NO SIONISTAS

Lev Tahor: Judíos talibanes expulsados de 4 países por maltrato y secuestros

La secta judía ultraconservadora Lev Tahor viene desatando polémica desde la década de los '90. Su origen es israelí, pero tuvieron que moverse por Estados Unidos, Canadá y Guatemala, perseguidos por escándalos por violencia, secuestros y maltrato a menores. Se los conoce como los "talibanes judíos", viven aislados de la tecnología y casi no consumen alimentos que no sean producidos por ellos mismos. Ellos se consideran los "verdaderos judíos" y su cúpula está esperando penas de cadena perpetua en USA luego de un secuestro a dos menores de edad.

Secuestro de menores

Hace pocos días, cuatro miembros de la secta judía Lev Tahor fueron detenidos por secuestro de menores y acusados en un tribunal de Nueva York.

Aparentemente, la secta estaría relacionada con la desaparición de Chaim Teller, de 12 años, y su hermana Yante Teller, de 14, quienes fueron encontrados por las autoridades en la municipalidad de Tenango del Aire, a unos 40 kilómetros al sur de la Ciudad de México. En el operativo, participaron agentes del FBI, la policía federal mexicana y personal diplomático.

Se trata de dos menores que, junto con su madre, formaban parte de esta secta, pero la mujer había decidido irse de allí por el "extremismo" de la misma. Un mes y medio después de escapar del campamento de Lev Tahor en Guatemala, miembros de la agrupación volvieron a buscarlos.

Así fue que los chicos fueron secuestrados el pasado 8 de diciembre cerca de su hogar en la localidad de Woodridge (Nueva York). Los miembros de Lev Tahor tenían la intención de llevarlos de vuelta al campamento de la secta.

Entre los imputados por el suceso se encuentra Nachman Helbrans, líder de la secta y hermano de la madre de los menores. Él y otros tres miembros enfrentan penas de cadena perpetua en Estados Unidos.

Lev Tahor

La secta judía Lev Tahor no hace más que desatar polémica alrededor del mundo. Se trata de un grupo ultraortodoxo bautizado como los "talibanes judíos" por la prensa israelí, aunque algunos creen que la expresión es exagerada.

"Lev Tahor es un grupo devoto, incluso excesivamente devoto, de judíos. Los talibanes han estado asociados con el uso de la violencia extrema y la destrucción en busca de imponer su punto de vista sobre las personas bajo su control", escribió en 2014 Elon Gilad, un colaborador del diario israelí Haaretz.

"De hecho, la única razón por la que la prensa israelí les bautizó como 'talibanes judíos' es el hecho de que las mujeres en Lev Tahor visten con ropa negra de la cabeza a los pies, que es como los talibanes establecen que deberían lucir las mujeres", agregó.

El nombre de la secta significa "corazón puro" en hebreo. Fue fundada en Jerusalén en la década de 1980 por el rabino Shlomo Helbrans. Tiene entre 250 y 500 miembros que practican las costumbres del jasidismo pero de una manera aún más extrema.

Las mujeres deben estar cubiertas con ropa negra de pies a cabeza, apenas dejando a la vista su rostro, los hombres visten de negro, cubren sus cabezas con sombrero y nunca se afeitan la barba.

Dentro de su costumbres también está la de no consumir alimentos procesados, ni pollos ni huevos de gallina, por considerar que han sido manipulados genéticamente. Tampoco comen arroz, cebollas verdes o vegetales con hojas, por temor a que tengan algún insecto. Además, producen su propio vino y ordeñan sus propias vacas. También fabrican sus propios dulces, como el chocolate.

Tampoco consumen ningún tipo de tecnología, no miran televisión ni utilizan computadoras. Sin embargo, no levantan la bandera del sionismo (el movimiento que defiende el estado independiente israelí en territorio palestino).

"Ellos se ven como los únicos que están siguiendo el verdadero camino, como los guardianes de las murallas, como los defensores de la última llama que queda en el mundo judío. Sienten desprecio por otras ramas del jasidismo, a las que consideran como demasiado transigentes y las califican como despreciables y degeneradas", escribió Shay Fogelman, un periodista de Haaretz que en 2012 tuvo la rara oportunidad de pasar cinco días conviviendo con los miembros de la comunidad Lev Tahor.

"El requisito básico exigido a los miembros de Lev Tahor es simple: venerar y servir a Dios en todo momento, con toda su alma y corazón. Sus bibliotecas solo tienen libros judíos. En sus casas no hay televisores, radios o computadoras. Conceptos como el de tiempo libre, ampliar los propios horizontes o buscar el desarrollo personal, en su estricto sentido occidental, no existen aquí".

"Las paredes de sus casas carecen de cualquier decoración; no hay fotos, amuletos, fotografías de rabinos. En la mayor parte de los casos, los únicos adornos son los candelabros, las menorás o los objetos religiosos de plata, todos guardados en una caja de vidrio", agregó.

Polémicas y expulsiones

En más de una ocasión, la secta fue señalada por el uso de formas extremas y violentas de control sobre sus miembros, incluyendo el uso de castigos corporales contra menores y el matrimonio forzoso de mujeres menores de edad con hombres mayores. Los principales denunciantes de los abusos son ex miembros de la secta.

El primer escándalo se desató en la década del '90, cuando el rabino Shlomo Helbrans trasladó al grupo a Estados Unidos. Antes, la secta funcionaba en Israel.

En 1993, el líder fue arrestado, acusado de haber secuestrado a un adolescente que estaba estudiando con él  para prepararse para su bar mitzvah. Los padres del joven lo acusaron de "lavarle el cerebro al niño". Finalmente, Helbrans fue condenado por secuestro y estuvo dos años en prisión.

En el año 2000, el rabino fue deportado a Israel, pero luego decidió establecerse junto a su comunidad en la provincia de Quebec (Canadá). Allí volvieron a ser denunciados: El grupo fue acusado en 2013 por los servicios sociales de negligencia infantil.

Lo que sucedió fue que las autoridades canadienses sintieron que debían actuar, al preocuparse por la salud e higiene de los menores, así como por su educación. Los menores de la comunidad no iban a la escuela regular, sino que eran educados "en casa".

Así fue que abandonaron Canadá y se establecieron en San Juan La Laguna (Guatemala), una localidad habitada principalmente por indígenas mayas. Pero también fueron expulsados de alli por decisión del consejo de ancianos local.

"Nos sentimos intimidados por ellos en las calles. Pensamos que quieren cambiar nuestra religión y nuestras costumbres", dijo entonces Miguel Vásquez Cholotio, un integrante del consejo de ancianos a la agencia Reuters.

Volvieron a moverse. Estuvieron en la Ciudad de Guatemala, donde su sede fue luego allanada por fiscales del Ministerio Público por maltrato infantil. En 2016 se movieron a otra ciudad en ese país.

Desde el 2017, hay rumores de que se encuentran asentados en México o con el objetivo de irse hacia allí. Ese año, la prensa israelí publicó la muerte de Helbrans, fallecido mientras realizaba un ritual religioso en un río en Chiapas (México).

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