TRIGO PROHIBIDO

Bioceres presiona por el transgénico pero Brasil dijo No

La santafecina Bioceres reclama, una y otra vez, vía el influyente Francisco Cabrera, la aceptación del trigo transgénico, un negocio al que han apostado sus directivos Marcelo Carrique, un ex Universidad Austral que fue presidente de AACREA (Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola); y Aimar Dimo, ex Kiñewen (Gente Unida, en mapuche). Ambos integran el Instituto de Agrobiotecnología Rosario (Indear) e Inmet, famosa porque diseñó una plataforma que utiliza residuos de la producción de biocombustibles para producir plásticos biodegradables. Su asociado en el emprendimiento es el laboratorio francés Florimond Desprez, que inició la selección de trigo luego de la 1ra. Guerra Mundial pero no pudo imponer el tema en Francia. Ningún país ha aprobado la comercialización de granos genéticamente modificados de trigo. Es más: Brasil acaba de prohibirlo. Y los productores se oponen porque les cerraría el mercado global por un negocio que ni siquiera interesó a la ex Monsanto.

 

Intenso lobby de Bioceres para intentar imponer una variedad de trigo trangénico (trigo HB4) resistente a la sequía, que cuenta con la aprobación de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) y del Senasa, pero no de la Secretaría de Agroindustria: los importadores del cereal no tienen aprobado tal evento en sus países.

Esto lo reconoció el ministro de Agroindustria de Buenos Aires, Leonardo Sarquís: "Para la provincia puede ser algo bueno, ya que hay regiones donde puede llegar a beneficiar. Pero está la parte comercial”. Que no lo autoriza.

En la Casa Rosada abordaron el tema el presidente Mauricio Macri, su asesor Francisco Cabrera; el CEO de Bioceres, Federico Trucco (bioquímico por la Universidadde Luisiana, con Maestría en Patología de Plantas y Malezología por la Universidad de Colorado, y Doctorado en Ciencias de los Cultivos de la Universidad de Illinois); y el productor Gustavo Grobocopatel -también vinculado a Bioceres-.

Sin duda ellos esperaban que con Jair Bolsonaro, Brasil revisara su oposición al trigo transgénico. Pero esto no ha ocurrido.

Aquí la crónica del corresponsal Felipe Betim para el diario madrileño El País:

"Brasil es un gran exportador de materias primas como la soja, pero el trigo es el único cereal que el gigante latinoamericano importa. El 55% del trigo que se consume en Brasil viene de otros países y el 87% de lo importado viene de la vecina Argentina. Las cifras han aumentado en los últimos años: cerca de seis millones de toneladas en 2018 ante cinco millones en 2017 y cuatro millones en 2016, según los datos de la Asociación Brasileña de las Industrias de Trigo (ABITRIGO). Sin embargo, Brasil no permite la producción o la importación de trigo transgénico, explica Rubens Barbosa, ex embajador y presidente ejecutivo de ABITRIGO. La producción y comercialización de transgénicos solo están permitidos para cinco productos: el maíz, el arroz, los frijoles y la soja y algodón. Más del 90% de la producción brasileña de esos dos últimos productos, bastante vendidos a otros países, es transgénica.

Sin embargo, los productos transgénicos tienen poca aceptación entre los consumidores brasileños, recuerda Barbosa. Asimismo, si una empresa exportadora argentina decide vender el trigo o semillas transgénicas a Brasil, el producto podría ser rechazado por no cumplir las normas técnicas y sanitarias del Gobierno, añade Barbosa. "Eso podría detener la exportación argentina al país", explica.

En su opinión es también posible que haya contrabando de semillas transgénicas, aumentando la producción brasileña y disminuyendo la importación. Lo mismo ocurrió con la soja hace años, hasta que el Gobierno brasileño decidió cambiar su legislación. "La soja transgénica benefició al productor y el Ejecutivo se ajustó. Pero no es algo rápido ni automático, depende únicamente del Gobierno. Con el trigo se hace el pan o la masa, entonces el consumidor brasileño puede rechazar el transgénico". El País ha intentado sin éxito contactar al Ministerio de Agricultura de Brasil.

El 90% de la producción de trigo brasileño está concentrado en Paraná y Rio Grande do Sul, estados cercanos a Argentina, y empieza a expandirse otras localidades. Los productores se enfrentan a problemas climáticos, como el exceso de lluvias o la sequía. Así que las semillas transgénicas argentinas pueden tener una fuerte aceptación entre los productores brasileños, opina José Augusto de Castro, presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil. "En lugares de sequía, si la cosecha cae los precios suben. Pero con una semilla resistente a periodos de estiaje, el productor puede planear la cantidad que va a plantar según la demanda que tiene. Tiene muchas ventajas", explica."

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