Con varios conflictos en el tintero, K viaja a Chile a encontrarse con su pares

Mientras los chilenos viven con cierta indiferencia las horas previas a la batería de actos preparados para mañana con motivo de la asunción de la socialista Michelle Bachelet como la primera presidenta en la historia del país, otra monumental maquinaria protocolar se ha puesto en marcha para recibir desde hoy a los cerca de 30 jefes de Estado que desfilarán por las ceremonias centrales. Entre ellos, estarán Néstor Kirchner y su par uruguayo Tabaré Vázquez, quienes no han dado señales de un encuentro pese a los intentos del chileno Lagos por reunirlos. Las diferencias que existen entre Argentina y Uruguay no están centradas solo en las pasteras que se están instalando en Fray Bentos (y que afectan también a Chile), en Balcarce 50, se está monitoreando también el acercamiento que está teniendo el vecino país con USA.

Mientras los chilenos viven con cierta indiferencia las horas previas a la batería de actos preparados para mañana con motivo de la asunción de la socialista Michelle Bachelet como la primera presidenta en la historia del país, otra monumental maquinaria protocolar se ha puesto en marcha para recibir desde hoy a los cerca de 30 jefes de Estado que desfilarán por las ceremonias centrales, en las ciudades de Valparaíso, Viña del Mar y Santiago.

Pero más allá del descorche para celebrar la asunción de la sucesora del también socialista Ricardo Lagos, muchos han puesto el foco de atención en lo que ocurrirá en la antesala de los festejos públicos; esto es, las reuniones que se han agendado entre la presidenta electa y el propio Lagos, con algunos de los visitantes más empinados.

Por caso, los medios de prensa chilenos le dan una relevancia particular a la llegada del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien traerá bajo el brazo el reclamo centenario de su país para que Chile le abra la puerta al mar que le clausuró en la Guerra del Pacífico (1879-1883). Las dos naciones mantienen interrumpidas sus relaciones diplomáticas desde 1978, pero tanto el inminente gobierno de Bachelet, cuanto el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, se han dispensado por estos días gestos de buena voluntad para tratar arrimar una solución al añejo diferendo.

Siempre con Evo en el centro de la escena previa, se comenta que los actos "paralelos" programados en Santiago por distintas organizaciones políticas y sociales para homenajear al presidente boliviano, han puesto de mal humor a las principales espadas de Bachelet, ante la presunción de que el dirigente cocalero le pueda "opacar" la fiesta a la exponente de la Concertación de Partidos por la Democracia.

Evo, incluso, ha hecho saber desde La Paz que aprovechará su paso por Chile para reunirse con otra de las figuras estelares invitada a los actos de cambio de mando: la secretaria de Estado norteamericano, Condoleezza Rice. Washington confirmó anoche ese encuentro.

En materia de cartel, además, se descuenta que una gran porción de protagonismo se la llevará el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien también tiene en carpeta un "aparte" con Bachelet y Lagos, posiblemente durante la cena que el jefe de Estado saliente ofrecerá hoy a las autoridades extranjeras en el Palacio de la Moneda.

Mientras Evo Morales dice que Bolivia le vendería electricidad a Chile a cambio de que le habiliten una salida al mar (aunque no lo plantea como una condición), Chávez volvería a batir el parche con la construcción de un gasoducto internacional que saldría de Venezuela y pasaría por Brasil, Argentina y, también, Chile. Con todo, Lagos ya le bajó el perfil a las ambiciones de Chávez y dejó en suspenso un entendimiento con Evo por la compra de energía.

Néstor Kirchner viajará hoy acompañado por gran parte del gabinete nacional.

A bordo del Tango 01, partirá a las 14:00 desde la base militar del Aeroparque Metropolitano hacia Santiago de Chile, donde prevé llegar dos horas más tarde.

La senadora Cristina Fernández de Kirchner, los ministros de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana; de Planificación Federal, Julio De Vido; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el vocero presidencial, Miguel Núñez, presenciarán la asunción de la presidenta chilena.

También formarán parte de la comitiva que acompañará a Kirchner los titulares de los bloques justicialistas del senado Miguel Angel Pichetto; de diputados, Agustín Rossi; el titular de la Cámara Baja, Alberto Balestrini, y el presidente provisional del Senado, José Pampuro.

Aunque aún no fue confirmada quiénes viajarán, varios gobernadores fueron invitados a participar de las ceremonias de asunción que se realizará en la ciudad chilena de Valparaíso.

Tras su arribo a la capital chilena, Kirchner se trasladará al hotel Sheraton, lugar en el que se alojarán varios mandatarios invitados a los actos de asunción.

En la agenda de Kirchner no está prevista, hasta el momento, ninguna reunión con su par uruguayo Tabaré Vázquez, en el marco de la pelea entre ambos países por las papeleras de Fray Bentos, pero las fuentes consultadas en ambos gobiernos no dejaron abiertas muchas posibilidades de que se pueda producir un encuentro.

Días atrás, el saliente presidente de Chile, Ricardo Lagos, hizo pública su intención de aprovechar la oportunidad para provocar un charla entre ambos mandatarios para buscar una salida a este conflicto.

El mandatario chileno invitó a comer a Kirchner y a Vázquez fuera de la agenda por la asunción de la nueva presidenta, pero pocos creen que, aun si ese encuentro se cumpliera, vaya a destrabar un conflicto que se agravó en las últimas semanas y que merecería mucho más tiempo de diálogo que el efímero escenario chileno.

De todos modos, Kirchner y Vázquez se verán las caras esta noche, aunque será durante una concurrida cena a la que fueron invitados varios presidentes en despedida a Lagos.

El sábado la comitiva argentina prevé salir a primera hora de la mañana, ya que deberá recorrer unos 150 kilómetros hasta la ciudad de Valparaíso, donde se llevará a cabo los actos de asunción.

Es por ello que a partir de las 11:00, Krichner estará presente en el parlamento chileno, donde escuchará el discurso de la flamante presidente Michelle Bachelete.

Tras la ceremonia, Kirchner participará del almuerzo protocolar que organiza la presidente de Chile para los jefes de Estado. Luego del encuentro la comitiva argentina retornará a Santiago de Chile, desde donde viajará a Buenos Aires. El arribo al Aeroparque Metropolitano está previsto para las 19:00 horas.

* Por primera vez, una mujer

La candidata oficialista Michelle Bachelet se impuso en las últimas elecciones presidenciales en Chile y se convertirá en la primera presidenta de la historia en Latinoamérica.

La candidata de la gobernante Concertación, hija de un general que fue víctima de la dictadura pinochetista, derrotó en la segunda vuelta al candidato de la derecha Sebastián Piñera. Bachelet, una médica de 54 años, obtuvo 3.712.587 sufragios (53,49%), sobre los 3.227.395 (46,50%) de Piñera.

* Muchas diferencias

Las diferencias que existen entre Argentina y Uruguay no están centradas solamente en las pasteras que se están instalando en Fray Bentos. Si bien el conflicto ocupa hoy la agenda oficial de ambos países, mérito exclusivo de la firme postura del pueblo de Gualeguaychú, lo cierto es que en Balcarce 50, se está monitoreando el acercamiento que está teniendo el vecino país con USA.

Mientras se mantiene el bloqueo fronterizo, Uruguay avanza con su política para encontrar otros horizontes comerciales, entre ellos, resucitar la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio con el gran país del norte. Incluso, se conoció que hasta la izquierda uruguaya estaría respaldando la decisión de Tabaré Vázquez de abrir las puertas a otros mercados internacionales, por fuera del bloque Mercosur, con el argumento que el cierre fronterizo está causando perjuicios económicos.

Así la cosa, si sólo se pretende analizar este diferendo desde el punto de vista de las industrias contaminantes, se estará mirando sólo lo superficial y no el fondo de la cuestión.

Hasta el propio ministro de Industria de Uruguay, Jorge Lepra, reconoció en una reciente visita que hizo a USA que "las exportaciones a USA son más importantes que las realizadas a Brasil o a la Argentina".

Si los vecinos de Gualeguaychú, no hubiesen cortado el puente internacional, seguramente el tema de las pasteras, a nivel nacional hubiese quedado sólo como un problema ambiental y maloliente. Claro, que sobre este conflicto, también vale decir que hay decisiones políticas que ni Argentina ni Uruguay tienen la intención de solucionarlo. Por ahora, ambos se pusieron de acuerdo para cuestionar los piquetes ambientalistas.

* En Uruguay estiman pérdidas por US$200 millones

Las Cámaras exportadores y de Industria del Uruguay aseguraron que perdieron más de US$200 millones como consecuencia del bloqueo de puentes en el marco del conflicto por la instalación de las papeleras en Fray Bentos.

Por tal motivo, solicitan una rápida solución al diferendo a través de una reunión "mano a mano" entre los presidentes de Uruguay y Argentina, según el diario La República.

Además del perjuicio que experimenta el sector de transporte y turístico uruguayo por el bloqueo de dos de los tres puentes internacionales, el conflicto por las plantas de celulosa tiene una afectación mayor. Esta situación negativa incluye a la industria frigorífica, con las trabas que se le aplican a la exportación de carnes a Chile, y la dificultad para la importación de insumos destinado a la industria nacional.

Ayer, en la reunión que mantuvieron varias de las cámaras afectadas con el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Colorado, se deslizó una cifra para nada menor de pérdidas: más de U$S 200 millones para estos sectores.

El dirigente colorado, Alberto Iglesias informó que en la reunión del miércoles, se acordó en la necesidad de apostar al Mercosur, y en solicitarle al presidente Tabaré Vázquez que no modifique su postura respecto a la soberanía que tiene el país para la construcción de las plantas de celulosa, pero que dialogue directamente con el presidente argentino, Néstor Kirchner para superar el diferendo.

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