La Pareja Global: Juntos aunque separados

POR ALMA ROSA GUTIÉRREZ (*) Febrero es el mes de 'amor' pero las parejas han cambiado con los años. Una nueva tendencia de parejas juntas pero separadas es el concepto más moderno de convivencia entre dos personas con un vínculo amoroso, incluso legal y religioso. Implica encuentros sexuales de fin de semana y comunicación telefónica.

La globalización, con sus particulares usos y costumbres, se ha colado, incluso, en el terreno que pertenece a la pareja. Ha incidido en la manera de relacionarse.

Así, entre la diversidad de parejas que han ido naciendo con la evolución de la sociedad, hemos llegado a lo que se podría denominar la pareja global, que irá ganando espacio dado el desarrollo, en todos los órdenes, que ha alcanzado por fin la mujer.

Ese fenómeno ya comienza a darse, sobre todo en Europa, en el mundo de los ejecutivos.

Consiste en que las parejas de profesionistas que, por motivos de trabajo, no pueden compartir el mismo lugar de residencia, llegan a establecer un living apart together (vivir aparte, juntos).

En estos casos, aunque el divorcio o la infidelidad pudieran acechar, también cabe la posibilidad de que la conversación entre ellos, vía telefónica, sustituya con mayor calidad las rutinas de mirar el televisor juntos cada noche, sin demasiada interacción. De igual forma, sus encuentros de fin de semana cubren "la cuota" de relaciones sexuales necesaria.

Y por último, aunque lo más difícil de sortear sea la crianza y educación de los hijos, estudios realizados en Europa (mencionados por el doctor suizo Jürg Willis, prestigiado sicoterapeuta de parejas contemporáneo) arrojan datos tales como que en países con mayor tasa de empleo femenino existen las mayores tasas de natalidad y por tanto, las posibilidades de asistencia infantil son las mejores.

En fin, si algo define hoy la relación de pareja no es ya, primordialmente, un precepto religioso, legal o moral.

Antes que ello es un vínculo construido y definido por quienes lo conforman. Un vínculo que en aras de la autorrealización en el amor, acepta diversidad de situaciones, pero con responsabilidad.

Compromisos de solteros

¿Cómo hemos llegado a una pareja tan civilizada en la que, a pesar de no compartir el mismo techo, predomina la fuerza del amor y el apego y se respetan valores básicos como la fidelidad? La historia es interesante:

Cambios y consecuencias

Las transformaciones económicas, sociales y políticas que el mundo empezó a registrar a partir de los años 50 del siglo pasado trajeron, como una de sus principales consecuencias, cambios de organización en el núcleo familiar.

Y es que, si bien pareciera un argumento menor, en el ámbito del hogar la llegada de aparatos electrodomésticos y la expansión de la economía de consumo (alimentos preparados, aspiradoras, hornos de microondas, lavadoras, etcétera) simplificaron las labores domésticas y contribuyeron a que las mujeres dispusieran de más tiempo y por tanto, pudieran empezar a desempeñarse en otro orden de actividades.

Algunas de ellas optaron por prepararse profesionalmente y/o empezar a ocupar puestos dentro de la economía formal.

Más tarde, la división del trabajo que había funcionado durante largo tiempo, en la que el hombre se encargaba de ganar dinero y la mujer del hogar y los hijos, dejó de ser el modo único y exclusivo de la organización familiar.

Además, otros factores importantes, como el surgimiento de la píldora anticonceptiva, las ideas de liberación femenina y el menor número de hijos, entre otros, desataron una verdadera revolución en la estructura matrimonial y en la vida sexual de las parejas.

Jürg Willi lo pone así: "Las relaciones sexuales, matrimoniales y familiares han cambiado más en los últimos 40 años que durante los tres siglos anteriores" .

La píldora y la libertad

Para finales de los años 60 y la década de los 70, la píldora propició una libertad sexual nunca antes vista, por la disminución de embarazos no deseados. Así, se relajó la moral sexual e incluso se cuestionó el tema de la fidelidad sexual, toda vez que "amor" se equiparó con libertad y la libertad lo era para ser fiel e infiel.

En consecuencia, se produjo un auge en las relaciones extramaritales, el intercambio de parejas, sexo en grupo o matrimonios liberales; y todo ello sin que hubiera cabida (al menos no abiertamente) para la palabra celos.

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(*) http://www.eluniversal.com.mx/

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