US$2.200M

FF.CC., herramienta de Rusia en Cuba

Rusia aplicará algo más de US$ 2.200 millones a recuperar y modernizar el sector ferroviario de Cuba: desde la rehabilitación de vías férreas hasta el suministro de vagones y locomotoras, supondría una revolución en lo que tiene que ver con el transporte de cargas y pasajeros en la nación caribeña. Probablmemente influyó que el análisis de los resultados de la fiscalización del transporte de carga y de pasajeros que se debatió en la Legislatura de la Asamblea Nacional informó que las reparaciones realizadas a la vía férrea no alcanzan los resultados esperados.

La Argentina no ha logrado recuperar su red ferroviaria, absurdamente abandonada por Carlos Menem en un ataque de ira, y con la complicidad de otros dirigentes argentinos que desconocen todo sobre logística y transporte. No es una casualidad que sea tan onerosa y falta de competitividad cada modalidad del transporte local.

Y en el presente la Argentina tampoco revaloriza los aportes que los extranjeros pueden hacerle para recuperar una red que fue importante cuando fue de los ingleses, dicho sea de paso.

Ocurrió con la subestimación a canadienses y franceses para mejorar la red de subterráneos, no fuese a ser que quedara fuera de carrera el principal aportante electoral del PRO en Ciudad de Buenos Aires, Aldo Roggio.

Y también pasa con la industria rusa que oferta para mejorar el parque ferroviario.

Es muy interesante lo que sucede en un escenario de ineficiencia similar, Cuba (los latinoamericanos no consiguen tener un Estado ineficiente en ningún país, aparentemente. Está en el ADN latino el menosprecio por el Estado).

Eduardo Hernández Becerra, director general de la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC), ejemplificó que trasladar un bulto de 10 kg desde Artemisa a Guantánamo cuesta 0,10 centavos, una bicoca que les impide mantener el pago por resultados. Hay que reorganizar, comenzando por implementar trenes especializados, para no vincular el sistema de cargas con el de pasajeros.

Hernández Becerra destacó que ofrecer un viaje cada 4 días a un destino no puede ser calificado como un servicio público, provoca desmotivación del usuario potencial, progresivo deterioro de los equipos tractivos y de arrastre; disminución en la velocidad de circulación de 100 km/h a 50 km/h, etc.

Cuba, al igual que la Argentina, compra material ferroviario a los chinos para incrementar el transporte de pasajeros pero eso no mejora en sí mismo el sistema. Tiene que existir un cambio de enfoque y capacitación, además de estímulo al personal.

Como objetivo, el Ministerio del Transporte quiere incrementar la transportación de carga. Según las demandas presentadas hasta el 2022, se prevé saltar de 12,9 millones de toneladas en 2017 a 22,3 millones.

Pero hay baja disponibilidad de locomotoras, vagones de carga, coches motores y de pasajeros, lo que se complejiza por la situación que presentan los talleres ferroviarios, afectados por la falta de mecánicos, revisadores, técnicos e ingenieros, mal estado de las grúas y escasez de recursos para las reparaciones, lo que entorpece la sostenibilidad de los equipos y las nuevas inversiones.

Aquí aparece la oferta rusa, vía el vicepremier ruso Yuri Borísov, quien recibió en Moscú a Ricardo Cabrisas, su equivalente cubano. El funcionario comunicó que la ejecución del plan está prevista en un plazo de 7 años.

En declaraciones a Radio Sputnik, Antonio Santamaría García, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, recordó que de los "entre 12.000 a 13.000 kilómetros de ferrocarril" con los que llegó a contar el país latinoamericano, "la red más densa de toda América Latina", quedan actualmente en servicio "entre 8.000 y 8.500 kilómetros".

"Lo que sucede es que desde la crisis de los años '90, con la desaparición de la Unión Soviética, dejó de renovarse tanto la infraestructura como el parque ferroviario, llegando a una situación en la cual se han deteriorado prácticamente todos los niveles de transporte", dijo el experto.

Las estadísticas del transporte de cargas tampoco son "demasiado descollantes", lo cual tiene que ver, entre otros factores, con el desmantelamiento de centrales azucareras a raíz de la deriva de la industria, otro fruto de la caída de la URSS.

Pero la situación está cambiando, y lo está haciendo "bastante rápido". Y es que ya llegaron a Cuba 43 locomotoras rusas "de las 75 previstas hasta 2021". El último lote de 7 locomotoras y 1 ferrobús desembarcó en La Habana el 03/01. Además, el país recibió desde 2016 varios centenares de vagones, algo que se continuará.

Según Antonio Santamaría García, tanto el comercio interior como el exterior de Cuba se beneficiarían de la renovación del parque ferroviario y "de la mejora de las infraestructuras y de los servicios", abaratándose "los costes de las importaciones y de las exportaciones".

Pero otra vez la advertencia: no se trata solamente de comprar maquinaria sino de modernizar la infraestructura y de estructurar un sistema eficiente.

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