya hace varios años.
 
Según los especialistas, lo más curioso es que la mayoría de los que ingresan al quirófano no sufren de ningún problema de salud o tamaño disfuncional, si no que más bien acusan problemas de autoestima.
 
"Los parámetros de la sociedad cambiaron. Lo medios bombardean con información que nos dice que el tamaño importa y eso se transmite. Los y las adolescentes empiezan a creer que el tamaño sí importa y un número importante de la población ve afectada su autoestima por falsos conceptos", explicó el médico cordobés Servando Cima a 'Perfil', donde habló sobre las dos técnicas que se utilizan:
 
"En una de ella cortamos el ligamento suspensor y reducimos el monte de Venus, que es la zona arriba del pubis. de esta manera se genera una sensación visual de alargamiento. El otro tipo de operación es el engrosamiento y para este tipo de cirugía se utilza grasa autóloga. Con esa misma grasa, obtenida de la propia persona se engrosa el pene. Depende del tipo de pene se puede engrosar hasta 3 centímetros".
 
La Argentina se encuentra entre los 10 países donde más se realizan estas operaciones, según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica. Hasta hace muy poco, Alemania la encabezaba, mientras que el Reino Unido duplicada por diez el número de estas intervenciones que son, en verdad, un fenómeno global.
 
"No creo que (los pacientes) estén obsesionados con tener un pene muy grande. Más bien sienten que no dan la talla. Quieren tener un pene de un tamaño promedio", explicaba un especialista a la 'BBC'.
 
Según el profesional, lo que la mayoría de los pacientes piden es llegar a unos 12 centímetros. 
 
Según la psicóloga clínica Jessica Frankl-Weinberger, la pornografía también ha jugado un papel fundamental en el aumento de la demanda de este tipo de operaciones.
 
Y con ella concuerda José Gregorio Hernández, un cirujano que ha realizado más de mil intervenciones de este tipo en Venezuela, donde la crisis ha hecho bajar fuertemente la cantidad de estas operaciones.
 
Otra intervención novedosa que se realiza es el "blanqueamiento de pene", un tratamiento que empezó en Tailandia pero que ya se replica en varios países del mundo.
La zona genital suele tener un tono de piel más oscura que el resto del cuerpo y eso a algunos hombres no les gusta por lo que de a poco va ganando popularidad el blanqueamiento de pene.
 
La diferencia de tonalidad genera problemas de autoestima y muchos hombres llegan incluso a obsesionarse con eso y sentir una vergüenza que los cohibe hasta afectar su desempeño sexual.
 
Ante esta situación, este tratamiento gana popularidad. En Tailandia, cuna de este procedimiento, los pacientes tienen entre 22 y 55 años y generalmente pertenecen a la comunidad LGBT. 
 
Esta práctica, que también se realiza sobre la vagina, ya llegó hasta Europa. En el Instituto Médico Láser de Madrid (España), por caso, un centro especializado en este tipo de técnicas, ya atendieron a más de una treintena de pacientes sólo en los dos últimos años.
 
Contrariamente a lo que sucede en países como Tailandia, el cliente que más solicita este tratamiento son jóvenes de entre 20 y 35 años, heterosexuales y con el deseo de igualar la tonalidad de su piel en todo el cuerpo.
 
La técnica consiste en realizar una anestesia local y utilizar un láser que despigmenta la zona, un método parecido a cuando se quiere remover un tatuaje. En unos cinco o diez días el paciente ya se recupera, si bien al principio la zona está un poco dolorida.
 
El doctor Emiliano Grillo, dermatólogo del Instituto Médico Láser, advirtió en diálogo con medios europeos que en cada sesión se rebaja la tonalidad de la piel y que de media son necesarias tres. 
 
Pero también precisó que el tratamiento no es definitivo, sino que debe ir actualizándose: "Requiere una revisión hacia los dos años aproximadamente, porque la pigmentación es una cuestión genética y con el tiempo, la zona se va repigmentando".

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