Manuel Pellegrini: "Lo mejor para Chile es Bielsa. Y después de Bielsa, Bielsa"

Manuel Pellegrini descansa en Chile mientras su representante negocia su regreso al fútbol europeo. El diario El Mercurio le pidió una entrevista y durante la nota el chileno volvió a embestir contra el empresario español Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. También alabó el trabajo de Marcelo Bielsa y cuestionó el ingreso de la política al fútbol.

SANTIAGO DE CHILE ( El Mercurio). No le entran balas a este entrenador. Ni cuando se llena de triunfos, de euros y de prestigio, ni cuando pierde las tres copas que debía ganar y lo echan del Real Madrid.  Impertérrito y silencioso,  avanza sin mirar atrás.
Así llegó a Chile el 1 de junio, después de que vimos -atónitos- cómo la prensa española lo vilipendiaba hasta hacerlo desaparecer de las canchas. Sin embargo, no llegó con la cola entre las piernas. Primero se zambulló en el matrimonio del 2do. hijo que se le casa; en su mujer que aún vive en la misma casa de Santa María de Manquehue que él construyó hace más de 20 años, cuando todavía creía que sería ingeniero; en sus padres, que viven animosamente a pesar de haber cumplido los 90 años; en sus muchos hermanos y pocos amigos.
Las vacaciones van a durar hasta diciembre. Y este mes de julio comenzó seriamente a pensar en el próximo paso a seguir.
-No te puedo decir lo que haré, porque no tengo la menor idea.
Pero tiene muchas ideas de lo que no hará, de lo que le gustaría hacer y de lo que ha hecho mal.
Cuando entra al salón del Club de Polo, con jeans que parecen pantalones, con zapatillas que parecen zapatos, con parka  que parece chaqueta -o todo viceversa-, sorprende lo alto, lo elegante y lo delgado que está. Dice que hace ejercicios siempre y que se cuidaba de la comida española, porque le gusta mucho. Tiene menos arrugas de las que se le vieron estos últimos meses en los medios europeos. Se sienta y empieza una conversación suelta y asertiva.
Casi sin sonrisas, por parte suya. Al poco andar, me doy cuenta que es cierto que no le entran balas, pero no porque se haya puesto una  coraza sólida, como sospeché. No le entran porque tiene convicciones tan profundas y un autocontrol tan férreo, que las balas le rebotan.
EL CALVARIO DEL MADRID
Sabía perfectamente en lo que se estaba metiendo cuando aceptó ser el director técnico del equipo más caro del mundo, el Real Madrid.
Sabía que jamás habría alabanzas, pero como no le importan, se sentía con la fortaleza para asumir el desafío. Después de su exitosa experiencia en el Villarreal por cinco años, irse al Madrid era entrar en un mundo complicado, donde los entrenadores no duraban ni siquiera un año en el cargo.
Pero ahí no sólo afloró su valentía, sino, sobre todo, su arrogancia. Pensó que él podía hacer la diferencia.
-Me sentí orgulloso de haber sido elegido, porque era una consecuencia de un trabajo realizado en toda mi carrera, en Chile, Ecuador, Argentina y España, en base a ideas muy personales y preparación muy intensa. Eso me halaga mucho más que cuando te dicen que eres bueno cuando estás ganando. Me importa tan poco como cuando te dicen que eres malo cuando estás perdiendo.
-No le creo.
-Ha sido el fuerte de mi carrera.
-Usted sabía cómo trataban a los técnicos del Real Madrid. ¿Pretendía ser la excepción?
-No esperaba un tratamiento mejor en la medida en que no consiguiera mis logros. Tal vez esperaba un respaldo institucional mayor, pero de la prensa no esperaba nada. Porque no pido ni doy. Nunca participé en ningún programa de televisión ni le di mi celular a un periodista, tal vez si lo hubiera hecho habrían sido más suaves conmigo. Pero no transo mi profesionalismo por nada.
-Dicen que usted debería haber sido más mediático, más polémico, más glamoroso en su vida pública, porque se espera que el DT del Madrid sea un personaje también de la farándula y de la política.
-He tenido problemas por eso, en todos lados. Pero para mí es el logro más importante: haber avanzado sin ser una figura mediática.
-¿El club aspira, sin decirlo, a que su entrenador sea mediático?
-No. Aspira a que sea un profesional, de bajo perfil, que no entre en controversias ni insultos. Vicente del Bosque, el entrenador de España que se conoció tanto ahora, fue del Madrid y él es así. Yo también. La prueba es que me fui con más del 80% de aprobación de la gente. Me tuve que ir por la decisión de un presidente que malentendió las cosas.
-No se me adelante. Cuando asumió en el Real Madrid sintió una realización de su carrera y estaba dispuesto a pagar todos los costos. ¿Influyó el altísimo sueldo que le ofrecían?
-No, para nada.
-Era como 5 veces lo que le pagaban en el Villarreal.
-Antes de llegar al Madrid no necesitaba ganar más dinero. No porque sea multimillonario, sino porque necesito poco. Los más ricos somos los que necesitamos menos.
-Su estrategia es formar a sus jugadores en un plazo largo. ¿Pensó que aquí eso no le iba a resultar y que estaría poco menos de un año?
-No, pensé que estaría más tiempo. Y no por arrogante como tú crees, sino por mi capacidad, porque tenía mucha convicción en lo que haría.
-Sin embargo, no ganó ni una copa.
-No, pero hicimos la mejor Liga en la historia del Real Madrid. No ganamos la Liga porque hay un gran club que es el Barcelona; no ganamos la Champions porque no había un plantel estructurado para ganarla y ahí estuvo mi principal discrepancia; y no ganamos la Copa del Rey porque lo hicimos muy mal, fue una vergüenza de la que me siento totalmente responsable.
-¿Qué le iba pasando a usted cuando perdían? ¿Sentía sus minutos contados?
-No creo que mi salida del Madrid haya sido porque no gané nada. Si hubiera ganado la Liga, igual estaría fuera.
-¿Por qué salió, entonces?
-Porque se produjo un distanciamiento importante con el presidente al comienzo de la temporada. Teníamos una diferencia de opinión con respecto a la conformación del plantel. Vendió jugadores que yo estimaba importantes.
-Como los holandeses Robben y Sneijder, que el presidente Florentino Pérez dio de baja cuando usted llegó.
 
-No quiero decir que por eso no ganamos las copas, pero cuando hay una distancia con el presidente, el que se va es el entrenador. Y cuando perdimos en la Champions League, yo sabía que era muy difícil mantenerme en mi puesto, aunque hubiera ganado la Liga. Pero toda la dirección técnica del club quería que me quedara y toda la gente del Real Madrid también.
-A fin de cuentas, ¿en qué consistían las discrepancias con Pérez?
-Para mi gusto, el área técnica del club, donde estaban Valdano y otros, además del entrenador, debió haber tenido una mayor influencia en el plantel, como ocurre en todos los clubes, menos en éste. Es cierto que, por contrato, el entrenador no tiene voto en la conformación del plantel, tampoco la tuve en el Villarreal.
-¿Pero tuvo voz en el Real Madrid?
-No. Me habría encantado que se hubiera escuchado la voz de los técnicos, habríamos tenido una mejor temporada. Yo quería que hubiera más jugadores en el plantel. Como dijo Vicente del Bosque, y yo hoy lo comparto, cuando el Madrid entienda lo que es el puesto de director técnico, cuando le dé el respaldo que se requiere, ahí va a lograr mucho más.
-Esos jugadores tan caros y distintos que tiene el Madrid, ¿logran ponerse la camiseta con pasión?
-Absolutamente. No hay ningún gran deportista en el mundo que juegue por dinero. ¿Tú crees que Nadal en el tenis o Tiger Woods en el golf necesitan más? Juegan por la gloria deportiva personal. Eso es lo que hace grande al deportista. En eso yo comparto plenamente el proyecto del presidente del Real Madrid: llevar todas las figuras mediáticas importantes para la trascendencia del club.
-Entonces, ¿cuál es su discrepancia concreta, si está de acuerdo con tener a tantas estrellas en el plantel?
-Creo que a su proyecto le falta la voz deportiva para configurar un todo que tenga la cantidad de éxitos deportivos que debería tener con esos grandes jugadores. Se lleva a los mejores jugadores, pero no a los mejores jugadores para ese puesto que se necesita. No saco nada con tener una orquesta con los 10 mejores guitarristas si no tengo ni un pianista ni un baterista. Eso es. El Real Madrid tiene a los mejores guitarristas, pero si les pido que toquen el piano, no lo van a hacer tan bien.
-¿Intentó explicárselo a él?
-No. Ese fue mi gran error, no haber tenido más comunicación con él. Lo intenté al principio, cuando creí que mi voz sería más oída, pero cuando se produjo una diferencia, me alejé. Traté de volcar todo lo mío en la cancha. Y aquí no se juega todo en la cancha.
Se saca la chaqueta. Baja un poco el tono de voz, pero mira a los ojos para hacer su mea culpa. Los fotógrafos intentan que pose en un set con luces y paraguas que han montado en la terraza. No acepta, por ningún motivo. Y es tajante, como si aquello le fuera radicalmente ajeno.
-Pero si usted es como un rock star...
-No, no tengo nada de rock star.
No hay apelación. Las fotos se hacen, entonces, mientras hablamos y punto. No puedo dejar de pensar en los cientos de portadas de diarios y revistas con su foto y me sorprende que se horrorice tanto. Luego pienso que, en general, no son posadas, sino en acción.
-¿Por qué el diario español Marca lo trató tan mal? ¿Qué les hizo?
-Nada, pero no tiene que ver conmigo. Tenían que sacarle el máximo provecho a la venta del diario, ganáramos o perdiéramos.
-¿Le dolió cuando supo que se tenía que ir?
-Me dolió la forma. Yo ya lo sabía un mes antes. Esperaron mucho para hacerlo, porque querían tener asegurado al otro técnico, antes de despedirme. En la mañana el presidente hizo una conferencia de prensa para decir que se terminaba el contrato. Y en la tarde me llamaron para liquidarme el contrato.
-¿Le pagaron toda la indemnización?
-Todo. Así como se portaron pésimamente para decírmelo, se portaron de bien para liquidarme el contrato, sin poner ninguna traba.
-Luego, en la soledad de su piso en Conde de Orgaz, ¿botó alguna lágrima?
-(Niega con la cabeza) Lo venía digiriendo. Me hice la autocrítica y me sentí culpable. Casi siempre me considero culpable. No les echo la culpa ni a los jugadores, que fueron mis grandes aliados, ni a la conformación del plantel. Actué como tenía que hacerlo al principio, pero asumí lo que había y de ahí en adelante, lo que ocurrió es culpa mía. Algo hice mal para que no ganáramos.
-¿Le habría gustado seguir?
-Sí, merecía seguir y así lo consideraban todos, menos el presidente. Pero estaban sentadas todas las bases para haber hecho un segundo año extraordinario. Esta profesión es así, uno está evaluado por gente amateur y si el presidente no lo quería, estaba en su derecho.
CON LA ROJA
No se arrepiente para nada de haber hecho esta experiencia, con todos sus bemoles. Reconoce que la calidad de vida que tenía en el Villarreal no la repitió en Madrid, pero era un paso que debía hacer para avanzar. Cuenta que no salía a cenar ni iba a los bares madrileños, porque todo lo que hiciera podía comprometer a su equipo. Incluso dejó de jugar golf.
Pero esa introspección le viene bien con su carácter. Le gusta su soledad. Lee mucho y ve películas. Tenía una asistente que iba a hacer aseo y comida tres veces a la semana. A él no le gusta cocinar, pero le gusta mucho comer bien dice, sonriendo. Todos los meses llegaba su mujer a verlo y ahí salía a conocer los pueblitos españoles y divisaba mejor la noche madrileña, pero jamás solo.
-¿Y ahora, qué?
-La trascendencia del Real Madrid la tienen sólo algunos clubes ingleses o italianos. Pero nunca será la cima que es el Madrid. Yo espero poder hacer algo en algún club europeo. No he terminado con Europa todavía.
-Si Bielsa no continúa con nuestra selección, ¿estaría dispuesto a dirigirla?
-No corresponde contestar a eso. Son suposiciones que no me gustan. Lo mejor para Chile es Bielsa. Y después de Bielsa, Bielsa.
-Hace un par de años dijo en estas páginas que le gustaría ser entrenador de la Roja, pero en mejores condiciones...
-Las condiciones de hoy son mucho mejores, sin duda.
-Entonces, ¿qué le falta para dirigirla?
-No estoy evaluando en relación a mí, sino al progreso que ha tenido. Ni siquiera lo pienso con respecto a si clasificó al Mundial. Es porque hay un proyecto más sólido que se afirmó en alguna sociedad anónima. A mí parecer, la manera de progresar es potenciando los clubes. Hay un directorio que tiene claro cuál es el proyecto de desarrollo del fútbol nacional.
-¿Le gusta el trabajo que ha hecho Marcelo Bielsa?
-Sí, mucho. Me parece una persona inteligente y preparada para cumplir el rol que una selección nacional exige. Además, ha conseguido algo muy difícil, que es el compromiso de los jugadores con su proyecto.
Nunca se había sentido tan querido en Chile como en este viaje. Eso lo tiene impresionado y contento. Dice que se le acercan en la calle y sólo le dan palabras de aliento. A pesar de haber vivido 11 años en el extranjero, se siente cada vez más chileno.
Muestra algo de duda cuando le pregunto si su mujer y el menor de sus hijos -tres hombres- están así de contentos como él de tenerlo instalado en la casa. No está nada de seguro, porque ya se llenaron los espacios que alguna vez le pertenecieron. Se ríe cuando le digo que ya no debe tener ni closet ni espacio en el baño ni el tiempo completo de su familia, porque todos han llenado sus vidas sin él aquí.
Sabe que en diciembre se irá, pero seguramente por menos años. Por ahí se le escapa que hace una semana tuvo que irse a Londres en un viaje rápido. Debe estar negociando. Pero no con el Liverpool, porque ya lo hizo y no hubo acuerdo. Tampoco lo hubo con el Milan. Como quiere evitar la pregunta, se entusiasma contando que le gustan los clubes más que las selecciones. Prefiere la cancha, el juego permanente, los domingos sudados, en fin, la adrenalina a tope.
FúTBOL Y POLíTICA
-¿Le pareció adecuado que el Presidente Piñera invitara a la selección a La Moneda, si tomamos en cuenta que perdieron en octavos de final?
-No creo que recibiera al equipo por sus logros deportivos, sino porque ellos lograron juntar a un pueblo entero que los apoyó aún después de haber sido eliminados y porque llevaron a cabo una idea futbolística hasta el final. Eso es para que se los reconozca. Nadie los premió, sólo se los felicitó.
-Hay una línea roja cada vez más delgada entre el fútbol y la política. ¿Qué le pareció el saludo de Bielsa al Presidente?
-Más que comentar eso, me gustaría decir que ojalá esa delgada línea entre fútbol y política sea un abismo. Para mí, el deporte une, no importa de dónde sea cada persona. El deporte junta a todo un país, no hay que involucrar elementos que lo dividan. También ocurre con las artes. No sé si en el caso de Bielsa exista algún tema político, no lo creo, porque nunca he leído ninguna opinión política.
-¿Y usted tiene opiniones políticas?
-Sí, por supuesto. Tengo mi manera de pensar y voto y me han pedido que la refleje públicamente para apoyar ciertas ideas, pero me he negado siempre. ¡Son tan pocas las cosas que aúnan a todos los chilenos!
-¿Le gustó la actuación de Chile en el Mundial?
-Creo que Chile tuvo una actuación que muestra su mejoría. Pero no soy yo quien debe opinar. No soy periodista, soy muy respetuoso de esa profesión y no soy el encargado de criticar la actuación de un colega. Así como creo que ellos no son respetuosos de la profesión de los técnicos. Terminan diciendo lo que uno tiene que hacer.
-De verdad, ¿le gustaría ser el DT de la Roja alguna vez?
-Sí, me encantaría. Pero en el momento adecuado.
-Para el próximo Mundial ya tendrá 60 años... ¿No es mucho para empezar con una selección?
-No, en esta carrera lo mejor está entre los 48 y los 64 años.
-Entonces, alcanza justo.
-(Se ríe) Es muy difícil hacer un cronograma de tu carrera, pero me encantaría dirigir a la selección nacional los últimos 4 años y ahí terminar mi carrera.

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