Howard Webb, el olvidable árbitro de la final del Mundial

Fue una Copa del Mundo de arbitrajes polémicos, abundantes en fallos injustos, y que obligan a replantear la formación de los referís y a exigir la información de medios electrónicos complementarios cuanto antes. Lo de Howard Webb fue antológico.

Howard Melton Webb está por cumplir años: 39 años el 14 de julio. Nació en Yorkshire, Reino Unido, tiene una estatura de 1,88 m. y es árbitro internacional desde 2005.
En la Premier League inglesa debutó en 2003, en un partido entre Fulham y Wolverhampton Wanderers, recuerda Wikipedia.
Antes él era sargento de policía.Su abuelo fue jugador profesional y su padre fue árbitro en la liga regional inglesa.
Según IFFHS (International Federation of Football History & Statistics), en 2009 fue el 3er. mejor árbitro del año. Otra demostración de lo engañoso que pueden ser las estadísticas.
En 2010 fue el árbitro oficial del partido final de la UEFA Champions League 2009-10 entre el Bayern, y al Inter, de Milán.
El árbitro inglés Howard Webb impuso un nuevo récord en las finales de Mundiales al amonestar a 9 jugadores en el partido entre Holanda y España por el título de Sudáfrica 2010.
La anterior plusmarca de amarillas en una final mundialista había sido en México '86, con seis jugadores amonestados por el árbitro brasileño Romualdo Arpi Filho.
En el Soccer City, de Johannesburgo, Sudáfrica, Webb amonestó a 5 jugadores antes de la media hora de juego.
Quienes vieron el cartón amarillo durante los 120 minutos de la final de Sudáfrica 2010 fueron los holandeses Robin Van Persie, Mark Van Bommel, Nigel De Jong, Giovanni Van Bronckhorst, John Heitinga y Arjen Robben y los españoles Carles Puyol, Sergio Ramos y Joan Capdevila.
Fue expulsado, por doble amarilla, Heitinga.



Antes del partido le había concedido una entrevista a la página web de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado, organizadora de la Copa del Mundo), en la que reconoció que en su casa, los pantalones los tiene su mujer:
Este domingo, Howard Webb se convertirá en el primer inglés presente en una final de la Copa Mundial de la FIFA desde 1974, como árbitro del Holanda-España en el estadio Soccer City. El británico se sentó a conversar con FIFA.com junto a sus asistentes o 'linesmen', Mike Mullarkey y Darren Cann, para hablar del reto que tienen ante sí y reflexionar sobre la importancia del trabajo en equipo.
-¿Qué se siente al seguir los pasos de Jack Taylor, el último inglés que ha arbitrado una final de la Copa Mundial de la FIFA, hace 36 años?
-Es un honor verdaderamente especial. Jack es una persona a la que admiramos; es un icono del arbitraje y ha sido un gran apoyo a lo largo de los años, por lo que tener la oportunidad de seguir sus pasos es algo maravilloso. Acabo de hablar con él por teléfono. Ha venido para ver el partido, por lo que, con un poco de suerte, tendremos ocasión de conocernos personalmente. Solamente 19 hombres han arbitrado este encuentro, por lo que me siento muy privilegiado por unirme a ese exclusivo grupo.
-¿Intuía de alguna forma que podían concederle la final antes de que la designación fuese oficial?
-Nuestros partidos se fueron desarrollando sin ningún tipo de contratiempos. Darren y Mike hicieron un trabajo increíble a la hora de ayudarme y, dado lo bien que se habían dado esos encuentros, pensamos: "tenemos probabilidades de dirigir un partido de la última ronda". Luego también hace falta que cuadren otras cosas, como que tu selección nacional no siga adelante. No queríamos que Inglaterra cayera eliminada, pero cuando así fue, nos dimos cuenta de que nuestras opciones aumentaban. Cuando, en la reunión del jueves, oímos mencionar nuestros nombres, fue un momento increíble para nosotros; nos agarramos las manos con fuerza bajo la mesa, de hecho. De todas formas, todavía está por llegar el trabajo más duro.
-La atención se centra en usted, Howard, pero es evidente que los tres integran un verdadero equipo.
-Una de las cosas que ha quedado bastante patente en este campeonato es la importancia del trabajo en equipo. Los tres árbitros que se encargan de cada partido saben que un error lo puede pagar todo el equipo y suponer el punto y final a tus ambiciones; pero nosotros confiamos el uno en el otro. La experiencia que hemos ido acumulando en la Eurocopa, hace dos años [donde se fueron a casa prematuramente], en el fútbol nacional y en la Liga de Campeones, así como la de ahora en esta Copa Mundial, nos ha ido convirtiendo en una auténtica piña.
-¿Cómo se preparan para arbitrar un partido que verán varios miles de millones de personas?
-Es un partido grandioso y se trata del momento cumbre de nuestras carreras, pero tenemos que prepararlo lo más normalmente que podamos. El encuentro, como todos, durará 90 minutos, o tal vez dos horas; y, como en todos, habrá 22 jugadores y un balón. Comeremos a la misma hora que solemos hacerlo y descansaremos bien, como antes de un partido de la Liga de Campeones, aunque visitaremos antes el estadio. Ya hemos estado en el Soccer City, pero sólo como espectadores, así que nos gustaría darnos un paseo por el terreno de juego el día antes y prever diversas situaciones que podrían producirse. Estos dos compañeros echarán un vistazo a su línea de banda por encima y se imaginarán a sí mismos corriendo por la banda. Yo me recorreré la diagonal por la que me moveré principalmente. Ya hicimos eso antes de la final de la Liga de Campeones y, básicamente, hace que te sientas cómodo en tu entorno.
-¿Cómo es la charla de equipo que suelen mantener antes de un encuentro?
Darren Cann: -Lo normal es que Howard nos transmita sus habituales instrucciones previas al encuentro la mañana antes de celebrarse el partido, de manera que estemos plenamente concentrados. Somos conscientes de la magnitud del partido, pero casi tenemos que afrontarlo como si no fuera la final del Mundial. Si te pones a pensar en los muchos miles de personas que habrá en el estadio, y en los miles de millones que lo verán por televisión, no podrás rendir con eficacia.
Mike Mullarkey: -Hablaremos antes del encuentro sobre hacerlo lo mejor que podamos y no tener nada de lo que arrepentirnos al abandonar el césped. Gracias a los radiotransmisores, nos animamos y nos apoyamos constantemente el uno al otro, diciendo cosas como "¡muy bien levantado ese banderín!". Aunque no estemos involucrados todo el rato en el desarrollo inmediato del juego, no dejamos de estar metidos en el partido.
-Los últimos 14 meses han sido increíbles para los tres: la final de la Copa de Inglaterra en mayo de 2009, la final de la Liga de Campeones el pasado mayo, y ahora la final de la Copa Mundial de la FIFA. ¿Cómo se explica lo que han conseguido como grupo?
Howard: -El arbitraje está sometido a altibajos, y tienes que seguir creyendo en ti mismo cuando las cosas no van tan bien. Por otro lado, es una plasmación de nuestro trabajo en equipo, aunque también se necesita tener suerte. Hay árbitros con mucho talento que no han tenido suerte aquí. La final de la Liga de Campeones de este año ha sido la primera oportunidad que hemos tenido en varios años, debido al avance de los equipos ingleses últimamente. El hecho de que se presentara la oportunidad ha sido un golpe de suerte, pero hay que saber aprovechar las oportunidades cuando te surgen.
-¿La experiencia de la final de la Liga de Campeones puede servir de ayuda?
-En lo que respecta a la preparación mental, sí. El periodo previo fue similar en cuanto a atención mediática y a los mensajes que recibes desde casa. Sacaremos fuerzas del hecho de haber arbitrado esa final tan cerca de ésta; con eso eliminas algunas de las incógnitas. Fuimos capaces de hacerlo bien con tanta gente pendiente del partido; y la gente, después del encuentro, habló de los equipos y no de nosotros. Todo eso nos confirma que podemos conseguirlo otra vez.
-¿Están sus familias aquí?
-Mi padre pasó aquí las tres primeras semanas del campeonato, pero regresó a casa el martes pasado. Por tanto, al igual que el padre de Mike, tuvo que volver a montarse en un avión el jueves por la noche.
Darren Cann: -Mi padre, lógicamente, tenía más confianza. Se arriesgó ante la posibilidad de que llegásemos a la final, y se quedó. Al final, los tres padres estarán sentados uno cerca del otro.
-Por último, Howard, su esposa dijo en una entrevista que usted no era capaz de controlar a sus hijos. ¿Es eso cierto?
-Ayer me llamó por teléfono y me dijo que le preguntaron quién llevaba los pantalones en casa. La verdad es que ella impone más la disciplina; probablemente porque yo estoy mucho tiempo fuera y, cuando llego a casa, hago regalitos a los niños y soy muy blando con ellos. Ella es la que tiene que asumir el mando."
Durante el partido, lo más alevoso que no cobró Webb fue la tarjeta roja directa para el holandés De Jong cuando le aplicó una patada descalificadora, al pecho de Xabi Alonso.

En el complemento, Heitinga bien pudo irse expulsado después de entrarle duramente a David Villa.
A los 14', Xabi Alonso fue directamente a derribar a Arjen Robben y ni siquiera vio la amarilla.
 
A los 29', Heitinga volvió a salvarse de la expulsión, después de derribar a Iniesta en la puerta del área.
Recién recibió la roja a los 10' del tiempo suplementario, cuando cortó una jugada de gol de España. 
 
Para decorar su noche negra, perdonó a Robben, quien pateó la pelota adentro del arco rival, en protesta por un fuera de juego. El árbitro volvió sobre sus pasos cuando se dio cuenta de que el delantero estaba amonestado.

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