ADVERTENCIA

Cayó la actividad en Vaca Muerta, mientras se acota la "gran promesa"

La cantidad de etapas de fractura que se completaron en el último mes del 2018 cayó un 28%, debido en gran parte al recorte del Plan Gas. Mientras tanto, la experiencia estadounidense indica que el "rendimiento del fracking es más efímero de lo que se promete", y amenaza con ahuyentar inversores. "Vaca Muerta enfrentará los mismos problemas en poco tiempo", advirtieron expertos locales.

 
Este diciembre, el termómetro de la actividad que son las etapas de fractura completadas, mostró una marcada caída y dejó en evidencia el impacto que pueden tener los cambios en las reglas del juego y la volatilidad del sector por la escasa cantidad de desarrollos masivos.
 
Según publicó el diario 'Río Negro' esta mañana, los no convencionales impusieron cambios en la industria petrolera que llevaron a que desde hace un tiempo a la fecha la cantidad de etapas de fractura que se completan sea el mejor indicador del nivel de actividad alcanzado, superando mediciones tradicionales como la cantidad de pozos perforados o de equipos en actividad.
 
Las fracturas son las punciones que se realizan dentro de los pozos para estimular la producción de los hidrocarburos que están atrapados dentro de la roca generadora que es Vaca Muerta. Un pozo estándar en la formación, con unos 2.500 metros de rama lateral, tiene en promedio unas 30 etapas de fracturas completadas para poder ser conectado para su producción.
 
En junio pasado, el gobierno nacional celebraba que por primera vez Vaca Muerta había superado el límite de las 450 etapas de fractura completadas en el mes entre todas las operadoras que perforan con destino a la roca generadora.
 
Sin embargo, pocos meses más tarde las gráficas de las fracturas muestran una marcada caída en la actividad que tiene una vinculación directa con los efectos que está generando en la producción de gas natural el incierto recorte de la Resolución 46 que estableció el nuevo Plan Gas de estímulo a la producción.
 
De acuerdo a las mediciones que realiza la firma NCS Multistage, en junio se realizaron en la formación 469 etapas de fractura; en julio fueron 409; en agosto 425; en septiembre se alcanzaron las 513, en octubre se dio el récord de completar 612 etapas; en noviembre fueron 466; pero en diciembre el ritmo cayó a 333.
 
"La caída que se debió principalmente a la menor actividad que tuvo Tecpetrol y muestra la incidencia de que haya pocos actores en Vaca Muerta que mueven la balanza", aseguró el country manager de NCS Multistage, Luciano Fucello.
 
La advertencia se debe a que si bien en la Cuenca Neuquina operan más de cuarenta firmas, el ritmo de las fracturas es marcado por los desarrollos masivos que de momento son sólo tres y es por esto que se concentra la actividad en cuatro firmas: YPF, Tecpetrol, Total y Pan American Energy (PAE) y, a la vez, en apenas cuatro empresas de servicios: Halliburton, Schlumberger, Weatherford y Calfrac.
 
Esta concentración es la que explica que si bien una sola operadora es la que redujo sensiblemente su actividad al pasar de 166 etapas en noviembre a sólo 27 en diciembre, terminó llevando la caída general de la actividad al 28,5%.
 
La reducción se concentró en una sola operadora pero la baja cantidad de desarrollos masivos lleva a fuertes variaciones en los resultados.
 
En la práctica la petrolera del Grupo Techint fue la responsable de mover la aguja hacia arriba y hacia abajo con la actividad de Fortín de Piedra, el principal bloque productor de gas natural del país, dado que el récord alcanzado en octubre también estuvo signado por el hecho de que la compañía completó en ese mes 249 etapas de fractura.
 
Pero los recortes a los subsidios de la Resolución 46 llevaron a la operadora a frenar sus expectativas de crecimiento. A principios de diciembre fue su CEO, Carlos Ormachea, quien anticipó que finalmente no elevarán el plateau de producción a los 22 millones de metros cúbicos que se habían anunciado a mediados del año pasado.
 
Esto hizo que en diciembre el yacimiento alcance prácticamente su máxima capacidad al superar los 16 millones de metros cúbicos diarios y tener en sus plantas de tratamiento capacidad para 17.
 
Es por esto que en el último mes del 2018 la compañía de Paolo Rocca dispuso operar con un set de fractura menos y redujo sus operaciones de tres a dos equipos, para amoldarse al ritmo de actividad que se proyecta.
 
Pero la reducción en el ritmo de etapas de fractura también se evidencia por fuera de Vaca Muerta en la búsqueda de tight, un tipo de gas que si bien inicialmente estaba incorporado en el plan de estímulo de la Resolución 46, fue dejado de lado y mes a mes muestra una caída en su producción.
 
Queda aún por ver la incidencia final que tendrá a lo largo del año la reforma de la Resolución 46 y de cuya letra fina dependerá si lleva a un incremento en la actividad en la búsqueda de gas, o, por el contrario, termina impulsado una caída en el ritmo alcanzado.
 
En medio de esta caída en la actividad, un artículo de Wall Street Journal emitió otra alerta sobre Vaca Muerta: "El problema secreto del fracking: los pozos de petróleo no producen tanto como estaba previsto", tituló un artículo. El texto advierte que "miles de pozos shale (producción no convencional, como en Vaca Muerta) perforados en los últimos cinco años están bombeando menos petróleo y gas de lo que sus propietarios pronosticaron a los inversores, lo que plantea dudas sobre la fortaleza y la rentabilidad del auge del shale". 
 
El estudio, realizado por reconocidas consultoras de energía de Estados Unidos, sugiere que la declinación de la producción es mucho más acelerada de lo esperado. El problema surge ahora en Estados Unidos, que empezó a perforar por sistema no convencional unos cinco años antes que Argentina. Por lo que es previsible que pueda reproducirse en Vaca Muerta en pocos años, advierten los expertos, dado que el problema está dado por el método de fracking, que supone "perforar por un camino artificial, rompiendo la roca, que de a poco se vuelve a tapar, por lo que suele suceder que a partir del tercer año declina la extracción hasta en un 90%; eso obliga a perforar nuevos pozos constantemente, que siempre van a ser de más bajo rendimiento que las primeras perforaciones para las cuales se eligió el camino óptimo".
 
El Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (Ceepys) publicó, en su último informe, una síntesis del artículo del WSJ, el medio indudablemente más influyente en el área de negocios de Nueva York. Comenta dicho centro de estudios que, a partir de un análisis realizado por Rystad Energy, y confirmado por otras dos firmas consultoras de energía, se concluye que las perspectivas de producción y rendimientos de la explotación no convencional "podrían estar ofreciendo una imagen ilusoria".
 
El estudio, sobre el que publica hoy un artículo el diario 'Página/12', se basa en "un análisis de unos 16 mil pozos operados por los 29 productores más importantes de shale oil". "El WSJ no quiere socavar la opinión convencional de que el auge del petróleo del shale está llevando a los Estados Unidos a la independencia energética, por lo que es bastante prudente al discutir detalles", señala el informe del Ceepys al comentar el artículo. 
 
"Al principio de la historia, el Journal aclara que el pronóstico defectuoso no significa que la producción de petróleo de Estados Unidos esté a punto de caer. Sin embargo, gran parte de la nota apunta a la conclusión de que una cantidad importante de recursos proyectados para los próximos años no se producirá".
 
El WSJ informa, en el artículo citado, que "hace tres años, la empresa Pioneer Natural Resources anunció a los inversionistas que esperaban que los pozos en el shale de Eagle Ford, en el sur de Texas, produjeran 1,3 millones de barriles de petróleo y gas cada uno. Esos pozos ahora parece que están produciendo a un ritmo de 482 mil, un 63 por ciento menos que lo previsto".
 
Agrega que "un promedio de las previsiones de Pioneer en 2015 para los pozos que había fracturado recientemente en Permian (otra área de producción en Texas) sugería que producirían aproximadamente 960 mil barriles de petróleo y gas cada uno. Esos pozos ahora están en camino de producir unos 720 mil barriles, según la revisión del matutino, un 25 por ciento por debajo de las proyecciones de Pioneer. La empresa discute estas conclusiones, destacando que asume que sus pozos producirán por lo menos durante 50 años". 
 
El artículo refuta a la empresa, señalando que "dado que la mayoría de las autoridades coinciden en que los pozos de shale estarán bastante agotados en los próximos cinco años o menos, no está claro dónde están los 50 años de vida útil, a menos que estén planificando una costosa re-perforación y un nuevo fracking".
 
El Journal señala que "hay otros ejemplos, todos sugieren que los pozos de shale pueden no producir suficiente petróleo con los precios actuales para cubrir los costos de adquisición de tierras, perforación, fracking y producción". Y advierte que las 29 compañías del sector sobre las que realizó el seguimiento llevan "gastados 112 mil millones más en efectivo de lo que generaron en sus operaciones de los últimos diez años". "Mientras los prestamistas continúan financiando la producción de shale oil, las participaciones de capital en las compañías de productoras han caído de unos 35 mil millones de dólares en 2016 a alrededor de 6 mil millones el año pasado (2018). En algún momento, Wall Street puede darse cuenta de que los días del petróleo por encima de los 100 dólares, que se necesitan para la producción rentable de shale oil, pueden no regresar y que los mejores lugares para perforar pozos de shale rentables ya no existen".
 
¿Cuál es la lección para la Argentina? Según Víctor Bronstein, director del Ceepys, "el problema del fracking en Estados Unidos es un alerta, porque el tema de la declinación de la producción en el sistema no convencional es mucho más acelerado que en la perforación tradicional. En el pozo vertical, de producción convencional, sólo con el mantenimiento, el mismo pozo puede seguir en producción por décadas. En el fracking se llega al hidrocarburo por un camino artificial, rompiendo la roca, por lo cual de a poco ese camino se va cerrando, se va tapando, y es probable que a los dos años la producción se reduzca al diez por ciento de la que tenía originalmente. Eso sucede, y obliga a seguir haciendo perforaciones constantemente para mantener la producción", describe. 
 
Como lo indica la experiencia estadounidense, las perforaciones secundarias no serán tan eficientes como las primeras, porque deben elegir recorridos alternativos al óptimo, que se perforó primero. En consecuencia serán más costosos y de menor rendimiento. 
 
Un estudio de la firma Schlumberger, citado en el mismo artículo de WSJ, señala que "los pozos de shale secundarios completados cerca de los pozos iniciales más antiguos en el oeste de Texas habían sido hasta un 30 por ciento menos productivos. Este problema amenaza con socavar las proyecciones de crecimiento de la producción".  
 
Por otra parte, está el tema de los precios del gas y el petróleo. El primero, advierte Bronstein, no tiene una cotización internacional única, no se valúa como un commodity, sino que varía según el contrato. En Argentina se había implementado, con la gestión de Juan José Aranguren, una política de fuertes subsidios que ahora fue objetada por el FMI. Con menor subsidio, Vaca Muerta pasa a ser menos rentable, particularmente para Tecpetrol.
 
El petróleo ha recuperado valor en el mercado (el crudo Brent supera los 60 dólares por barril en Londres), pero está lejos de los valores óptimos para la muy costosa inversión en la producción no convencional. Estados Unidos contó con una ventaja adicional, que la producción de shale se inició en la etapa en que las tasas estaban muy bajas, y se financiaron inversiones a un interés del 2 o 2,5 por ciento; los bancos siguen prestando aunque los resultados bursátiles son alarmantes, por la caída de rendimiento de los yacimientos. 
 
"En Argentina, el costo financiero puede convertirse en una mecha encendida cuando llegue el momento en que los rendimientos de los pozos de Vaca Muerta empiecen a declinar", concluye Página/12.
 
Lo cierto es que aunque pueda llevar a la fuga en un futuro, en la actualidad será un negocio, que atrae también a las inversiones paralelas como el tren de Vaca Muerta, en el que estarían muy interesados, según 'LaBrújula24', los canadienses.

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