El libro que Bin Laden convirtió en Best Seller

POR SANJUANA MARTÍNEZ (*) Hasta hace un par de semanas, Bin Laden en su mensaje dirigido a George Bush el pasado 19 de enero, recomendó la lectura del libro Rouge State del periodista Rouge State hasta entonces casi desconocido. Desde entonces, el texto ha pasado del puesto 205.763 de ventas en Amazon.com, al número 18 de la lista de libros más vendidos del mundo e incluso en la librería virtual se agotaron los ejemplares.

Además de ser el terrorista más buscado del mundo, Bin Laden se ha convertido en crítico literario y gracias a su recomendación, el libro de un estaduniudense es actualmente un best-seller.

Se trata de Rouge State que en español se puede traducir "Estado sin control" con el subtitulo "A Guide to the World's Only Superpower" (Guía de la única superpotencia mundial), escrito por el periodista William Blum, quien vive en Washington.

El texto recopila los "actos antihumanitarios" que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y sus respectivos presidentes, han cometido alrededor del mundo.

Hasta hace un par de semanas, el libro y su autor eran casi desconocidos, pero Bin Laden en su mensaje dirigido a George Bush el pasado 19 de enero, recomendó su lectura, por lo que, el texto ha pasado del puesto 205.763 de ventas en Amazon.com, al número 18 de la lista de libros más vendidos del mundo. Incluso en la librería virtual se agotaron los ejemplares.

¿Cosas de la mercadotecnia? O más bien, cosas de la industria editorial que a veces es impredecible, sobre todo, si se cuenta con una propaganda tan directa. Después de amenazar a Estados Unidos con "nuevos atentados muy pronto", Bin Laden aprovechó su alocución para decir que si el presidente George Bush sigue mintiendo y oprimiendo a los musulmanes, es útil que la gente lea Rouge State.

El resultado de su recomendación ha provocado que analistas políticos como Thomas Friedman en el periódico The New York Times, escriba: "Si Bin Laden no tiene mucho futuro como terrorista, siempre podría organizar un Club del Libro." Y es que "Estado sin Control" está recibiendo, además, criticas excelentes de sus lectores que se pueden leer en Amazon que no lo bajan de "libro excelente"; aunque también tiene sus detractores, ya que el autor está identificado con la izquierda. Autores como Noam Chomsky y Gore Vidal han valorado su obra.

El libro publicado hace seis años, también se puede conseguir en español, pero sólo en Cuba, donde se ha editado. Una de las frases contundentes de Blum deja claro el mensaje de su libro: "Si yo fuera presidente, podría parar los atentados terroristas contra Estados Unidos en cuestión de días y para siempre. Primero, pediría perdón a viudas y huérfanos, empobrecidos y torturados; y a los millones de víctimas del imperialismo americano."

En este análisis compartido por muchos seres humanos, el autor asegura que el terrorismo antiestadunidense es alentado precisamente por la política exterior del presidente Bush: "Es lo que el gobierno de Estados Unidos hace lo que causa el enfado de la gente en todo el mundo".

Blum dice en uno de los capítulos titulado: "¿Por qué los terroristas siguen tomándola contra Estados Unidos?", que el apoyo que Washington ofrece a dictadores de Oriente Medio a cambio de petróleo es particularmente preocupante. Y, claro, opina lo que una gran parte de los analistas del mundo dice: la cuestión Palestina es fundamental y, por tanto, el apoyo de Estados Unidos a la política de represión de Israel es crucial para que crezca el antiamericanismo.

Por supuesto, el autor condena los atentados del 11 de septiembre, pero en su explicación de los hechos coincide con otros grandes intelectuales estadunidenses como Susan Sontag, en el sentido de que esos ataques no fueron obra sólo de "un grupo de locos" descontrolados. Más bien, propone la introspección de los estadunidenses para advertir las razones del odio que despierta la política del presidente George Bush y les advierte: "Si seguimos considerando que se trató de un acto de locos, seguiremos cometiendo los mismos errores, y la llamada guerra contra el terrorismo estará tan condenada al fracaso como la guerra contra la droga."

La publicidad hecha por Bin Laden al libro, no parece enfadarle a Blum, quien en declaraciones a The Washington Post dijo: "No me produce repulsión y no voy a fingir que la tengo".

Blum se alegra de que Bin Laden comparta su punto de vista sobre los errores de la política exterior estadunidense, particularmente en torno a la llamada guerra contra el terrorismo: "Creo que Bin Laden comparte mi punto de vista, y por eso no me desagrada que apoye mi libro, porque es uno de mis principales argumentos."

El mensaje de Bin Laden dirigido a George Bush parece no haber sido escuchado por el mandatario de la superpotencia del mundo. En el Informe a la nación, el presidente estadunidense mencionó por primera vez, en dos ocasiones el nombre del terrorista más buscado del mundo, pero para hacer propaganda y para prometer lo mismo: que pronto lo pondrá en la cárcel: "Nadie puede negar el éxito de la libertad, pero algunos hombres luchan contra ella."

Sin embargo, Bush se dirigió a la nación como un presidente debilitado que sigue defendiendo cosas ilegales, como las escuchas telefónicas o el espionaje a diestra y siniestra en nombre de la lucha contra el terrorismo. El inquilino de la Casa Blanca se dirigió a los legisladores por quinta vez desde que ganó las elecciones en el año 2000, pero algo ha cambiado: ha dejado de ser el presidente de la guerra y ese capital político que utilizó en años anteriores, se acabó.

Bush debió haber reconocido que ha fracasado en su intento por detener a Bin Laden y que en nombre de ese supuesto fin, ha causado la muerte de miles de personas en Irak y Afganistán. Con el objetivo de "cazar" a Bin Laden el presidente invadió dos países que actualmente no son más que una caricatura de lo que fueron. ¿Cuáles son las diferencias del Irak de Saddam Hussein al Irak de George Bush?

Las torturas abundan en las cárceles iraquíes, al igual que cuando el dictador Hussein hacía de las suyas. Las cárceles clandestinas albergan a cientos de inocentes, como cuando el depuesto presidente iraquí las usaba. La corrupción en la llamada "reconstrucción" de Irak es galopante. Sólo hay que leer los casos de corruptelas surrealistas que inundan los periódicos estadunidenses cada semana. Hussein vivía de la corrupción. ¿Cuánto dinero están sacando las petroleras estadunidenses del pastel iraquí? ¿Cuánta lana está obteniendo Cheney y el grupo de los halcones petroleros del gabinete presidencial?

Bush se equivoca cuando dice que Estados Unidos es "adicto" al petróleo, quienes son adictos al petróleo son ellos. El presidente es el hombre más vinculado al sector petrolero en la historia democrática de este país. Y para muchos es sólo un testaferro de las multinacionales energéticas. Cuando él empezó su mandato el barril del petróleo costaba 14 dólares y ahora rebasa los 68 dólares. ¿Qué más pruebas necesita la comunidad internacional para acceder a la demanda de Impeachment (impugnación) que un sector de Estados Unidos exige contra su presidente?

La súper potencia consume el 26 por ciento de la producción mundial de petróleo. Sus principales proveedores son los dictadores de Oriente Medio con los que George Bush mantiene excelentes relaciones. Tal vez, por eso, sea bueno que el libro Rouge State le abra los ojos a miles de ciudadanos del mundo.

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(*) http://www.proceso.com.mx/

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