SOCIEDAD DIVIDIDA EN CASTAS

El Tribunal Superior de India prohíbe la versión local de la Sharia

Un fallo emitido este miércoles (20/04) por el máximo tribunal de justicia del país asiático declara ilegales los consejos locales conocidos como “jap panchayats” que autorizaban los crímenes de honor cuando se violasen normas ancestrales que establecen las autorizaciones para contraer matrimonio.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Los crímenes de honor empezaron el camino de la prohibición en la India.

En un fallo que los considera "vergonzosos y brutales", el Tribunal Supremo dictó este miércoles (20/04) un fallo declarando ilegales los consejos locales conocidos como “jap panchayats” que autorizaban los crímenes de honor cuando se violasen normas ancestrales que establecen las autorizaciones para contraer matrimonio, especialmente en lo que se refiere sistema de castas.

El tribunal ha afirmado, según los medios indios, que los gobiernos estatales deben emprender acciones contra los policías y otros miembros de la autoridad que no impidan que esos consejos locales promuevan los crímenes por honor y otras atrocidades y no detengan a los presuntos culpables.

Los 'jap panchayats' celebran juicios amañados, sin garantías para los acusados, en zonas rurales de los estados de Haryana, Punjab y Uttar Pradesh. Principalmente, abordan temas relacionados con la casta.

"En los últimos años, hemos conocido casos en los que los 'jap panchayats' ordenan o animan a cometer crímenes de honor u otras atrocidades de forma institucionalizada contra chicos y chicas de distinta casta o religión que quieren casarse o se han casado, o se entrometen en la vida personal de la gente", ha señalado el Supremo en su fallo.

El juez Markandey Katju, que preside el tribunal, ha subrayado que "las atrocidades cometidas en el marco de la vida personal por personas brutales y con mentalidad feudal merecen un duro castigo".

"No hay nada de honorable en estos 'crímenes de honor'. Son cometidos por personas brutales y de mentalidad feudal", argumentó la corte, que dictaminó que sus decisiones "son totalmente ilegales" y ordenó castigar a quienes las impartan y también a las autoridades policiales y judiciales que lo permitan.

"Ésta es la era de la democracia y la igualdad. Ninguna persona de ninguna comunidad debería ser insultada o mirada por encima del hombro y no se deberían herir los sentimientos de nadie. Ése es el espíritu de nuestra Constitución", ha destacado el tribunal.

Asesinatos, secuestros o violaciones por cometer el "delito" de casarse con alguien de otra casta son algunos de los castigos impartidos por los consejos locales de la India, un sistema de "justicia" paralela que el Tribunal Supremo ha pedido erradicar por completo.

De acuerdo con el veredicto, que ha sido enviado a jefes de Gobierno, Policía y Magistraturas regionales, también se tomarán medidas drásticas contra las autoridades competentes que sigan permitiendo los llamados "crímenes de honor".

En la India, sobre todo la rural donde imperan los llamados "panchayat" o consejos, son frecuentes estos castigos contra las parejas que rompen con las tradiciones de su casta o contra sus familias y comunidades, y en ocasiones son los propios parientes los que matan o violan para "reparar" el honor mancillado.

Uno de los casos abordados por un 'jap panchayat' fue el de Like Manoj y Babli, del distrito de Kaithar, en el estado de Haryana, cuyos cadáveres fueron encontrados flotando en un canal unas semanas después de que se casasen en contra de una orden dada por un consejo local en junio de 2007.

El jefe del consejo ordenó que se les persiguiese a petición de la familia de Babli (la chica), que pensaba que la relación de los jóvenes era incestuosa. Manoj pidió ayuda a un tribunal local y la Policía les ofreció protección, pero esto no evitó que ambos fuesen secuestrados y asesinados.

Pese a la frecuencia con la que se cometen estos crímenes de honor, los dirigentes y políticos de estados como Haryana no han querido apoyar las campañas que abogan por reducir el poder de los 'jap panchayats'. En los pueblos donde su autoridad no se cuestiona, la Policía suele ignorar los veredictos -que son públicos- que ordenan la ejecución de los acusados.

El veredicto del Supremo ha sido calificado de "histórico" en círculos judiciales y por organizaciones defensoras de los derechos humanos, que no obstante consideran que su aplicación será difícil.

El TS, que recordó en su fallo la célebre frase de Thomas Jefferson de que "todos los hombres fueron creados iguales", consideró que el "el sistema de castas es una maldición y cuanto antes sea eliminado mejor", y alegó que ninguna ley en la India prohíbe acciones como el matrimonio entre castas.

En declaraciones a Efe, la activista social india Ranjana Kumari admitió que la batalla será "larga" e instó a las autoridades políticas a retirar cualquier tipo de apoyo a estos órganos "anquilosados en el medievo" y prohibir sus asambleas.

"Hemos estado solicitando la ilegalización de los consejos de casta en todos los foros en que hemos participado, nos hemos reunido con el ministro de Interior y otras personalidades, incluso hemos sido demandados por ello. Ahora el Supremo nos da la razón", dijo Kumari, que dirige la ONG Center for Social Research (CSR).

Los hechos, que ocurrieron el pasado domingo en una pequeña aldea del estado norteño de Haryana ante unas 200 personas, sin que nadie acudiese al rescate de las víctimas, son la punta del iceberg de una práctica que, según algunas organizaciones indias, causa un millar de víctimas mortales al año.

En el gigante asiático, según datos oficiales de fines de 2010, existen un total de 238.054 "panchayat" locales, 6.312 regionales y 584 de distrito.

El pasado verano, tras una secuencia de "crímenes de horror" que horrorizó a la población urbana del país, el Gobierno intentó sin éxito llegar a un consenso con sus aliados políticos para introducir enmiendas en el Código Penal que pusieran coto a esta lacra, como ahora le exige el Supremo.

El jerárquico y estratificado sistema de castas hindú pervive en la India, incluso en las áreas urbanas, y es el fundamento de los matrimonios concertados y de la falta de libertad emocional entre los jóvenes.

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