RAÍCES Y DENUNCIAS

Las sospechas sobre la empresa venezolana que transmitirá los datos durante las elecciones

El Correo Argentino contrató una empresa de raíces venezolanas para que se encargue de la transmisión de datos directo desde los centros de votación durante los comicios de 2019. Se trata de una compañía de raíces venezolanas, que estuvo en el ojo de la tormenta en más de una ocasión, y que se retiró de aquel país hace menos de un año luego de que se rompiera la relación cliente-proveedor, según se leyó.

 
Tras conocerse la intención del Gobierno de Mauricio Macri de implementar un sistema de transmisión de datos directo desde los centros de votación y evitar los telegramas, el Correo Argentino contrató una empresa de raíces venezolanas para que se encargue de esa tarea.
 
Según informó 'La Nación', la firma 'SmartMatic' será la encargada de la transmisión de datos y convocó a una licitación para el recuento de votos durante las elecciones presidenciales.
 
La licitación incluye la prestación del servicio de recuento provisional de resultados para el proceso electoral nacional 2019, el cual incluye las PASO del 11 de agosto y las generales del 27 de octubre, además de una eventual segunda vuelta.
 
Desde 1997 se encargó de ese proceso la empresa Indra, que también está contratada para controlar el tráfico aéreo y, además, trabaja con las líneas de emergencia en la Ciudad de Buenos Aires. En España la firma fue investigada por un presunto financiamiento irregular al Partido Popular, aunque en Indra señalaron que ni la firma ni sus directivos son parte de una investigación judicial.
 
En Casa Rosada un sector considera que para evitar eventualidades sería conveniente seguir con la misma empresa, pero otros sectores quieren despegarse de la tradición.
 
La licitación considera más de 90.000 mesas y las empresas que participen deben comprobar experiencias exitosas de similar envergadura.
 
Pero, ¿'SmartMatic' no estuvo involucrada en varios escándalos de fraude? Según una extensa nota que publicó la 'BBC' en agosto de 2017, en medio de un escándalo en Venezuela, SmartMatic tiene desde 2012 su sede central en Londres, pero sus raíces están firmemente ancladas en aquel país. Tanto el director ejecutivo de la compañía, Antonio Mugica, como el cofundador y actual presidente de la empresa, Roger Piñate, son venezolanos.
 
Cuenta que su primera elección fue el referendo presidencial de 2004 en el que un 58% de venezolanos le dijo "No" a la propuesta de la oposición de revocar el mandato del entonces presidente Hugo Chávez.
 
Y en 2006, como resultado de la entrada de SmartMatic en el mercado estadounidense, el congreso de USA se vio obligado a investigar los supuestos vínculos entre la empresa y el gobierno venezolano.
 
En un artículo de 'The New York Times' de la época se menciona un préstamo gubernamental de US$200.000, garantizado con un 28% de las acciones de una empresa vinculada a Smartmatic, como una de las primeras causas de sospecha.
 
Dicho préstamo, realizado siete meses antes de la obtención del contrato para el referendo revocatorio, fue luego justificado como parte de esfuerzos más amplio por ayudar a las pequeñas empresas y pagado antes del referendo.
 
Pero según 'The New York Times', los tres primeros contratos de Smartmatic con Venezuela también le garantizaron la nada despreciable cifra de US$120 millones.
 
Y eso alimentó aún más las sospechas de Washington.
 
"(SmartMatic) pasó de ser una pequeña startup tecnológica a un importante actor en el mercado catapultado por su participación en el referendo revocatorio de agosto de 2004", se lee, por ejemplo, en un cable de la embajada de USA en Caracas fechado en julio de 2006 y filtrado por 'WikiLeaks'.
 
Y ahí también se afirma que, aunque la empresa afirma tener origen estadounidense, "sus verdaderos dueños -probablemente miembros de la élite venezolana de diferentes afiliaciones políticas- permanecen ocultos detrás de una red de holdings en Holanda y Barbados".
 
Por lo demás, las relaciones de la empresa con personajes cercanos al entonces rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) y futuro vicepresidente de Chávez, Jorge Rodríguez, tampoco ayudaron a disipar las dudas.
 
Y aunque las autoridades de Caracas siempre negaron enfáticamente cualquier participación en la empresa, y los rumores sobre una supuesta participación accionaria de Chávez jamás fueron probados, las dudas sobre esos vínculos nunca han dejado de perseguir a la empresa.
 
Ello, en cierta forma, sólo hace que sus revelaciones de supuesto fraude en la Constituyente de Venezuela, a mediados de 2017, fueran todavía más inesperadas y explosivas.
 
En cualquier caso, siguiente el relato de la 'BBC', nada de lo anterior consiguió evitar que en los últimos años la empresa no hiciera más que crecer e internacionalizarse, alejándose cada vez más de sus polémicos orígenes venezolanos.
 
Sus cuarteles generales se mudaron a Londres en 2012 y en la actualidad 'Smartmatic' cuenta con 600 empleados en 16 oficinas alrededor del mundo.
 
Su historial da cuenta de su participación en diferentes tipos de proyectos en México, Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina (aquí proveyó las máquinas para validar la identidad de votantes en 2017), Brasil, Haití, Curazao, Filipinas, Omán, Uganda, Zambia, Sierra Leona, Kirguistán, Reino Unido, Estonia y Armenia.
 
Y si bien no todos esos proyectos están vinculados a procesos electorales, esa es la indiscutible fortaleza de SmartMatic.
 
De hecho, la empresa presume de haber ayudado a cientos de millones de electores a emitir más de 3.700 millones de votos en elecciones por todo el mundo.
 
Entre su portafolio de servicios figuran sistemas biométricos de registro y autentificación de votantes, identificaciones electorales, software y servicios electorales, computación y transmisión de resultados, administración de jornadas electorales y voto online.
 
No todo ha sido perfecto: varios de los comicios en los que ha participado -como las elecciones presidenciales de Filipinas de 2010 y 2016- han estado marcados por críticas a la seguridad de los sistemas de SmartMatic e incluso por acusaciones de fraude.
 
La empresa asegura que su sistema está diseñado para que, en caso de manipulación, su detección sea inmediata y muy fácil de identificar gracias a los mecanismos de auditoría instalados.
 
Específicamente, el sistema produce automáticamente sus propios "reportes de totalización", tanto a nivel de mesa de votación como de todo el proceso.
 
En el comunicado de la empresa durante la elección en Venezuela se sugiere que las autoridades electorales venezolanas simplemente decidieron ignorar los resultados arrojados por el sistema.
 
"Nuestro sistema automatizado está diseñado para evidenciar cualquier manipulación, pero deben existir personas observando el sistema y esperando por esas evidencias: los auditores", explicó Mugica en Londres.
 
"En esta elección no hubo auditores de la oposición porque ésta no participó", dijo el ejecutivo, quien destacó en particular la ausencia de representantes opositores en la sala de totalización.
 
Sin embargo, los simpatizantes opositores afirman que la discrepancia no rondó el millón de votos, sino que fue por más de cinco millones, por lo que el director de Smartmatic estaba realmente tratando de legitimar el proceso.
 
Tras el incidente, SmartMatic no participó en las dos últimas elecciones.
 
"Como la empresa no participó en estos procesos, y dado que los productos de la compañía no están cubiertos por la garantía y no fueron certificados para esas elecciones, Smartmatic no puede garantizar la integridad del sistema, ni puede certificar la exactitud de los resultados", aseguraron en marzo de 2018, según 'El Nacional' de Venezuela, afirmó que la empresa encargada del conteo de votos electrónicos aseguró que se produjo una ruptura de la relación cliente-proveedor.

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