"LA INTIMIDAD PÚBLICA"

Sarlo en la cultura de 35 segundos por noticia

El semanario chileno lo tituló así: "Beatriz Sarlo: “Una mujer empoderada no necesita ser madre, ganar el premio Nobel y jugar la Copa Davis”. Una afirmación de la entrevistada: "La enseñanza escolar desprecia el aprendizaje memorístico, lo cual en principio está muy bien. Ahora, algo que hay que tener en la cabeza que te evite el trabajo de mirar Wikipedia cada minuto y medio". Otra: "Yo estuve en todas las movilizaciones por el aborto y lo más importante es que por primera vez desde los años '80 se sumó una nueva generación al espacio público. Eran chicas de capas medias que tienen cómo conseguir un aborto seguro. Estaban pidiendo por terceras, y ése es el verdadero acto político". También: "Vivimos en el reino de la hipérbole. El otro día, en un artículo, escribí la palabra 'mamarracho' para referirme a un discurso que hizo un político, y estoy seguro que hace 10 años hubiera usado otra".

 

"Tengo la hipótesis de que las primeras relaciones con la cultura, las más importantes, son esas que uno no entiende",
Beatriz Sarlo al diario El País.


A propósito de la presentación en Chile de su nuevo libro, "La Intimidad Pública" (Seix Barral, 2018, 181 páginas), Beatriz Sarlo concedió una entrevista al semanario The Clinic.

En el ensayo, ella aborda fenómenos tales como Internet y el celular, el exhibicionismo de la vida privada, el escándalo como género noticioso, la necesidad de ser objeto de deseo público, y las nuevas corrientes: tanto las que aspiran a transformar “por decreto” el lenguaje como las que reivindican las “delicias de la maternidad”.

1. "En las revistas de espectáculos de los años '50, que conocí bien cuando investigué la figura de Eva Perón, había chismes que causaron enorme interés público. Por ejemplo, los amores desdichados de Hugo Del Carril con Ana María Lynch, que eran actores conocidísimos. Pero vos sólo sabías que esos eran amores y que eran desdichados, no te daban los detalles. No podías saber si la desdicha fue que ella no llegó a la cita en la avenida principal o que él fue visto con otra en un gran cabaret. Lo que se exponía era el núcleo narrativo de la historia: “ella es mala con él”, “él la traiciona”. Hoy ese chisme no le interesa a nadie, porque se asume de antemano que todos son malos con todos y que todos traicionan a todos. Por tanto, lo que hay que exponer son los hechos, los detalles de la trastienda: dónde se encontraron, en qué auto se fueron, cómo fue la despedida…"

2. "(...) el chisme sigue la estética de WhatsApp e Instagram combinadas, que son plataformas de realismo crudo, inmediato, sin mediación narrativa. Si vos mirás las revistas de los años '40, '50 y todavía en los '60, las fotos de los grandes escándalos, como el de Susana Giménez y Carlos Monzón, parecen casi de estudio. Las fotos de hoy, o más bien los videos, tienen el carácter de la instantaneidad, de aquello que ha sido captado y sorprendido en todos sus detalles. Y todos estos códigos, gracias al sistema de rebote entre la televisión y las plataformas [redes sociales], han creado un ámbito educativo. Que nos guste o no, es indistinto: si educación es la transmisión de un cierto tipo de valores y de un cierto tipo de saber hacer, ese ámbito se ha vuelto educativo, porque produce efectos de imitación muy potentes. (...)".

3. "(...) Ahora el deseo no quiere jugar con límites, necesita realizarse inmediatamente, y eso ha creado esta urgencia por ser objeto de deseo público que ha arrasado con la intimidad. Es una transformación muy profunda de la subjetividad, del sujeto mismo."

4. "(...) En las dos primeras décadas del siglo XX, con el crecimiento de la ciudad, se transforma el campo periodístico en la Argentina. Y un diario popular, llamado Crítica, crea la noticia policial. En aquella época, podían asesinar de trescientas puñaladas a alguien y los diarios “serios” no mandaban un cronista para escribir esa noticia. Luego, en los años 20, por primera vez la noticia policial va a la tapa de un diario. Y en el transcurso del siglo, las páginas policiales se normalizan como parte del esquema de los diarios, pero sólo eran noticia de tapa en la prensa popular y a veces en diarios de la tarde. Hoy, en cambio, una joven violada y asesinada puede ser noticia de tapa en el Clarín. Yo digo: es una noticia importantísima, me alegro de que salga en tapa… Pero constato que es un cambio del orden y la importancia de las noticias motivado, en gran parte, por la necesidad de escandalizar al lector para retenerlo. No es extraño entonces que el escándalo sea el género dominante en la web. (...)".

5. "(...) Un lector de los años '60 podía no saber mucho de la Guerra de Vietnam, pero siempre sabía si estaba a favor de la invasión norteamericana o del Viet Cong. Hoy esa guía ideológica es mucho más débil y además las noticias se han complejizado cada vez más. Ponele que viene una tercera persona acá y nos dice “señores, ¿me explican el G20?”. Vos y yo pertenecemos al medio periodístico, pero nos costaría mucho explicar en tres minutos de qué se trata el G20, qué intereses se cruzan, qué consecuencias puede tener, etc. (...) Lo que me va a costar entender es cómo se componen los votantes que llegaron al empate de Trump con Hillary. Pero me pregunto, ¿el público quiere entender cómo se componen esos votantes? Esas noticias requieren tiempo, y vos sabés que el lector del celular se queda en promedio 35 segundos en una noticia. Mi fascinación, todas las mañanas, es espiar en el metro (N. de la R.: subterráneo) los celulares de la gente, porque vamos muy apretados y ya podés espiarlos a todos. Y es impresionante la velocidad a la que se van desplazando. (...)".

6. "(...) De repente veo una nota mía en la página web y está llena de subrayados, una estrategia de exposición que yo no uso nunca. Pero uno tiene que saber adaptarse a cada medio, saber lo que es un libro y lo que es la web. Te cuento lo que es mi típica anécdota cotidiana. “La leí”, me dicen en la calle. “Ah, sí, ¿qué leyó?”. “Bueno, eso que salió, y estoy muy de acuerdo”. Entonces me quedo cinco minutos hablando de política y en el 80% de los casos la persona está en desacuerdo con lo que yo pienso. ¿Por qué me dice que está de acuerdo? Porque me reconoce, nada más. Porque crea un nexo familiar conmigo a través de mi presencia en los medios. A mí no me parece mal, no estoy juzgando, pero tampoco me voy a engañar. Sería como esperar que las escandalosas leyeran este libro. No tiene por qué interesarles, no son como los intelectuales que viven leyendo libros sobre intelectuales."

7. "(...) La enseñanza escolar desprecia el aprendizaje memorístico, lo cual en principio está muy bien. Vos no tenés que aprenderte de memoria La Araucana ni yo el Martín Fierro. Ahora, algo hay que tener en la cabeza que te evite el trabajo de mirar Wikipedia cada minuto y medio. Alguna campana tiene que sonar en tu memoria para poder conectar referencias que Google no va a conectar. No podés prescindir de tu propia acumulación de conocimientos, porque eso además enriquece tu propia vida. Y cuando me cuentan cómo llegan los estudiantes a las carreras humanistas de la Universidad de Buenos Aires, me doy cuenta de que llegan con menor formación intelectual que cuando yo enseñaba ahí en los '80. No con menor capacidad, pero con menor formación. Y a esas carreras llega la crema de los estudiantes."

8. "Yo he creído siempre en la igualdad entre hombres y mujeres, y si alguien necesita pruebas de esa convicción le puedo decir dónde buscarlas. Pero la idea de que se puede cambiar el lenguaje de la noche a la mañana la tuvo alguien que ignora la historia de la lengua, de cualquier lengua. Las lenguas son irregulares justamente porque sus transformaciones no se hacen por decreto. Además, en facultades donde se enseña a (Jacques) Derrida, donde se enseña posestructuralismo y por lo tanto se enseña que el lenguaje nos constituye, ¿cómo se puede pensar que uno va a modificar por voluntad el sistema morfológico de una lengua? Ahora, yo no me opongo a que pongan todas las e que quieran, no voy a ir marcando a quien dice todes. Y si en los exámenes de literatura quieren escribir “todes les autores”, que lo hagan. Pero yo no voy a escribir así."

9. "(...) me doy cuenta de que tuve varios privilegios juntos: pertenecer a la generación del '60, y del '60 en Buenos Aires, y siendo parte de una pequeña burguesía culta que tenía una muy buena educación de origen. Entonces muchas cosas ya estaban naturalizadas. Por darte otro ejemplo, era un medio donde ya había una completa horizontalidad de trato con la homosexualidad. Una mujer, que fue una de mis mejores guías en la facultad, me hizo una clara insinuación sexual cuando yo recién entraba, a los 17 años. Y me perturbó un poco, pero me senté en una mesa y me dijeron “no pasa nada, las cosas son así, es una chica bárbara”. Punto, lo entendí rápidamente. Y esa experiencia tampoco significó un trauma para nada. Ahora, si me vienen a preguntar si no había ninguna actitud machista, qué sé yo… (...) Hace años, con el hombre menos machista que yo conozco, íbamos caminando por la Universidad de Columbia y nos acompañaba una distinguida profesora de la universidad, cuyo nombre no voy a dar. Y de repente me doy cuenta de que ella está en crisis de nervios porque este hombre argentino se adelantaba para abrirle las puertas. Quizás una feminista diría “sí, claro, esos hombres que te abren la puerta están significando que son superiores, que tu debilidad femenina te impide caminar y abrir puertas al mismo tiempo”. Pero, bueno, los modales cambian a un ritmo más lento. (...)".

10. "(...) Yo estuve en todas las movilizaciones por el aborto, y en la noche se quedaron todas las chicas afuera del Congreso, las del pañuelo verde a favor del aborto y las del pañuelo celeste en contra, separadas por un cordón. Y no vi manifestaciones de violencia social ahí, sólo exabruptos muy individuales. Y la ley estuvo muy cerca de salir. Efectivamente, dicen que los dos senadores que decidieron que no, respondían a voto evangélico en una provincia. O sea que te pueden bloquear, pero la ley vuelve el año que viene. Y lo más importante, para mí, es que por primera vez desde los años '80 se sumó una nueva generación al espacio público. Eso es lo que hay que focalizar: la movilización de gente joven que no estaba pidiendo para sí, porque eran chicas de capas medias que tienen cómo conseguir un aborto seguro. Estaban pidiendo por terceras, y ese es el verdadero acto político: que vos pidas por otro, por otra, por otre."

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