El desvelo electoral K

Los estrategas del kirchnerismo imaginan que los laderos de Kirchner y Scioli serán Urtubey y Massa. La jugada es que se convalide mediante una interna.

CIUDAD DE BUENOS AIRES ( Parlamentario). Cuentan los dirigentes, senadores y diputados nacionales de diálogo frecuente con los miembros del selecto equipo de campaña del Frente para la Victoria, que la estrategia electoral funciona exclusivamente en la Quinta de Olivos. Convencidos de que el actual diputado nacional Néstor Kirchner será candidato presidencial, como lo acaba de promocionar el titular de la bancada de diputados nacionales del FpV el santafesino Agustín Rossi.
De la misma manera, comenzaron a trabajar por la reelección de Daniel Scioli en la gobernación de la provincia de Buenos Aires. El distrito bonaerense y la Capital Federal es una obsesión del kirchnerismo. No es para menos, ya que ambos suman un alto porcentaje de votos.
La estrategia pergeñada por NK y su selecto equipo de trabajo es convalidar su candidatura mediante una interna. Ahora surge la primera pregunta. ¿Qué sector del peronismo se animará a confrontar con el aparato partidario oficial? Ya Felipe Solá y Eduardo Duhalde dijeron que no se prestarán a una jugada de este tipo. En un momento dado, Francisco de Narváez casi mordió el anzuelo; es más, dijo que había que ir a elecciones internas. Esa idea duró poco. Sus colaboradores, más Solá y Duhalde, le dijeron que "no hay garantías suficientes" para un proceso electoral interno.
Desactivada esa posibilidad, los estrategas K están pergeñando otra alternativa. Jugar con los denominados "la sub 45" del peronismo. En esa lista están el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey y los intendentes Sergio Massa (Tigre), Pablo Bruera (La Plata), Cristian Breitenstein (Bahía Blanca), José Eseverri (Olavarría), entre otros.
La idea central de la movida es conjugar la vieja guardia peronista – gobernadores e intendentes- y la nueva generación de dirigentes que hoy están en funciones ejecutivas. Dicen que a NK lo desvela juntar a ambas generaciones. Para que esa posibilidad se concrete, Urtubey, Massa y compañía deben aceptar el convite de confrontar electoralmente en una interna, y de esa manera convalidar la fórmula K.
La mirada en Buenos Aires
Siguiendo con el diseño que se está elaborando en Olivos, la idea es que el intendente de Tigre, Sergio Massa acepte ir a internas contra Daniel Scioli. El ganador, encabezará la lista y el perdedor sería el compañero de fórmula. Ergo: la fórmula K sería Scioli-Massa, ya que dan por descontado que en una contienda electoral entre ambos, el triunfador será el "caballo del comisario", es decir el actual gobernador.
Claro que no será una tarea fácil, dado que la relación del intendente de Tigre con el ex presidente no quedaron en los mejores términos desde que fue eyectado de la Jefatura de Gabinete. Las relaciones quedaron dañadas, pero aparentemente las heridas se curaron y en las últimas conversaciones entre los operadores K y Massa habría un principio de tregua en tren de acercar posiciones.
¿Qué seduce al kirchnerismo la imagen de Massa? Su juventud, su gestión y de acuerdo con sondeos de opinión realizadas por encuestadoras afines, su imagen en el distrito bonaerense es muy buena.
Massa, que está al tanto de la movida, incentivó reuniones con sus pares para intercambiar opiniones sobre el panorama político y sus variantes, en particular sobre la conformación del peronismo disidente, sin olvidarse de las posiciones de Eduardo Duhalde, quien también lo quiere de su lado.
Massa -que en algún momento fue tentado por Mauricio Macri- habría considerado que sus aspiraciones a ser gobernador hoy no le alcanza los números, razón por lo cual estaría de acuerdo con competir con Scioli, para luego acompañarlo en la fórmula con el fin de prepararse para heredar el principal sillón de la ciudad de las diagonales en la próxima elección.
Otra interpretación que circula por el mundillo partidario es que si el ex jefe de Gabinete finalmente da el sí, sirve para taponar las demandas de los sectores sindicales, básicamente del secretario general de la CGT, el camionero Hugo Moyano, quien pretende colocar a uno de sus hombres de mayor confianza como número dos de Scioli, lo que generaría un gran ruido interno en el FpV-PJ.
Una pretensión que no es exclusiva de Moyano, sino también de más de un intendente del conurbano bonaerense, por considerar que ha llegado la hora de no ser convidados de piedra a los momentos de las decisiones y de los armados electorales en el principal distrito del país. "Hace siete años que estamos en la lista de espera", dicen que dijo uno de ellos en una reciente reunión, en la que se conversó sobre esa posibilidad.
Lógicamente el panorama es más que complejo, pero la idea que subyace en el equipo de campaña de la Quinta presidencial de Olivos es seducir a Massa para que se presente en las internas para nominar la fórmula a la gobernación bonaerense.
Es decir una fórmula para mostrar la gestión, tanto a nivel provincial como municipal, como ya lo reconocen no sólo las encuestas, sino también el resto de la dirigencia no oficialista.
Intuyen que la pelea en el mayor distrito del país será al todo o nada. El equipo K considera que la gran batalla será con el "Colorado" de Narváez, razón por la cual rezan para que Massa sea de la partida kirchnerista. Si logran confirmar esta jugada, admiten en el círculo de NK que tienen allanado el camino para conservar la gobernación y por ende favorecerá notablemente las aspiraciones del actual diputado de llegar nuevamente a la Casa Rosada.
Premio mayor
Mientras en el resto de los distritos, Capital Federal, Córdoba y Mendoza, se están cocinando a fuego lento las precandidaturas; el otro tema principal es la fórmula presidencial en la que ya nadie duda que será Néstor Kirchner el responsable de seducir a la sociedad de que el proyecto nacional y popular que encarnan él y su esposa Cristina Fernández necesita de cuatro años más para su consolidación.
Lógicamente la dupla a presentar es motivo de más de una especulación. Como lo informara con exclusividad Parlamentario el año pasado, más de un gobernador aspira a compartir la boleta con NK.
Uno de ellos es el sanjuanino José Luis Gioja y el otro era el tucumano José Alperovich, quien acaba de anunciar que va a priorizar un nuevo mandato al frente de la provincia. También en la grilla figura el gobernador del Chaco Jorge Capitanich.
Descartado Alperovich -aunque no perdió la oportunidad para sugerir el nombre de su mujer, la senadora nacional Beatriz Rojkés para acompañar al candidato presidencial-, quedan en la vidriera Gioja y Capitanich. Ambos han demostrado con creces su lealtad al conductor K, pero en la cocina de Olivos, ni Gioja ni Capitanich figuran entre los condimentos más fuertes.
El diseño es la misma que con la provincia de Buenos Aires; es decir catapultar al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey como principal oponente a Néstor Kirchner. ¿Por qué Urtubey? Las mismas razones por la que posaron su interés en Sergio Massa: juventud y gestión. Además destacan, entre sus méritos, que es el mentor de una reunión de funcionarios, legisladores e intendentes de su generación, es decir los que promedian los cuarenta años cómo mínimo y 45 como máximo, y que se consideran el reservorio de la futura gestión.
En ese sentido los integrantes del comité de campaña presidencial K -que no pasan de cinco miembros por ahora- especulan con que Urtubey es el candidato ideal para confrontar, ya que si acepta ser de la partida, cantarán bingo. Primero, porque convalidarán la candidatura de Néstor Kirchner mediante comicios internos, y segundo, lograrán colocar como compañero de fórmula a un joven dirigente, como en la provincia de Buenos Aires.
Además podrán mostrar al electorado que el kirchnerismo no se queda en el pasado, en clara referencia a la dirigencia del peronismo disidente, sino que apuestan siempre al futuro. Experiencia con recambio generacional sería la oferta K para las elecciones presidenciales del año que viene.
Como se puede apreciar, la estrategia oficial juega todas sus fichas en esta movida. Si no llegan a concretar, le será cuesta arriba mantenerse en el Gobierno, por lo tanto harán lo imposible para convencer a los jóvenes dirigentes para que sean de la partida.
Por afuera
La alquimia electoral pergeñada por el oficialismo se debe a que los líderes del peronismo federal, entre ellos Felipe Solá, Mario Das Neves, Ramón Puerta, Miguel Angel Toma, Eduardo Duhalde, Juan Carlos Romero, Adolfo y Alberto Rodríguez Saá, Carlos Reutemann y Francisco de Narváez, entre otros, no participarán de las internas abiertas para nominar la fórmula justicialista.
Obviamente no fue una decisión fácil, en particular la resistencia de Eduardo Duhalde de regalarle la sigla del PJ a la pareja presidencial, pero finalmente se impuso la tesis del diputado Solá de lanzarse al ruedo con una nueva sigla que contenga a todo el arco justicialista anti K.
Claro que es un conglomerado que ha postergado para marzo o abril del año que viene quien puede encabezar la fórmula, que sea la síntesis de todos ellos. En principio están en la grilla de aspirar ser el número uno, Solá, Das Neves, Duhalde y uno de los hermanos Rodríguez Saá, mientras Reutemann fiel a su estilo, no abre la boca sobre su postulación.
Este es el panorama del justicialismo que no comulga con la pareja presidencial, los que están abocados en particular el diputado nacional, presidente del PJ y secretario general de la Unasur a imaginar compañeros de fórmulas, no sólo para él, sino para el gobernador Daniel Scioli.
Claro que resta un año para las internas abiertas como resultado de la reforma política, un lapso que no es impedimento para conjeturar los cursos de acciones electorales.

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