BUENOS AIRES 2019

La “maldición” de la Gobernación persigue a los intendentes

Así como existe la "maldición" para todo gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien no puede llegar a la presidencia de manera directa, sucede algo similar con los intendentes bonaerenses: no pueden ascender al sillón de Dardo Rocha. María Eugenia Vidal será la candidata a gobernadora por Cambiemos, a menos que ocurra algún imponderable que, precisamente por esa condición, no se observa desde aquí al horizonte. Un interrogante es quién enfrentará desde la oposición. ¿Podrá un intendente romper la lógica de saltar desde una sillón municipal a la gobernación?

A diferencia de lo que sucede en el ámbito nacional, donde hay postulantes ya confirmados a Presidente, para la Gobernación de la provincia de Buenos Aires se multiplican las señales pero aún nadie confirma. El “Sí, soy candidato” no llega. Todos juegan sus fichas a la espera de definiciones, en parte a causa de la posibilidad del desdoblamiento latente -aunque pareciera que algo más lejos por estas horas-.

Para encarar un proyecto político provincial, un intendente debe primero estar dispuesto a poner en riesgo su poder territorial en el distrito que gobierna. Es por eso que muchos amagan a la espera de una negociación que les permita tener más legisladores propios y ampliar su influencia, pero sin alejarse del municipio.

La otra gran cuestión es que, a causa de sus dimensiones, la provincia de Buenos Aires requiere un candidato con presencia nacional: alto nivel de conocimiento aunque no conozca en detalle lo que sucede en la propia provincia. Los ejemplos abundan en los últimos años, incluida la propia María Eugenia Vidal.

Después de la experiencia radical, entre 1983 y 1987 con Alejandro Armendariz, los siguientes gobernadores primero fueron dirigentes nacionales y no saltaron desde un municipio a la gobernación.

El más cercano fue Eduardo Duhalde, quien de la intendencia municipal de Lomas de Zamora pasó a una diputación nacional ya que Antonio Cafiero le bloqueó el camino directo a la Gobernación, motivo por el cual, además, Duhalde se fue con Carlos Menem, quien lo hizo vicepresidente de la Nación. Entonces, Duhalde fue gobernador. Desde entonces, nunca más hubo un mandatario provincial con un pasado de intendente municipal.

En el caso de Antonio Cafiero, quien inauguró el período de gobiernos peronistas hasta que lo interrumpió María Eugenia Vidal en 2015, tenía una trayectoria como ex ministro de Juan Perón -y también de María Estela Martínez, en la década de los '70-. Pero nunca intendente, ni siquiera en el municipio donde residía, San Isidro, donde mandaba Melchor Posse.

Duhalde enfrentó a Cafiero, lo derrotó, fue gobernador, y luego decidió que lo sucediera en la gobernación, un porteño: Carlos Ruckauf, quien era el vice de Menem, tal como lo había sido Duhalde, a quien no le importó que Ruckauf tuviera pasado de embajador y antes de ministro de Trabajo pero nunca una gestión de territorio, mucho menos de municipios.

Muchos le reprochan a Duhalde haberse esforzado para que lo heredase Néstor Kirchner en la Casa Rosada. Pero él ya tenía antecedentes sobre erradas elecciones: él ya se había esforzado, y mucho, por Ruckauf.

La fórmula fue Carlos Ruckauf-Felipe Solá permaneció hasta el estallido de la crisis de 2001, cuando “Rucucu” ambicionó la Presidencia pero terminó como ministro de Relaciones Exteriores y Culto del Presidente interino, Duhalde, abandonando la Gobernación que le quemaba las manos. Lo reemplazó Solá, quien tampoco tenía experiencia como intendente municipal porque había sido secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, luego diputado nacional, y otra vez secretario de Agricultura, Ganadería y Alimentación.

Solá, quien ahora quiere ser candidato a Presidente, completó el mandato y luego fue electo en 2003. En aquella oportunidad, la provincia de Buenos Aires fue a las urnas luego de la elección nacional que ocurrió en abril.

Solá no pudo repetir como gobernador y lo heredó Daniel Scioli, quien había sido vicepresidente de la Nación con Néstor Kirchner y se estaba preparando para ser candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El arte de las encuestas -y una preferencia de Alberto Fernández por Daniel Filmus para el distrito porteño- lo llevaron a La Plata.

El único intendente en los últimos años que dejó la comuna para ser precandidato a gobernador fue Mario Ishii, quien disputó las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias) a Daniel Scioli en 2011.

La llegada de María Eugenia Vidal corrió el mismo camino que sus antecesores peronistas. Ella fue elegida como precandidata por Mauricio Macri, de quien era vicejefa de Gobierno. Toda su su experiencia había ocurrido en el gobierno de la Ciudad Autónoma.

Otra vez el laboratorio electoral definió que alguien sin experiencia de gestión municipal llegara a la gobernación. Antes que a Vidal, Macri se lo había ofrecido a otra ex vicejefa de Gobierno porteño, Gabriela Michetti, pero ella rechazó.

Quien más cerca estuvo de quedarse con la Gobernación fue Sergio Massa, a quien le fue ofrecido el cargo por Macri, en el cierre de precandidaturas de 2015, pero decidió no aceptar. (Y, además, Marcos Peña no observaba con simpatías una invitación que no había realizado él).

Con la elección en el horizonte, vuelven a plantearse los mismos interrogantes.

Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, asoma como el candidato de sus pares peronistas, al menos muchos del Conurbano (No todos). Pero encuentra obstáculos obvios de parte de que quienes buscarán negociar más adelante.

No es casualidad que el alcalde de San Antonio de Areco, Francisco Durañona (h), vociferase que no alcanza el conurbano para ganar una elección.

Otra demostración de las pujas en el territorio es el anuncio que tanto Verónica Magario como Fernando Espinoza, desde La Matanza, buscarán sumarse a la pelea por ganarle a Vidal.

Cristina Fernández de Kirchner quiere a Axel Kiciloff para esa candidatura, acompañado por Magario, aunque desde La Cámpora insisten en que Kiciloff no es de 'la orga'. CFK le ha mostrado a su hijo Máximo que las encuestas muestran que el diputado nacional ex ministro de Economía es quién más retendría los sufragios que favorecen a la ex Presidenta.

Sin embargo, Axel K no es del agrado de muchos intendentes que deberán prestarle su respaldo territorial en caso que se concrete su precandidatura. De todos modos, Axel K cumple con un requisito exigido en los anteriores casos: supera la barrera del nivel de conocimiento popular de otros postulantes.

La lista es más larga entre quienes aspiran a llegar al sillón de Dardo Rocha. Allí hay que sumarlo al diputado provincial Jorge D´Onofrio, quien cuenta con experiencia legislativa importante en materia de seguridad, uno de los temas que más angustia a los bonaerenses.

Surgió también por allí la idea que Juan Manuel Urtubey quería como candidato a gobernador a un ministro bonaerense actual.

Lo cierto es que, ante las dificultades para lograr un candidato competitivo en la provincia frente a Vidal, algunos vuelven a insistir con Sergio Massa aunque éste acaba de decir que no será postulante a gobernador.

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