D'ALESSIO, EL NUEVO DANIEL BRAVO

La Argentina al desnudo

"Quienes se postulan para las próximas elecciones competirán para saber quién es el menos rechazado, harán del birlibirloque ciencia y la campaña electoral será una muestra pornográfica de la política en la que los ciudadanos nos limitaremos al rol de “voyeurismo”, para votar por los que nos ofrezcan el mejor show visual…": durísimo el columnista.

La realidad argentina no se puede plantear en términos de “crisis” ni debemos explicarla como una consecuencia fatal de hechos externos ni de perversas conspiraciones.

Estos influyen, pero no son decisivos.

De una buna vez, la realidad argentina debe ser entendida, explicada y asumida como un proceso de decadencia no forzado por nadie, sino protagonizado por todos nosotros que, seguimos sumando meritos para hacerla cada vez empinada hacia la nada, repartiendo y personalizando culpas en otros lo que es una muestra de necedad e hipocresía, mostrándonos como víctimas inocentes y virtuosas.

Los malos indicadores económicos, inflación, tasa de interés, inestabilidad cambiaria, aunque el dólar se mantenga calmo (tasas de interés mediante), capacidad productiva ociosa, pobreza y marginalidad en niveles de grosería, sistema previsional en quiebra permanente, gremialismo vitalicio y la lista podría seguir.

Como frutilla de esta ambrosía del fracaso tenemos un sistema económico sin moneda. Hicimos realidad aquello del guiso de liebre, sin liebre.

Las dirigencias políticas tienen una única idoneidad que es su capacidad de manipulación de los calendarios electorales para su propio beneficio y permanencia en el poder, como los casos de Gildo Insfran, Sergio Casas, los Kirchner, los Saadi, los Juárez, los Rodriguez Saá y tantos otros, el peronismo como tal, ahora el macrismo, que era “el cambio” (sic) que pretende su reelección para seguir haciendo lo que “hay que hacer”…

Todo esto configura nuestra decadencia, matizada por las llamadas operaciones políticas cuya materia prima ya no es el barro sino la mierda que, es más contaminante que el cieno.

Días pasados recordamos la operación en contra de Enrique Olivera y el ARI hoy la reiteramos con el caso Marcelo D’Alessio, en un rol similar al que desempeñó antaño Daniel Bravo, que justo ocurre en las vísperas del inicio del primer juicio oral a Cristina Fernández de Kirchner y otros imputados que integran la saga procesal, con lo cual se pretende generalizar las miserias humanas.

Una vez más se reitera que la farsa sucede a la tragedia, la cosa es que muchos la creen como verdad.

Todo lo que hacemos es poco serio, pero no me refiero a la seriedad como cualidad, sino como rictus caricaturesco de una seudo sabiduría que tiene mucho de burla y nada de respeto.

Somos chabacanos, como lo demuestra la vida diaria, recurrimos al diálogo para agraviar, al derecho de peticionar para imponer, parcializamos la justicia para acomodarla a nuestros vicios, confundimos la grosería con la gracia, la prepotencia con la autoridad, siendo una prueba de ello es la fecundidad de los DNU (Decretos de necesidad y urgencia) cuya práctica debería abortarse definitivamente, la lentitud con la virtud de la prudencia, los planes sociales con proselitismo y la elocuencia con la idoneidad.

El gobierno carece de ambas por eso ya aburre.

Quienes se postulan para las próximas elecciones competirán para saber quién es el menos rechazado, harán del birlibirloque ciencia y la campaña electoral será una muestra pornográfica de la política en la que los ciudadanos nos limitaremos al rol de “voyeurismo”, para votar por los que nos ofrezcan el mejor show visual…

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