CUMBRE VATICANA

"Para terminar con el encubrimiento, la Iglesia debería ir contra su propia tradición"

Comenzó la cumbre convocada por el Papa Francisco por los abusos infantiles en la Iglesia Católica Apostólica Romana. El pontífice pide oír "el grito de los niños" pero hay fuerte escepticismo entre quienes conocen del tema, de que algo vaya a cambiar, ya que los reclamos de víctimas de abuso desde hace años, siguen sin ser escuchados. El gran problema es el encubrimiento que históricamente practica la Iglesia ante acusaciones concretas. Para cambiarlo, apunta Julián Maradeo, la Iglesia debería ir en contra de su propia tradición de mantenerse como un estado de excepción, fuera del alcance de la justicia de cada país. "Recordemos que en Argentina, desde 1966, rige el concordato que firmó el Vaticano con el general Juan Carlos Onganía, que le da un fuero de derecho exclusivo. Por eso es que hoy no están obligados los obispos a presentar una denuncia o a entregar a los curas u otros funcionarios de la Iglesia acusados de haber abusado de un menor, a la justicia ordinaria, y por eso es que se resisten a hacerlo y buscan un montón de estrategias para que ello no ocurra."

 

El jueves 21/2, comenzó la cumbre sobre pedofilia en el Vaticano, convocada por el Papa Francisco, quien dijo que el mundo espera "medidas concretas" para luchar contra el abuso infantil dentro de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

El tema ha, durante décadas, "devastado y erosionado la fe en algunos rincones de su vasta Iglesia, mientras era completamente ignorado y negado en otros", apuntó Jason Horowitz del diario The New York Times. Durante 4 días, el pontífice hablará con obispos de todas partes del mundo para discutir la respuesta de la Iglesia ante los abusos de niños por parte del clero.

"El pueblo santo de Dios nos mira y nos espera no con simples y obvias condenas, sino con medidas concretas y efectivas", dijo el Papa. "Escuchen el grito de los niños que piden justicia."

En el 1º día de la cumbre, fueron leídos testimonios de víctimas de abuso (no fueron reveladas sus identidades). "No me escucharon a mí ni a mi llanto", decía uno de los testimonios, según relata el NYT.

Francisco recalcó que su intención es que la cumbre sea una "catequecis", en el sentido de que todos los líderes religiosos puedan atravesar una conversión de espíritu y realmente entender la profundidad y universalidad del problema. Sin embargo, entre quienes siguen la problemática, hay fuerte escepticismo de que esta cumbre pueda traer cambios reales y concretos.

El gran problema es el encubrimiento que históricamente practica la Iglesia ante acusaciones concretas. Existen otros que están preocupados de que la cumbre se convierta en una declaración de guerra contra los sacerdotes homosexuales, corriendo el eje del tema del abuso infantil.

"¿Este cónclave en el Vaticano es un paso adelante en la lucha contra el abuso dentro de la Iglesia? La respuesta es sencilla: no, siempre y cuando el Papa Francisco no se comprometa a que los sacerdotes sospechados sean entregados a la justicia ordinaria para que se los investigue, con la consiguiente entrega de información...", escribió el periodista Julián Maradeo, autor del libro "La trama: Detrás de los abusos y delitos sexuales en la Iglesia Católica", en su cuenta de Facebook.

En entrevista con Urgente24, Maradeo amplió que "desde hace décadas, los sobrevivientes, a través de sus redes a nivel mundial, vienen reclamando avances concretos para empezar a intentar desanudar este problema."

Los avances concretos a los que se refiere son "que cada cura sospechado de acoso y abuso sea entregado a la justicia ordinaria, para que se pueda investigar y a su vez se pueda acceder a toda la información necesaria que contiene cada diócesis. Y en el caso de la justicia eclesiástica, que los abogados canonistas, representantes de las víctimas, puedan participar en un nivel de simetría, de igualdad de condiciones, con la parte de la Iglesia que lleva a cabo los procesos. Como no vienen ocurriendo ninguno de estos avances en lo concreto, a pesar de que comunicacionalmente se lo viene anunciando desde hace muchos años y mucho más con Francisco, quienes venimos investigando este tema desde hace varios años nos mantenemos escépticos", explicó Maradeo a Urgente24.

Maradeo destaca que en los hechos, la realidad es que hasta la fecha, el Vaticano no ha respondido al informe del Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas de 2014, en el cual dice que el sistema de encubrimiento de curas abusadores se mantiene en funcionamiento dentro de la Iglesia. El Vaticano tenía hasta septiembre de 2017 para contestar con un informe en el cual demostrase qué se estaba haciendo para revertir esta situación, y no lo hizo.

Para que los cambios concretos reclamados por las víctimas pudiesen volverse una realidad, se debería ir en contra de la tradición de la Iglesia de mantenerse como un estado de excepción, fuera del alcance de la justicia de cada país, explica Maradeo. 

"Recordemos que en Argentina, desde 1966, rige el concordato que firmó el Vaticano con el general Juan Carlos Onganía, que le da un fuero de derecho exclusivo. Por eso es que hoy no están obligados los obispos a presentar una denuncia o a entregar a los curas u otro funcionarios de la Iglesia acusados de haber abusado de un menor, a la justicia ordinaria, y por eso es que se resisten a hacerlo y buscan un montón de estrategias para que ello no ocurra", explica Maradeo.

Consultado por Urgente24 sobre si cree que a Francisco le gustaría avanzar más rápido de lo que lo está haciendo en este tema, Maradeo respondió que "si uno ve el recorrido de Francisco cuando era cardenal de Buenos Aires como Jorge Mario Bergoglio, no hay ningún signo que permita vislumbrar que (esto) forme parte de una voluntad genuina del Papa sino que es una imposición de los hechos en sí mismos."

"La dinámica propia del Vaticano es actuar siempre detrás de los hechos que se hacen públicos. Hay un caso paradigmático en Italia y Argentina que es el del Instituo Próvolo. Explota en 2016 en Luján de Cuyo, Mendoza, pero el Vaticano conocía el recorrido de los curas italianos enviados desde Verona a la Argentina por abusar de chicos hipoacúsicos como mínimo 10 años antes", agregó.

Muchas víctimas de abuso se encuentran en Roma, donde fueron para encontrarse con los líderes de la Iglesia en el tema.

Pero también están allí para marchar, protestar y hacer que su ira sea escuchada, explica el Times. Aquellos que luchan por otras víctimas de abuso y encumbrimiento de la Iglesia, incluidos hijos de sacerdotes y monjas violadas por clérigos, también están allí.

"La ley canónica debe ser cambiada: no ajustada, no modificada, sino cambiada fundamentalmente, para que deje de priorizar al clero sobre las vidas de los niños, y de los adultos vulnerables que son acosados sexualmente por ellos", dijo Anne Barrett Doyle, codirectora de BishopAccountability.org, una base de datos pública que documenta los casos probados o sospechados de abuso clerical, según AFP.

Del encuentro participan los presidentes de las Conferencias Episcopales de la Iglesia Católica, los jefes de las Iglesias Orientales Católicas, los representantes de la Unión de los Superiores Generales y de la Unión Internacional de las Superioras Generales, miembros de la Curia Romana y del Consejo de los Cardenales, apunta la agencia Ansa Latina.

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