Veintitrés, de Spolski/Szpolski, apuntó contra Sadous

El sociólogo y rabino Sergio Bartolomé Spolski/Szpolski tiene historia antes de devenir en empresario de los medios de comunicación. Fue integrante del directorio del ex Banco Cooperativo Patricios hasta su liquidación. Ahora Spolski/Szpolski es kirchnerista pero de los clientelares. Corroborando que quien 'saca los pies del plato' debe ser sancionado, la revista Veintitrés, el ‘6,7, 8’ de la gráfica, apuntó duro contra Eduardo Sadous, ex embajador en Venezuela a quien califica como "el nuevo fetiche de la oposición".

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). En una nota firmada por el periodista Carlos Romero, la revista Veintitrés cumple con su tarea: metralla gráfica contra quien se oponga a los deseos de Néstor Kirchner. Esta semana no podía ser otro que el ex embajador en Venezuela, Eduardo Sadous, quien hizo graves denuncias por corrupción en el vínculo comercial entre la Argentina de los K y la Venezuela de Hugo Chávez.
El texto señala:
"Avatares de la ‘carrera diplomática’, a sus 64 años Eduardo Sadous, ex embajador argentino en Venezuela, pasó de ser un supuesto cultor del bajo perfil y un apasionado del protocolo y las reglas del ceremonial, a mutar en el más mediático de todos los arietes que se agitan desde el arco opositor. El trampolín a la fama fueron sus denuncias por supuestas irregularidades en el vínculo comercial entre la Argentina y la Venezuela de Hugo Chávez. Después de que estos dichos fueran retomados por la Justicia y de brindar un informe en la Cámara de Diputados, Sadous dejó de lado la etiqueta, la gravedad de la fe confesional que profesa y la exactitud de los estudios genealógicos que practica como hobby, para protagonizar uno de los escandaletes más salpicados de la política criolla.
En el gobierno nacional sostienen que, antes que un "darse vuelta", lo del ex embajador es un "blanqueo" de la postura refractaria que siempre tuvo mientras ocupó la sede de Caracas, a la que llegó tras un largo derrotero.
Con una capacidad de adaptación que le permitió atravesar indistintamente dictaduras militares y gobierno democráticos, Sadous ingresó al mundo de la diplomacia y las relaciones exteriores a principios de 1973, con los estertores del gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse. Desde entonces, el abogado pasó por diferentes cargos y destinos alrededor del mundo.
Entre 1991 y 1996 fue embajador en Malasia, y de 1993 a 1996, en Brunei Darussalam, un sultanato en el sudeste asiático. Antes, fue escalando posiciones en la Cancillería argentina. Del ’73 al ’74 se desempeñó en el departamento de Asia y Oceanía, y hasta el ’76 estuvo en la secretaría del ministro. En 1977 fue promovido a "secretario de embajada y cónsul de segunda clase" y en el ’81, a "primera clase". Ese año, con la dictadura en retirada, lo designaron subsecretario de Negociaciones Económicas Internacionales, cargo que ocupó hasta el fin del Proceso. Ya en 1989, por un año fue la mano derecha del entonces canciller Domingo Felipe Cavallo y siguió cerca del "Mingo" cuando este asumió en el Ministerio de Economía de Carlos Menem. De hecho, fue director del Instituto de Política Exterior de la fundación Novum Millenium, el think tank liberal que dirige Adolfo Sturzenegger y que nació en 1996 para dotar de masa crítica a la política cavallista. Cuando el menemismo llegaba a su fin, el diplomático ocupó áreas ligadas al comercio exterior y a las negociaciones económicas.
A lo largo de estos años, Sadous supo combinar la labor diplomática con sus otras actividades: la genealogía –es secretario de la Junta de Estudios Históricos de la Recoleta–, la docencia y el servicio a los Caballeros Argentinos de la Soberana y Militar Orden de Malta, donde ocupa el cargo de consejero y "caballero de la Gracia Magistral", aunque por mucho tiempo desempeñó el papel de canciller. La orden, nacida en 1950 y con sede en Roma, es una de las más elitistas e influyentes entre las múltiples logias que coexisten en la Santa Sede. Su actividad manifiesta es la "ayuda hospitalaria", aunque como toda logia nunca olvida ubicar a sus miembros en puestos de poder y toma de decisiones. Además de Sadous, otro de los Caballeros de Malta con contactos en la diplomacia vernácula es Antonio Manuel Caselli, representante de la orden en la Argentina e hijo de Esteban Caselli, embajador menemista en el Vaticano y actual senador italiano.
Después de su paso por Malasia, el 17 de octubre de 2002 Sadous llegó a Venezuela, nombrado por Eduardo Duhalde, con Carlos Ruckauf como canciller. Al asumir Néstor Kirchner, el santacruceño y su ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Bielsa, lo mantuvieron en funciones hasta mayo de 2005, cuando lo sucedió la hoy ministra de Defensa Nilda Garré.
Desde su arribo a tierras de Simón Bolívar, el abogado forjó un estrecho vínculo con las distintas manifestaciones del empresariado local, el mismo que mantiene una relación áspera con Hugo Chávez y del que, previo a la llegada de Sadous, un sector importante fue partícipe del intento de golpe de Estado. Muchos de estos empresarios se reúnen en Fedecámaras, al ala dura del establishment bolivariano y que, cosas del destino, tiene oficinas en el mismo edificio que la embajada argentina, en el centro de Caracas.
Son los mismos hombres de negocios que ahora el ministro de Planificación Julio De Vido señala como elenco estable de la conspiración antichavista, y muchos de los cuales solían ser habitués de los eventos donde Sadous y su esposa, Delia Maldonado, frecuentaban a la elite de la sociedad caraquense.
En los momentos previos a ser eyectado del cargo, el kirchnerismo sostenía que Sadous no daba con el perfil "político" que era necesario para seguir consolidando las relaciones estratégicas con Venezuela. Hoy, ya con el affaire en la portada de los diarios y en los labios afilados de la oposición, en la Casa Rosada aseguran que Sadous respondía a "grupos económicos" y era un obstáculo para la integración comercial y política de ambos países.
En respuesta, el ex embajador saca a relucir sus logros mientras permaneció en Caracas, como cuando recibió la Orden Francisco de Miranda, una condecoración a la contribución con la ciencia, el progreso del país y las humanidades, que es otorgada por el propio presidente. También recuerda que a su despedida en la embajada de Marruecos asistió quien era vice de Chávez, José Vicente Rangel. En el oficialismo, mientras exigen que se revelen los dichos de Sadous ante los diputados –donde habría apuntado a Kirchner y De Vido–, le restan mérito a esas cucardas y aseguran que gestos y premios es lo que abunda en diplomacia.
Esa misma diplomacia que, en el caso del ex embajador, ya se hizo añicos".

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