AGITACIÓN RUSIA/UCRANIA

Fin de 2018 en Moscú: Detienen supuesto espía Made in USA

El servicio ruso de seguridad nacional (FSB) dijo haber detenido a un ciudadano estadounidense sospechoso de espionaje en Moscú. El FSB agregó que la detención ocurrió el 28/12 y se abrió un caso criminal en su contra. En tanto, aumentó la tensión entre Rusia y Ucrania.

"El 28/12/2018, agentes del Servicio Federal de Seguridad de Rusia detuvieron en Moscú al ciudadano estadounidense Paul Whelan, durante la realización de una acción de espionaje", según un comunicado publicado en el sitio web del organismo estatal que inició una causa penal contra el sospechoso, mientras que la investigación sigue en curso.

En relación con el detenido se abrió un expediente penal por indicio de delito tipificado en el artículo 276 del Código Penal (espionaje), añade el texto sin ofrecer más detalles.

Las leyes vigentes en Rusia prevén una pena de 10 a 20 años de cárcel por el delito de espionaje.

Por su parte, el Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso afirmó a la agencia RIA Novosti que la Embajada de USA fue informada en su momento sobre la detención de Whelan, "en estricta conformidad con la convención consular bilateral".

Las relaciones de Rusia con USA se han agriado desde 2014, cuando Moscú, luego del golpe de Estado promovido por Occidente contra su aliado en Ucrania, Víktor Yanukóvich, se anexionó la península de Crimea en 2014.

Desde entonces, Washington DC ha impuesto, junto a otros gobiernos occidentales, un amplio rango de sanciones contra funcionarios, compañías y bancos rusos.

Un general retirado del FSB y, hoy día miembro del Consejo para Política Exterior y de Defensa, Alexandr Mijáilov, afirmó a la agencia Sputnik que "realmente ha sido algo gordo" lo que se encontró en esta ocasión.

Fricción

Esto sucede cuando el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, firmó la ley sobre la zona adyacente de Ucrania que duplica la zona de control del país en el mar Negro. También reguló las fronteras marítimas del país y el castigo por su violación.

"El propósito de la ley es armonizar la legislación marítima del país con las leyes de otros Estados del mar Negro y los miembros de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982", informó el sitio web de la presidencia de Ucrania.

De acuerdo con el documento, la zona de control de Kiev crece de 12 a 24 millas náuticas. Se cuentan desde las líneas básicas del mar territorial de Ucrania.

Según la ley, los guardias fronterizos pueden detener, inspeccionar o arrestar a los barcos, así como a los miembros de su tripulación, con la excepción de los buques de guerra y otros buques estatales que se utilizan con fines no comerciales.

Rusia no está obligada a reconocer las fronteras marítimas de Ucrania, ya que Kiev rompió relaciones con Moscú, dijo el vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma (Legislativo), Alexandr Sherin.

"Hemos terminado todas las relaciones con Ucrania por iniciativa de la parte ucraniana. Petró Poroshenko cortó las relaciones con la Federación de Rusia, por lo tanto, no tenemos ninguna obligación de reconocer las fronteras ucranianas", señaló.

En tanto, el miembro del Comité de Defensa del Senado ruso, Franz Klintsévich, dijo creer que Kiev desea proporcionar una base legal para "posibles provocaciones en el mar de Azov" (donde Rusia detuvo varias embarcaciones de guerra ucranianas).

Por si faltaba algo para complicar el final de 2018 entre ambos países, el Gobierno de Rusia informó que prohibió la importación de productos industriales, agroalimentarios y materias primas desde Ucrania.

"El decreto firmado prohíbe la importación a Rusia de mercancías cuyo país de origen sea Ucrania o transportadas a través del territorio de Ucrania, conforme a la lista aprobada", informó el comunicado del Ejecutivo ruso.

La lista incluye productos como turbinas (excepto turbinas para aviación civil), transformadores, gravilla, caliza, muebles y algunos equipos, entre ellos los que se usan para fabricar pan.

En cuanto a los alimentos, se prohíbe la importación de conservas de hortalizas, pan, chocolate, vino, dulces y pescado (platos preparados y conservas).

"El Gobierno de Rusia puede tomar medidas para cancelar estas medidas económicas especiales si Ucrania anula las restricciones, impuestas previamente contra algunas mercancías rusas", precisó el comunicado.

El primer ministro, Dmitri Medvédev, confirmó en Twitter que había firmado el decreto y subrayó que se trata de una contramedida.

El este de Ucrania —Donbás— lleva ya casi 5 años sumido en un conflicto armado entre las fuerzas de Kiev y las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, que simpatizan con Moscú y se opusieron al violento cambio de gobierno ocurrido en febrero de 2014.

Rusia ha rechazado en reiteradas ocasiones ser parte del conflicto interno ucraniano.

Pero ambos países ya han intercambiado sanciones económicas.

La lista negra ucraniana incluye a casi 1.750 ciudadanos rusos y más de 750 entidades.

Rusia, por su parte, en total ha sancionado a 567 ucranianos y 75 entidades.

Cisma ortodoxo

Debe recordarse que la más importante decisión anterior entre ambos países ocurrió en octubre cuando el Santo Sínodo de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa rusa informó que no continuaba una plena comunión con el Patriarcado de Constantinopla e inició la ruptura definitiva de las relaciones, según declaró el metropolitano Ilarión, jefe de Exteriores de la estructura eclesiástica.

Así, la disputa entre Rusia y Ucrania ha impactado en forma muy negativa sobre la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, con la que la Iglesia Católica Apostólica Romana intenta encarar una tarea ecuménica (de reconciliación y quizás reunificación).

Precisamente al concluir 2018, el patriarca de Moscú y toda Rusia, Kiril, instó al prelado de Constantinopla, Bartolomé, a que recapitule y se abstenga de legalizar a la "iglesia cismática en Ucrania".

"Reniegue del trato con los cismáticos, absténgase de participar en la aventura política de su legalización", exhortó Kiril en una carta, "probablemente, la última", al patriarca de Constantinopla.

En Minsk había ocurrido una reunión del Sínodo de la Iglesia Ortodoxa rusa, presidida por el patriarca Kiril, enfocado en tomar una decisión ante la iniciativa del Patriarca de Constantinopla de conceder la autocefalia de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania.

"En la reunión de hoy [el 15 de octubre] del Santo Sínodo se tomó la decisión de romper totalmente la plena comunión con el Patriarca de Constantinopla", dijo Ilarión en una rueda de prensa.

El sacerdote advirtió que se trata de una medida que la Iglesia Ortodoxa rusa se vio obligada a tomar, presionada por "la lógica de todas las últimas acciones de Constantinopla".

El Sínodo de la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla confirmó que su Patriarcado le concedía la autocefalia a Ucrania y planificaba restablecer su sede en la capital ucraniana, Kiev.

La estructura eclesiástica con sede en Estambul suspendió además el anatema impuesto a los jerarcas de las llamadas Iglesia Ortodoxa Ucraniana Autocéfala, fundada en 1917, y la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Kiev, creada en la década de los 90, Makari y Filaret, respectivamente.

De esta manera, Constantinopla por primera vez reconoció como canónicas la Iglesia Ortodoxa Ucraniana Autocéfala y la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Kiev, estructuras eclesiásticas no reconocidas por la comunión ortodoxa mundial.

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