Dinero y poder: La pelea Cirsa vs. Casino Club y los millones en juego

Durante los últimos días se han sucedido informaciones vinculadas a los casinos flotantes; algunas judiciales y otras gremiales. ¿Qué está ocurriendo en uno de los negocios más exitosos de los últimos 10 años en la Argentina? Crónica de una puja millonaria y una negociación difícil que asimila el kirchnerismo al menemismo. POR EDGAR MAINHARD

Días difíciles para la empresa española Cirsa, concesionaria de los 2 buques-casino anclados en un muelle de la Costanera Sur porteña; el más antiguo de los 2 flotantes hizo historia en el juego de azar planetario, al amortizar en apenas 2 años una inversión de US$ 120 millones. El buque-casino 'Estrella de la Fortuna' era la envidia hasta de Las Vegas, la exótica ciudad del estado de Nevada donde la ética estadounidense tiene licencia para pecar.

Por supuesto que el 'Estrella de la Fortuna' fue un símbolo del menemismo, en parte porque su representante en la sociedad permisionaria, Miguel Ángel Egea, hizo ostentación de bonanza; otro poco porque llegaron algunos licenciosos catalanes, o falsos catalanes -al final de cuentas Manuel Lao, el dueño de Cirsa es un andaluz afincado en Catalunya donde edificó su fortuna-, que gustaban desayunar con champaña y cenar con conejitas Playboy.

Y podían hacerlo, para terror de los bingos porteños y bonaerenses y el casino en Tigre, que no aceptaron que hay suficiente para todos. ¿Qué es suficiente cuando uno ha sido picado por la insatisfacción y la angurria?

Bueno, no solamente Egea pudo poner 'millonario' en su tarjeta personal. A Carlos Bettini tampoco le fue mal, por ejemplo. Él se hizo próspero bastante antes de esta embajada en Madrid que administra para ¿la Argentina? Bettini conoció a Lao a través de un señor casi insoportable para todo el mundo salvo para Bettini, y para Alfonso de Salas, el presidente de Unidad Editorial, editorial del diario 'El Mundo', de Madrid, que dirige, con mandato renovado hasta 2011, Pedro Jota, el único...

Bettini, aún cuando lo desmienta una y otra vez, ha sido un buen consejero de Lao acerca de los negocios posibles en la Argentina; y Bettini ofreció una cartera de contactos que no tenía Egea y que permitió que el negocio sobreviviera al menemismo. ¿O cómo cree Ud. que un buque-casino amarrado en forma casi perpetua, y con autorizaciones bastante rebuscadas en lo jurídico, podría sobrevivir luego de 1999?

Los de la UCR y los del Frepaso, y aún los peronistas no aceptados por el menemismo, crujian de envidia; pero para ellos también hubo lo suficiente para aplacar el malhumor; hasta para la señora transparente que fue ministro, y a quien se le cumplió el estipendio cuando ya no era ministro. Ni hablar del ex fiscal temerario que llegó para acabar con la corrupción en la Ciudad y que pactaba lo que anunciaría en aquellos encuentros en el Alvear Palace Hotel. Porque, al final de cuentas, la única diferencia entre el menemismo y los 'progresistas' es la diferencia que puede haber entre la amoralidad y la inmoralidad. Apenas eso.

Entonces, la dadivosa Cirsa logró sobrevivir a varias acechanzas, incluyendo aquel intento de Samuel Liberman de poner tragamonedas en el Hipódromo de Palermo; deseo que tanto tenía Fernando De la Rúa pero no logró concretar en otra demostración de torpeza. Ellos ignoraban que también tenía esos deseos un personaje rústico pero tan concreto como efectivo, Cristóbal López, quien se lo había confesado al tal Egea bastante antes, durante una pegajosa noche misionera.

"Bueno... es posible, pero habría que cambiar toda la legislación vigente", opinó Egea; ignorando que un día ocurriría, para desesperación de Liberman, quien quedó afuera del negocio cuando tenía todas las tragamonedas compradas y debió buscar otro horizonte, cruzando el Río de la Plata, en Montevideo.

Tierra de oportunidades es Uruguay. Recibió tan bien a Liberman como a los fabricantes de pasta de celulosa que huyeron de la Argentina cuando, en aquella reunión en la oficina de Diagonal Norte, el gobernador Jorge Busti les reclamó -dicen las malas lenguas- 30% de la inversión total; origen del conflicto 'ecologista' entre Gualeguaychú y Fray Bentos. Esto es menester aclararlo porque algunos imbéciles creen que Busti se hizo ambientalista.

A cara de perro

Cristóbal López y su Casino Club lograron ingresar al Hipódromo de Palermo cuando Eduardo Duhalde era Presidente interino; y quien hoy es intendente municipal de Lomas de Zamora, de apellido Rossi, administraba el azar vía control remoto. Así, Cristóbal sorprendió al buque-casino, que encontró un competidor no previsto, luego del fracaso de Liberman.

Cristóbal creía en las tragamonedas tanto como en el petróleo, su otra pasión. Y no se equivoca: los adictos al juego de azar tienen una preferencia creciente por las 'tragaperras' más que por 'el paño', como se le llama a la ruleta y juegos similares. El buque-casino apostó fuerte al 'paño' porque, a mediados de los '90, respondía esa era la preferencia de la sociedad local, básicamente de los apostadores masculinos. Luego, desde USA y a caballo de las apostadoras, que hoy prefieren las salas de juego a la peluquería, y del desarrollo de la informática, creció el otro azar, el de las máquinas.

El 'Estrella de la Fortuna' es el 3er. casino del mundo con más cantidad de 'paño', luego de uno que está en Grecia y otro en Singapur.

Pero Cirsa tenía autorización para un 2do. buque-casino, que decidió equipar con 'tragamonedas' para entrar en la tendencia; en tanto Liberman presionaba tanto en la Casa Rosada que lo sentaron con Cristóbal López; y le ofreció sus bingos porteños para instalar, juntos, más 'tragamonedas', los suficientes como para que cada ama de casa de la Ciudad de Buenos Aires pudiera jugar con tanta comodidad como cuando visita la feria o el super.

Con todo lo que se dice, y se especula, acerca de su relación con Néstor Kirchner -bueno, algún fundamento hay para la sospecha, pregúntenle al ex juez Juan Galeano qué le ocurrió cuando pidió los certificados de habilitación de las máquinas en Palermo-, López tuvo un acuerdo con Cirsa y otro, separado, con Liberman; y si fracasó el asalto sobre el Hipódromo de San Isidro fue porque Eduardo Duhalde aún no había sido despedazado en la batalla contra Kirchner; habrá que ver cómo queda esa asignatura pendiente si hay reelección...

Manuel Lao negoció con López que habría un 2do. buque-casino con tragamonedas, el 'Princess', y luego llegarían las 'tragaperras' a los bingos; pero ocurrieron varios infortunios desde que Lao puso a su contador obeso, Pablo Gelman, a administrar el casino, como consecuencia de que López se quejó de los modales del anterior.

Bueno... don Manuel tampoco es hombre de modales refinados; y en las discusiones dispara el vozarrón cuando algo no marcha por el sendero elegido. No siempre es útil la técnica; a veces no sirve para nada, como ocurrió con los chinos, que lo embaucaron en el casino en Brujas; tampoco parece que ya sirve con Cristóbal, que se le ha plantado, acusándolo de incumplir acuerdos sobre el negocio de las tragamonedas porteñas.

El 2do. buque está instalado pero no prospera la instalación de las otras tragamonedas.

Cirsa culpa a Lotería Nacional y el Instituto del Juego porteño, que ahora tironean a los españoles pero también resulta evidente que el Estado tiene razón, que el negocio hay que reformarlo porque cuando se pactó no existía Instituto del Juego porteño, opinan muchos.

Lo concreto es que luego del más reciente griterío de don Manuel, asombrado descubrió que Cristóbal no fue a menos; pero no quedó en palabras, y una señal de que la cosa se ha complicado es que Lotería Nacional irrumpió en escena, lo que nunca había ocurrido.

Y el juez Roberto Gallardo se ha puesto tedioso; las partes están citadas para el día 8 a ver si se ponen de acuerdo, hoy muy improbable.

Para colmo, el sindicato de trabajadores del buque-casino se puso efervescente. Cirsa controlaba la situación a través del hoy legislador porteño Daniel Amoroso; pero algo ha ocurrido que ayer viernes más de la mitad de los empleados estaba en conflicto con la empresa. ¿Qué hará Amoroso, quien ya tenía un conflicto por la afiliación de sus empleaos, cuestionada por los del Somu, la gente del 'Caballo' Suárez? ¿Visitará al kirchnerismo o esperará a las gestiones de Cirsa?

La consultora de prensa que Aníbal Ibarra le impuso a Cirsa había garantizado a los españoles que todo lo que ocurre en el juzgado de Gallardo y su presión sobre el buque-casino no saldría en los diarios. "Yo manejo todo, quédense tranquilos", prometió la señora. Un error tomar ese compromiso en este momento. Por lo pronto, es desconocer qué está ocurriendo.

Cristóbal ganó esa pulseada: 'Clarín' y 'Página/12' dieron cobertura amplia al tema, y detrás fueron 'La Nación' y el resto. Abrumador. Parecía el Zaragoza estrujando al Real Madrid. A Gelman le tembló la voz mientras revisaba la carpeta de recortes de prensa.

Por supuesto que Cirsa ya hizo su negocio y si demandara al Estado nacional por incumplimiento de lo que resta del contrato, aún cuando le pagaran con bonos públicos, de todos modos estaría hecho; pero no dará por perdido lo que todavía puede pelear. Y ahí salieron sus abogados y los amigos que les quedan para mover las influencias y recuperar la iniciativa.

Lo concreto es que el negocio habrá que compartirlo, evidentemente; y si bien el buque-casino y el Hipódromo pueden resultar afectados, en la suma gana López porque tiene posición tomada sobre la nueva capacidad instalada que llega: los tragamonedas delivery.

No es negocio sencillo; demasiado infectado por la política y, entonces, con alta inseguridad jurídica. Por eso le apetece tanto a los políticos y a los traficantes de influencia que pueden recaudar honorarios de 6 dígitos. Y no se haga ilusiones, esto no es ideología -por más que el ilustre Ricardo Monner Sans diga lo contrario-, es 'solamente' dinero. Nada menos que mucho dinero.

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