CONTRA MARINO

Abuso en el Senado: "Me tocó los pechos y me dijo que quería ser gobernador"

Una denuncia por abuso sexual fue presentada hoy en la justicia en contra del senador nacional Juan Carlos Marino. La denunciante, una politóloga que tiene una larga trayectoria como trabajadora en el Senado, aseguró que Marino le mandaba mensajes "alusivos al sexo" y que además "le tocó los pechos mientras le decía que quería ser Gobernador de La Pampa".

Incucai lo acaba de premiar, pero paradójicamente ha sido denunciado por abuso sexual

Se trata del Senador Juan Carlos Marino que acosó sexualmente a una trabajadora del Senado. "Me tocó los pechos y me dijo que quería ser Gobernador", denunció la mujer. 

Los hechos de acoso y abuso sexual han tocado también a la política argentina y hoy 13/12 salió a la luz una denuncia en la que acusan a el Senador de La Pampa Juan Carlos Marino de abuso sexual.

La denuncia la realizó una empleada del Senado y también columnista del porta Lapoliticaonline, Claudia Mabel Guebel, que contó que "el senador estipuló que mis funciones fueran desempañadas desde mi domicilio. Nunca tuve un trato de amistad ni de confianza, sí de respeto por su función".

Y siguió: "Ilusamente pensé que trabajar junto a él era el lugar indicado para mí. Para mí era un desafío profesional por mi formación académica. El senador nunca leyó ninguno de mis informes", dice la denuncia.

En la denuncia ante la justicia, que por sorteo cayó al juzgado federal n° 5 y a la fiscalía federal n°6, la víctima fue bastanbte explícita en sus declaraciones, "me tocó los pechos y me metió la lengua dentro de la boca", fueron algunas de las frases que declaró la politóloga en su declaración.

Juan Carlos Marino (UCR) por La Pampa se desempeña en el Senado desde el año 2003. "Para mí era un desafío profesional por mi formación académica. El senador nunca leyó ninguno de mis informes", explicó la denunciante.

"Al mes de empezar a trabajar, comencé a recibir mensajes de WhatsApp a mi celular que conservo actualmente”, continuó y detalló: “En esos mensajes me decía '¿Dónde estás?' '¿Dónde vivís?' 'Voy a estar por allá; me doy una vuelta' 'Preparate, que voy a tu casa'. Me enviaba videos alusivos al sexo".

Guebel aseguró que los mensajes los recibía "constantemente, varias veces por semana". "Una vez que nos encontramos solos directamente me tocó los pechos y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos”.

Posteriormente, otro nombre salió a la luz en la denuncia por abuso sexual: Pedro Fiorda, también de la UCR y aliado de Marino. "Pedro Fiorda me comentó que Marino queria ser gobernador (de La Pampa) y que como estrategia quería acusar de pedofilia a un candidato también a Gobernador de Cambiemos... Después me tomo de los brazos con fuerza, me introdujo la lengua dentro de mi boca y me dijo 'te voy a llamar a ver como seguimos'".

En el relato también contó cuál fue su reacción después de ser abusada: sentí asco y mucho miedo, caí en cama con fiebre, con un cuadro de estres grave, y tengo las pruebas porque llamé a Osde, al servicio de emergencias y tengo todo documentado. No recuerdo que día exactamente fue, pero fue un 13 o 14 de abril de este año", sentenció.

Fue condecorado:

Paradójicamente, hace pocas horas el Senador Marino participó de la celebración del aniversario número 40 del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante -INCUCAI- y recibió una distinción por el trabajo realizado con la “Ley Justina”.

Invitado por el titular del organismo, Alberto Maceira, compartió la velada con la familia de Justina Lo Cane y parte de su equipo de asesores.

“La Ley Justina es una de las leyes más importantes de los últimos años. Significó un cambio de paradigma en lo que respecta a donación y trasplante de órganos y en tan solo tres meses de aplicación ya salvó la vida de decenas de personas”, sostuvo Marino.

La denuncia completa

En Buenos Aires, a los doce días del mes de diciembre del año dos mil dieciocho comparece ante el Señor Fiscal a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4 y Secretaria actuante, una persona que manifiesta su voluntad de formular una denuncia, a quien se le recibirá declaración, y se la instruye acerca de las penas previstas para el delito de falso testimonio, dándose lectura para ello del contenido de los artículos 275 y 276 del Código Penal. Preguntado si presta juramento o promesa de decir verdad, manifiesta "lo juro".

Acto seguido se le hace saber el contenido de los artículos 79 y 80 del Código Procesal Penal de la Nación, los que se refieren al trato que debe recibir, sufragio de gastos, protección de la integridad física y el derecho de ser informado sobre los resultados del acto procesal en el que participa, como asimismo se le hace saber lo preceptuado por el artículo 243 del mismo ordenamiento legal. Interrogada a tenor del artículo 249, segundo párrafo del código adjetivo citado, la compareciente dice ser y llamarse CLAUDIA MABEL GUEBEL, titular del DNI 18.509.361, nacida el 29 de diciembre de 1966 en esta ciudad,  hija de Delia Ethel Kolomietz (f) y de Mario (f), licenciada en ciencias políticas especialista en defensa nacional, domiciliada en la calle Menicue N° 4716, piso primero, departamento “D”, de esta ciudad.

En este acto la compareciente manifiesta: “Pertenezco a la Cámara de Diputados, soy planta permanente desde el año 2001, me desempeñé en las comisiones legislativas. Durante el periodo comprendido entre los años 2004 y 2016 en forma ininterrumpida me desempeñé como Secretaria de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical, y además era la Secretaria del Tribunal de Ética y Disciplina del Partido. Entre mis funciones estaba la elaboración de la plataforma del partido y de la selección de los candidatos presidenciales, por lo cual mi grado de exposición pública fue notoria a nivel nacional, en efecto presenté una candidatura en el espacio UNEN representando la lista eminentemente radical.

Inmediatamente después de esas elecciones, acordé con Gerardo Morales cederle la Convención, y me fui a trabajar a la Cámara de Diputados, precisamente a la Comisión de Juicio Político. Yo no elegí el destino, era donde había lugar porque esa Comisión no funcionaba desde los últimos diez años. De hecho, por ese entonces en la Cámara de Diputados con la gestión del Dr. Monzó había examinado en un estudio psicotécnico a todo el personal de la Cámara, y mi informe dió como resultado que me encontraba sobrecapacitada, por lo que me dieron la posibilidad de elegir mi destino, pero no lo logré por falta de contactos.

Quiero aclarar que ese informe está a disposición para consulta. El Dr. Amarilla era la autoridad máxima de esta Comisión de Juicio Político. Tenía en su poder varias denuncias por acoso y violencia en la Dirección de Comisiones. Amarilla desde mi ingreso a la Comisión me persiguió profesionalmente, me acosó, me intimidó diciendome que me investigaba con servicios de inteligencia, un día incluso lo vi merodeando por las inmediaciones de mi casa ubicada en la calle Alsina y Entre Rios, todo esto lo puse en conocimiento de las autoridades de la Cámara las que respondieron afirmativamente abriendo un sumario, aunque no fue expulsado. En la actualidad se desempeña como asesor del Diputado Olmedo.

Posteriormente, pedí pase al Senado para asesorar a algún dirigente del Partido Radical. Fue así que desde hace un año aproximadamente y hasta hace alrededor de tres meses asesoré al Senador por la provincia de La Pampa Juan Carlos Marino. Marino estipuló que mis funciones fueran desempañadas desde mi domicilio y presentaba los informes y cubría los debates parlamentarios cuando se me solicitaba que participara de la comisión. Nunca tuve con Marino un trato de amistad ni de confianza, sí de respeto por su función.

Hipólito Solari Yrigoyen fue la persona que me había puesto en contacto y recomendado con Juan Carlos Marino. Recuerdo que en esa oportunidad cuando le pedí que me recomendara con él, Solari Yrigoyen me preguntó si yo estaba en pareja, si tenía hijos, y si vivía sola, lo cual me sorprendió, puesto que se trataba de preguntas de índole personal que nada tenían que ver con las funciones que yo iba a cumplir.

Llegué incluso a pensar que tenía algún tipo de interés en mí, pero luego, cuando padecí las conductas de Marino, entendí por qué me había efectuado esos interrogantes. Yo me acerqué laboralmente a Marino porque él presidía la Comisión de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia desde hacía muchos años, y pensé que para mí iba a ser una posibilidad de contribuir y de aprender. Yo hice la Escuela de Defensa Nacional y un Posgrado en No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva en NPSGLOBAL, ilusamente pensé que trabajar junto a él era el lugar indicado para mí. 

Durante mi desempeño junto con Marino, me dediqué a estudiar temas de su interés provincial. Para mí era un desafío profesional por mi formación académica. Marino nunca leyó ninguno de mis informes. Al mes de empezar a trabajar con Marino, empecé a recibir mensajes de whatsapp a mi teléfono celular 1149374084, que conservo actualmente, lo que efectuaba desde su teléfono celular, abonado 1131920401. En esos mensajes me decía “Donde estás?” “Donde vivís?” “Voy a estar por allá. Me doy una vuelta” “Preparate, que voy a tu casa.” Me enviaba videos alusivos al sexo.

Quiero aclarar que yo no tenía vínculo alguno con él, ni de confianza ni de amistad. Este tipo de mensajes me los enviaba constantemente, varias veces por semana. Yo trataba de contestarle con respuestas evasivas que no comprometieran mi trabajo y que  tampoco le den a pensar que yo estaba interesada en lo que me proponía. Los día 14 de cada mes me presentaba personalmente en el despacho del Senador para conseguir la firma del certificado de asistencia. La primera vez que me presenté en el despacho de Marino, me hizo pasar a su oficina donde se encontraban varias asistentes que al notar mi presencia automáticamente salieron del despacho. Una vez que nos encontramos solos directamente me toco los pechos, y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos.

También me dijo que me manejara con su jefe de despacho, Pedro Fiorda, alias ´Cachi´. Al mes siguiente, concurrí al despacho del Senador, me atendió en esta oportunidad Pedro Fiorda, quien me hizo pasar a su oficina, en esta ocasión me dio conversación, me invitó a sentarme, me comentó que Marino tenia aspiraciones de ser Gobernador de la Provincia de La Pampa y que tenía intenciones de hacer una operación política acusando de pedofilia al por entonces pre candidato a Gobernador de La Pampa por Cambiemos. Luego de ello, Fiorda me tomó de los dos brazos con fuerza, y me introdujo su lengua dentro de mi boca con violencia, yo intenté separarlo pero no lo logré.

Luego me dijo “Te voy a llamar a ver como seguimos”. Los días siguientes a este episodio me llamó insistentemente a mi teléfono celular desde el suyo, el abonado 1153322867, para que nos veamos. Yo nunca atendí. Sentí asco y mucho miedo por lo que había sucedido.

Al día siguiente, caí en cama con un fuerte cuadro de stress, fiebre alta, ganglios inflamados y dolor en  todo el cuerpo. Todo ello se puede corroborar a través de OSDE puesto que llamé al servicio de emergencias de mi Obra Social por esta situación. No recuerdo con precisión qué día ocurrió lo que describo, pero sí que fue un 14 o 13 de marzo o abril de este año aproximadamente.

Cuando me recuperé físicamente,  tuve que ir a firmar mi presentismo, le solicité a Claudio Presman, actual titular del INADI, y amigo personal mío, que me acompañe. Luego de lo ocurrido a mi pedido,  con la ayuda de Presman, me trasladaron a la Dirección General de Investigación y Capacitación del Senado de la Nación, cuyo director es Fernando Bernabé Rocca, donde cumplo funciones actualmente.”

Preguntada la declarante por el Señor Fiscal para que indique si desea agregar algo más a lo ya dicho, manifestó: “No”, por lo que no siendo para más se dio por finalizado el acto, previa lectura en alta voz y ratificación, firmando la compareciente después del Señor Fiscal, por ante mí, de lo que doy fe.-

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