EDITH CAVELL

La enfermera espía que fue condenada a muerte tras ayudar a soldados a escapar

El buscador de Google está homenajeando hoy, 4/12, a Edith Cavell, en el 153 aniversario de su nacimiento. Durante la Primera Guerra Mundial, esta enfermera británica salvó las vidas de cientos de soldados belgas, franceses e ingleses. Sin embargo, los alemanes la acusaron de "alta traición" y fue ejecutada a los 49 años.

Hoy, 4/12, se cumplen 153 desde que nació una heroína de la Primera Guerra Mundial: Edith Cavell. La mujer nació en Norfolk, al este de Inglaterra y decidió dedicarse a la enfermería luego de cuidar de su padre anciano, quien sufría una grave enfermedad. A los 30 años se convirtió en enfermera, se entrenó en el Royal Hospital en Whitechapel y realizó sus prácticas en el London Hospital.

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, la escuela y el Instituto quedaron en manos de Cruz Roja. Cavell se convirtió en agente del MI6, el servicio secreto británico y trabajó en Bélgica. Cuando los alemanes invadieron ese país, se ordenó que todos "los heridos peligrosos o sospechosos" fueran sacados del hospital donde ella era enfermera. Cavell abandonó sus labores de espionaje y se dedicó a ayudar a cientos de soldados a escapar hacia los Países Bajos, país neutral, gracias a una red de evasión organizada por belgas de la zona de Mons y franceses de Lille y Valenciennes, violando la ley marcial impuesta por los ocupantes.

Además de su trabajo como enfermera, se involucró con un grupo clandestino que en su momento se dedicó a albergar y ayudar a soldados franceses y británicos para poder escapar de la guerra. También enviaba mensajes sercretos cifrados en la ropa de los soldados a los que ayudaba a partir.

Edith Cavell ayudó a más de 200 hombres a salir del campo de batalla, pero tuvo que interrumpir su actividad cuando las autoridades alemanas la acusaron de traición. Quien destapó la red de ayuda a soldados fue un espía alemán infiltrado. Además de Cavell, muchos otros fueron arrestados y encarcelados.

Una de sus frases que pasó a la historia fue: “No puedo parar mientras haya vidas que salvar”. Google decide homenajearla por su heroísmo: A pesar de tener la oportunidad de escapar, ella decidió quedarse en la zona de guerra e intentar ayudar a las víctimas del enfrentamiento.

El gobierno británico no pudo hacer nada por salvar su vida. Los Estados Unidos, que aún no habían entrado en la contienda, ejercieron presiones diplomáticas. Luego de pasar por un tribunal militar, Edith Cavell confesó todo lo que hizo y pese al clamor popular que pedía se le dejara en libertar, fue ejecutada un 12 de octubre de 1915.

En los años siguientes a la muerte de Edith Cavell, su historia fue publicada en innumerables artículos de prensa, panfletos, imágenes y libros. Se convirtió en una figura icónica de propaganda para el reclutamiento militar en Gran Bretaña, y en Estados Unidos se utilizó para incrementar las simpatías hacia el bloque aliado.

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