El Mundial, la gran frustración china

China está intentando enviar a la Luna una nave tripulada pero no consigue enviar a Sudáfrica un equipo de fútbol. China se plantea convertirse en la 'locomotora' de la economía global, pero resulta que un país en crisis como Grecia está disputando el Grupo B del Mundial. El Diario del Pueblo, de Beijing, le dedicó al tema una extensa nota que exhibe frustración.

BEIJING (El Diario del Pueblo). Un bloque dorado de casi cinco kilogramos de peso tomó forma de copa en las hábiles manos del artista italiano Silvio Gazzaniga, quien bautizó a su obra como "Hércules".
Cada 4 años, los aficionados al fútbol del mundo entero se desviven por predecir el destino de esa copa de oro, devenida en el más alto trofeo que se otorga al deporte de las multitudes.
En 2010, tras un recorrido de 80 años, la Copa Mundial se ubicó al fin en el continente africano.
De los 208 miembros de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), decenas de ellos han sido repetidos anfitriones de las competiciones de la etapa final de la Copa Mundial.
El público en esos países tiene suficientes razones para prestar atención a este evento.
Pero también hay más de un país donde la práctica del fútbol no tiene el nivel suficiente para participar en ese "ágape deportivo", de modo que en esos territorios los mundiales son espectáculos sólo para contemplar y divertirse, sin que sea preciso dejar correr las pasiones por los resultados.
La impaciencia de FIFA
Es de conocimiento público que Asia es la región más atrasada en cuanto a nivel de fútbol y que en la historia de las contiendas por la Copa Mundial, dicha región quedó si participación auténtica por mucho tiempo.
Tanto fue así, que incluso, años atrás, se debió fusionar con África, para lograr entre ambas zonas geográficas un único boleto de participación a nombre de los 2 continentes.
De unos 50 años a la fecha, según se iba ampliando la cantidad de países presentes en el evento, Asia ha obtenido unos cuantos puestos más.
Sin embargo, el fútbol chino ha sufrido una derrota tras otra, causando la preocupación de la dirigencia de la FIFA, que ya se impacienta más que los propios chinos, al ver cómo un gran país, con miles de millones de habitantes y un enorme mercado para el consumo del fútbol, se mantiene al margen, sin lograr incorporarse a la corriente mundial por más esfuerzos que haga.
Conforme al principio que rige en la FIFA, no se puede intervenir en los asuntos internos de las distintas federaciones. De tal suerte, a la FIFA no le queda más remedio que contemplar, inerme, cómo el fútbol chino va sin logros, de un sitio a otro.
China es un caso especial.
Cuenta con la mayor cifra de aficionados del mundo, quienes no tienen muchas experiencias sobre la Copa Mundial, pero mantienen por todo lo alto su entusiasmo.
Hace 8 años, cuando las finales de la Copa Mundial llegaron por 1ra. vez a Asia, decenas de miles de aficionados chinos viajaron a Surcorea, a cuyas canchas llevaron la bandera roja de las 5 estrellas. Cuando la selección china no logró hacer ni 1 solo gol, ni anotó 1 solo punto, los simpatizantes chinos y muchas personas que no comprendían bien el fútbol se sintieron sumidos en la amargura de la derrota, preguntándose cuándo podría China volver a la cancha del Mundial.
Decepcionados, muchos chinos en aquel entonces desviaron su interés por el fútbol hacia otras actividades, e incluso juraron no ver más fútbol chino, dedicándose a contemplar en su lugar los partidos de la división A en Europa y la Copa del Mundo 2006.
La atención por la Copa del Mundo tiene algo que ver con la desilusión por el fútbol nacional, tema que ha marcado por mucho tiempo el desarrollo del fútbol chino.
Messi y Maradona
La distancia entre la flor y nata del fútbol mundial y el estado actual del fútbol en China se agranda cada vez más, algo que se encargan de reiterar los medios de comunicación chinos, mientras que la afición ni siquiera tiene la paciencia para seguir esperando.
El prolongado cuesta abajo del fútbol chino le ha ido dejando sin seguidores en su país.
Los simpatizantes chinos conocen la vida y milagros de las estrellas futbolísticas mundiales; los varones prestan atención a sus habilidades y las mujeres prenden sus corazones al atractivo masculino de los jugadores foráneos.
De noche, corren ríos de cerveza en los bares donde los 'hinchas' celebran a sus ídolos. Muchos se consuelan viendo en pantalla a los deportistas más destacados, mientras aventuran quién será el protagonista en este certamen de la Copa Mundial.
Algunos apuestan por Lionel Messi, en tanto que otros ven con mala cara a Diego Armando Maradona, lo que les hace sumirse en acaloradas discusiones.
Con bastante antelación, los canales de televisión y los sitios web han comenzado a disputarse el favor de los fanáticos, creando muchas actividades vinculadas con la Copa Mundial, lo que les significa pingües ganancias.
Con la llegada de la Copa del Mundo se olvidan por un rato los reveses y las cosas desagradables.
La Copa del Mundo de Fútbol y los Juegos Olímpicos son 2 grandiosos eventos en la arena deportiva internacional.
China ya ha organizado con éxito una Olimpiada, tras la cual el entusiasmo por el evento se ha mantenido en alto; en cuanto a las competencias finales por la Copa del Mundo, aunque participó en ellas hace 8 años, China sigue viviendo de ilusiones que parecen imposibles de alcanzar.
La promoción
Si la FIFA considera ante todo los intereses, habrá que concluir que el fútbol chino da mayor importancia a las apariencias.
Pero los fanáticos no prestan atención a este aspecto, conformándose con deleitarse ante las justas, que debe ser en rigor el sentido de la existencia de los deportes. No hay por qué complicarse.
A partir de la Copa Mundial Sudáfrica, los magnates de la FIFA ofrecen los partidos de grupo por día en diferentes horas, para facilitar que los fanáticos en distintas latitudes puedan ver los juegos en vivo por televisión.
Para los aficionados chinos, este ajuste de horarios es mucho más conveniente que los anteriores, pues ver la competición a las 19:30 significa disponer de una entretenida sobremesa en horario estelar.
Los otros 2 partidos se efectuarán antes y después de la medianoche, de modo que los auténticos hinchas se darán a conocer exhibiendo su capacidad para pasar la noche en vela.
Lo importante no es si esta medida de la FIFA sirve mejor a los aficionados o si sólo se adapta a las necesidades de las empresas a cargo de la transmisión y de hacer publicidad. Cualquiera que sea el motivo, es bueno.
Durante los próximos 30 días, quienes pasan por alto el fútbol y no ven los partidos de la Copa del Mundo se sentirán probablemente solitarios y deprimidos. Se perderán una de las fiestas más sobrecogedoras y participativas del planeta y, sobre todo, la inconmensurable felicidad que acompaña a cada Copa del Mundo.

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