SUPERUVA

Anarquistas de Recoleta estarían vinculados al crimen de un músico

La revelación pertenece al periodista Luis Gasulla. Afirma que los anarquistas que participaron en el atentado en el Cementerio de la Recoleta estarían vinculados con el asesinato en febrero de 2018 del músico de la banda Superuva. Dos de los cuatro agresores de la víctima fueron detenidos este jueves (15/11) en medio de los allanamientos a la casa de la calle Pavón que ya había sido allanada en febrero de este año por el crimen de Ledesma.

Muy grave lo que revela el periodista Luis Gasulla acerca de los antecedentes violentos de los anarquistas que atentaron en el Cementerio de la Recoleta y contra la casa del juez Claudio Bonadio. Más allá de si se comprueba su participación en el asesinato del músico de la banda punk Superuva en febrero pasado, la casa tomada de la calle Pavón en esta capital, siguió en ese estado y no fue clausurada. Ahora sirvió por los ataques que casi le cuestan la vida a la propia perpetradora pero que también podría haber causa otras víctimas.

A continuación el artículo de Gasulla:

Anahí Esperanza Salcedo (32) ingresó al Cementerio de Recoleta en silla de ruedas, con peluca y anteojos con una bomba casera. Llegó  junto con su amigo Hugo Rodríguez (38) a la tumba de Ramón L. Falcón, jefe de la policía asesinado el 14 de noviembre de 1909 -109 atrás-. Los terroristas, que se hacen llamar anarquistas, no llevaban celulares para no ser rastreados pero sí cámaras fotográficas para captar el momento en el que pasarían a la “historia” en un acto “revolucionario” de “justicia social”. El temporizador de la bomba casera, fabricada en una de las sedes anarquistas, falló y le provocó a Anahí Salcedo la pérdida de tres falanges de la mano, su internación en el Hospital Fernández y el peligro de morir. Rodríguez también fue detenido a pesar de que quisieron hacerse pasar por víctimas del hec

ho. Tenían DNI falso, pelucas y habían fabricado una bomba casera con cinco caños rellenos de pólvora. Uno de ellos superó la altura del muro del Cementerio de Recoleta, lugar en el que yace la tumba de Falcón, y destruyó la vidriera del local de comidas rápidas reconocido internacionalmente, ubicado a metros de allí. Pudo haber sido una catástrofe.

Ese mismo 14 de noviembre, Marcos Viola (26) sin antecedentes penales, fanático del “anarquismo” vernáculo, lector asiduo de Osvaldo Bayer, intentó volar por los aires el auto del juez federal Claudio Bonadío frente a su casa, en el barrio de Belgrano. Primero se dijo que el móvil era una venganza contra el juez por investigar a la obra pública y a Cristina Kirchner. FAlso. Bonadío había sido el responsable de encarcelar a un grupo de anarquistas que tiraron piedras frente al Congreso de la Nación en la manifestación contra la aprobación del presupuesto 2019. Viola suele concurrir a marchas de Madres de Plaza de Mayo de Hebe de Bonafini y se fotografió junto con Estela de Carlotto. Según el ministerio de Seguridad de la Nación, los tres terroristas frecuentaban la casa tomada en PAvón 2345 en la que se encontró caños, pólvora, clavos miguelitos, bulones y demás artefactos caseros para fabricar bombas. ¿Qué clase de idiotas conservan las pruebas del delito?

¿Quién financia a estos grupos? ¿Quiénes más participaron en los atentados?

El aguantadero de Pavón 2345 había sido allanado en febrero de este año. Unos días atrás, Ariel Cristian “El largo” Genez había asesinado a Juan Ledesma -baterista de la banda punk Superuva- al término de un recital en Quilmes. Genez también es músico. Tocaba en “Los Abelos Anarkistas” y decía en sus redes sociales que despreciaba a las bandas que tocaban por dinero. Quiso reivindicar su lucha asesinando a un músico “capitalista”. No lo hizo sólo. Cuatro personas golpearon a Ledesma en el piso luego de que “El largo” le diese tres cuchillazos en el tórax. La novia del músico asesinado también fue golpeada. Carolina salvó su vida de milagro. Dos de los cuatro agresores fueron detenidos ayer en medio de los allanamientos en Brasil al 1500, CAmargo al 900 y en el aguantadero anarquista de Pavón que había sido allanado en febrero de este año. Genez conocía a Anahía Salcedo. La familia de Ledesma identificó a Genez tirando piedras a Gendarmería en la marcha organizada por Sergio Maldonado para recordar a su hermano Santiago a tres meses de su desaparición. Genez fue parte de los manifestantes que tiraron piedras al Congreso de la Nación en diciembre pasado cuando intentaron ingresar al recinto. Genez compartió el aguantadero de Pavón con SAlcedo y con Rodríguez.

Salcedo, madre de dos hijos y beneficiaria de dos planes sociales, vivía en Malvinas Argentinas. En el mismo domicilio fiscal de su tía, Carmen, ex candidata a intendenta de Tigre por el Frente para la Victoria y empleada en el PAMI gracias a sus vínculos políticos. Hoy Carmen desconoce a su sobrina. Sin embargo, la dirigente que decía que “puede existir kirchneristas que no sean peronistas pero no peronistas que hoy no sean kirchneristas” reivindicaba en su Facebook la lucha armada de Montoneros por haber perdido un familiar. Otro pariente fue candidato a concejal. Su sobrina habría pertenecido a la agrupación “Simón Radowtsky” que nació para homenajear al asesino de Falcón, 109 años atrás. Bayer fue el investigar que investigó el atentado y, en documentales emitidos en los medios públicos, dijo:

“La bomba es la expresión de la ira del pueblo”.

Salcedo aseguraba que “nunca sería policía” que “la escuela debe morir” y que, en vez de predicar el poliamor había que rezar por “el poliodio”. Su rebeldía la llevó a distanciarse de su familia aunque en los registros oficiales figura la misma casa de la tía “política”. Son los que repudiaban la difusión del documental sobre Santiago Maldonado realizado por el cineasta militante del kirchnerismo, Tristan Bauer. “Para nosotros Cristina y Macri son la misma mierda” aseguran los anarquistas. En los últimos tiempos, este grupo de salvajes que odian a las instituciones de la democracia y a la política como forma de transformación de la sociedad, se convirtieron en la mano de obra idiota de la oposición al gobierno de Cambiemos. En la Universidad de las Madres, recuerdan a dos estudiantes -Cohen y Muñiz- anarquistas que vivían en la casa “del aguante anarquista” en Constitución y que llegaron a romper los baños  de la sede II en un rapto de bronca. “Solían vanagloriarse de golpear policías y de tirarles piedras en cada acto político en el que podían colarse” asegura un conocido de ellos a Periodismo y Punto.

¿Por qué la policía no clausuró el antro de Pavón si lo había allanado en febrero de este año?

¿Quiénes financian la reinvención de ideas anarquistas del siglo pasado con la supuesta lucha por el pueblo de Cristina Kirchner como se expresa en las aulas de la Universidad de Escobar en donde suele ser invitado a dar clases Sergio Maldonado? ¿Quiénes fueron los ideólogos de la planificación de ambos atentados?

La familia del joven Ledesma, asesinado en febrero de este año, son testigos de que los falsos revolucionarios -hippies con OSDE los llama Fernando Iglesias- no sólo están dispuestos a tirarle piedras a la policía. Son capaces de matar. Golpear a una persona que pide clemencia en el suelo y reírse en las redes sociales de sus acciones. No importa que sea un hombre o una mujer como Carolina, novia de Juan Ledesma. La familia del baterista de Superuva aún espera que la justicia condene a los cómplices de Genez, el punk anarquista que usurpó una casa, tiró piedras a la policía y acuchilló a un músico por “no tocar gratis al pueblo”.

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