SI MENEM LO HIZO, ¿MACRI LO HARÁ?

2018, un año en el que “pasaron cosas”

Año complicadísimo pero todavía Mauricio Macri tiene oportunidades para 2019. Todo dependerá de que la crisis no desbarranque. Los antecedentes de 2018 no lo ayudan. Tampoco los de 2017 ni los de 2016. Pero todo el asunto es más complejo. Aquí va:

 

Nos acercamos al final de un convulsionado año 2018 y suele ser esta época un buen momento para realizar un balance respecto de aquello acontecido a lo largo de un año caracterizado además por diversos aniversarios (centenario del final de la 1ra. Guerra Mundial, aniversario de la Reforma Universitaria en la Argentina, entre otros).

Quisiera en estas breves líneas llevar a cabo un somero análisis del año prácticamente finalizado en tres dimensiones: 

> internacional,
> regional y
> nacional.

A nivel internacional, el año 2018 vino a confirmar la crisis de las democracias liberales y el fortalecimiento de alternativas “no liberales” a la democracia: 

> el desenlace del proceso electoral de medio término en los Estados Unidos,
> la crisis del europeísta gobierno de Emmanuel Macron jaqueado por el auge de los “Chalecos Amarillos”,
> el anuncio del retiro (a mediano plazo, pero retiro al fin) de la canciller alemana Angela Merkel, y
> la conformación de una poco convencional alianza de gobierno en Italia,

son quizás, entre otras, las manifestaciones más representativas de la existencia de un contexto tumultuoso e incierto para el futuro de la democracia representativa.

En el plano regional, un largo proceso electoral que tuvo inicio hacia finales del año 2017 con las elecciones presidenciales en Honduras y Chile dio origen a dos novedosos y potencialmente disruptivos procesos políticos en México y Brasil.

> En el 1er. caso, con el ascenso a la Presidencia de un líder político de larga trayectoria en dos de los partidos más tradicionales (PRI y PRD), Andrés Manuel López Obrador, quien al frente de una heterogénea coalición electoral ha logrado desplazar de la conducción del estado mexicano a aquellos actores integrantes del cartel político conformado por el PRI, el PAN y el PRD.

> En el 2do., la prisión de uno de los referentes más tradicionales de la política brasileña en el último cuarto siglo -Luiz Inácio Lula Da Silva- y el ascenso de una figura marginal de la política tradicional como Jair Bolsonaro, se da en un contexto signado por una profunda crisis económica, social e institucional en la principal economía de América Latina.

El desenlace de ambas experiencias resulta incierto, como lo es también el futuro de la región.

Mientras tanto, en la Argentina “pasaron cosas”:

> una guerra comercial entre los Estados Unidos y China, y
> el aumento de la tasas de interés por parte de la Reserva Federal afectaron de manera particular a economías emergentes como la Argentina (y Turquía) dado que se trata de países con severas dificultades crónicas para financiar de manera genuina el gasto estatal.

Las consecuencias fueron, en el caso particular de nuestro país,

> una severa crisis cambiaria, la restricción del acceso al mercado de capitales,
> el retorno a los organismos internacionales como el FMI y
> un proceso recesivo cuyo alcance es probable que se extienda hasta el 2do. trimestre del 2019,
> sumado a un incremento del riesgo-país, resultado de la crisis de confianza en la capacidad de la Argentina de hacer frente en el mediano plazo a sus compromisos financieros.

Al mismo tiempo, la denominada “causa de los Cuadernos”, una versión criolla y devaluada del "Lava Jato" brasileño, agregó un elemento más de incertidumbre al proceso económico y político local.

Esta crisis -¿cisne negro o hecho estadístico anunciado?- ha venido a comprometer las posibilidades de reelección del presidente Mauricio Macri en el 2019, en un contexto político además caracterizado por dificultades al interior de la coalición Cambiemos producto de desavenencias entre Elisa Carrió y el propio Mauricio Macri, aún cuando estas dificultades no sean el anuncio de ruptura inminente alguna en un año electoral.

El éxito en la realización de la reunión del G20 ha operado como un factor motivador para intentar relanzar la gestión de gobierno y encarar con nuevo ímpetu el año electoral que se avecina.

De todas maneras, la crisis interna y fragmentación del principal partido de oposición permite pensar todavía en la posibilidad de un triunfo de Cambiemos en los comicios presidenciales del año próximo, en la medida en que la gestión del presidente Macri se desarrolle en un marco de crisis recesiva sin una catástrofe similar a las 1989 o 2001 y preservación de la coalición-alianza interbloque Cambiemos: en 1995, con recesión y altas tasas de desempleo, una crisis internacional producto del colapso de la economía mexicana y una oposición interna fragmentada, Carlos Menem lo hizo.

¿Menem lo hizo, Macri lo hará?

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