Clarín y La Nación coinciden: Kirchner vive días de éxito

'Clarín' pondera el éxito en la negociación comercial con Brasil y 'La Nación' la nueva relación con USA, más allá que 'Clarín' advierte sobre el riesgo inflacionario y 'La Nación' sobre el atraso tarifario (a propósito de la próxima visita del canciller español). La lectura de las columnas políticas de ambos matutinos obliga a especular que los 2 diarios más importantes del país ya han asumido una reelección de Néstor Kirchner en 2007, probablemente en 1ra. vuelta.

Eduardo van der Kooy en el diario Clarín:

"Ha pasado el mes de enero quizás menos encrespado desde los tiempos de la gran crisis. Se observó a un Néstor Kirchner apaciguado, casi sin brotes de cólera.

(...) La economía continúa dando buenas noticias, al punto que hay expertos que empiezan a palpitar —aunque no lo hagan público— que el crecimiento para el 2006 podría escalar a no menos del 7% u 8%. Pero existen también más de 4,5 millones de argentinos que continúan sumergidos en una pobreza honda y estructural.

Sobre ese universo la inflación lastima como el golpe de un látigo. El índice de enero de 1,3% podría llamar a la vez al entusiasmo y a la decepción. (...)

Kirchner hizo también una fabulosa inversión política. Desde que retomó las tareas oficiales después de las fiestas y de su descanso en El Calafate insumió la mayor parte del tiempo público y privado en abrochar acuerdos de precios. (...) Pero no sería bueno que el árbol termine por esconderles el bosque. (...) Para que el crecimiento sostenido devenga en desarrollo hacen falta a la par planes e inversión.

(...) Por una vez los objetivos de Kirchner concordaron con los de los empresarios. Ninguno de ellos se atrevió a desafiar en público la autoridad del poder que el Presidente rehizo en estos años y exhibió para lanzar la batalla contra la inflación. Pero los propios hombres de negocios parecieron comprender que un alza de precios constante forzaría cierto enfriamiento de la economía, sobre lo cual no quieren oír hablar luego del calvario que representó la recesión instalada con fuerza a partir de 1998.

La yunta entre el Gobierno y los empresarios también ayudó para otra decisión: la limitación de las importaciones desde Brasil que producen daños en la industria local. Pero pesó otro factor: la determinación de Lula de no permitir una nueva fisura en el Mercosur, como las que se insinúan con los conflictos planteados por Paraguay y Uruguay.

Esa voluntad es, sin dudas, compartida por Kirchner. Pero el mandatario brasileño juega, a lo mejor, una partida extra: la consolidación de su liderazgo en el bloque y también en una región que se está tornando entre indescifrable e inasible para Washington. Lula va este año por su reelección en una coyuntura política interna complicada por la resistencia de algunos sectores del establishment económico (...)".

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Joaquín Morales Solá en el diario La Nación:

"Sólo tres meses parece haber durado la frialdad en la relación con los Estados Unidos. Néstor Kirchner dio un giro notable en su política cuando decidió invitar a una reunión no prevista al influyente subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, Tom Shannon, que estaba en Buenos Aires nada más que para reunirse con tres ministros. (...)

Funcionarios argentinos aseguraron que el autor de la iniciativa fue el ministro de Planificación, Julio De Vido, quien también se había quedado rumiando cierto desencanto desde la cumbre marplatense.

(...) Ni aquí ni allá se quisieron reproducir las palabras exactas de Kirchner ante Shannon. Pero lo cierto es que el importante funcionario norteamericano se fue convencido de (...) que las cosas han comenzado a cambiar desde ese encuentro. Todo fluye mejor ahora, dijeron en Buenos Aires y en Washington. Hay, por ejemplo, funcionarios argentinos y norteamericanos que van y vienen entre las dos capitales.

(...) Kirchner ha vuelto a su política anterior a Mar del Plata: no hablar nunca mal de los Estados Unidos, ni pública ni reservadamente. Pero está haciendo algo más: se colocó muy cerca de Washington, pero no al lado, en el conflicto nuclear con Irán. Es Kirchner en estado puro.

En la embrionaria estrategia norteamericana, la Argentina es importante si se trata de contener al beligerante Chávez y, sobre todo, si existe el objetivo de retener a Evo Morales entre los presidentes racionales del continente. Es lo que ha intentado Bush con su llamada telefónica a Morales, posterior al gesto de Shannon de visitar en su casa al mandatario boliviano.

Bolivia es un conflicto que une, por razones políticas o económicas, a Washington y a España. Otra vez Shannon hizo las valijas: estuvo en Madrid en la semana que pasó.

(...) El canciller español, Miguel Angel Moratinos, estará en Buenos Aires dentro de diez días. Se reunirá aquí con los cancilleres del Mercosur y hablará con Kirchner para poner en marcha el tratado de alianza estratégica entre ambos países.

Pero en el subtexto de su agenda figura otra cuestión: la situación de las empresas españolas de servicios públicos. Ninguno de sus problemas se ha resuelto desde las elecciones de octubre, que fue el plazo que puso Kirchner ante Rodríguez Zapatero.

(...) El problema es que la confianza comienza a horadarse. El propio presidente asumió ante la máxima conducción de Aerolíneas Argentinas tres compromisos a cambio de los aumentos salariales de hace dos meses. (...) Enero pasó y ninguno de esos compromisos se cumplió nunca.

El argumento anterior consistía en que un presidente en campaña no podía resolver problemas de tarifas. El argumento de ahora refiere a las expectativas inflacionarias. (...)".

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