Positivo para Alfonsín: Mostrar independencia respecto de Carrió/Chacho

Ricardo Alfonsín tuvo 2 aciertos al participar del acto en Chascomús en el que estaba la Presidente de la Nación: demostró madurez (un valor que la opinión pública valora en sus dirigentes) e independencia respecto de Elisa Carrió (cada vez más semejante a 'Chacho' Álvarez), que puede ser su aliada pero no su jefa.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Una crítica frecuente en la UCR, de los simpatizantes de Julio Cobos hacia Ricardo Alfonsín, consiste en maltratar su nombre porque "es un títere de Elisa Carrió".
Probablemente, ahora ya no quede espacio para esa crítica. Alfonsín asistió al acto presidido por Cristina de Kirchner en su natal Chascomús, provocando la ira de Carrió, casi tanto como cuando Margarita Stolbizer asistió al diálogo en la Casa Rosada en el que se negaba a participar la líder de Coalición Cívica. Acto seguido, Carrió dinamitó el Acuerdo Cívico y Social y su relación con Stolbizer, con quien acababan de realizar un gran comicio legislativo 2009.
Carrió tiene esas profundas contradicciones: por un lado, ella predica la institucionalidad y las virtudes cívicas pero, a la vez, ella cuestiona y limita todo diálogo con el que discrepe, en especial si con el adversario u oponente.
Ese razonamiento ubica a Carrió en un espacio de permanente beligerancia. De disputa interminable. Es lo que hace Néstor Kirchner y no le resulta agradable a la mayoría de los argentinos. En el caso de Carrió, así ha perdido considerables porciones de imagen pública positiva, de electores y de credibilidad.
Lo más grave: ella pretende que sus aliados sean subordinados. Solamente en ese contexto puede interpretarse su crítica a Alfonsín porque él, a pedido de su amiga y correligionaria, la intendente municipal de Chascomús, Liliana Denot (quien no la tiene para nada fácil al frente del gobierno municipal), participó del acto central de la visita de Cristina de Kirchner a la localidad bonaerense que acaba de sufrir la pérdida de lo que es el nuevo municipio de Lezama.
Días atrás, durante una conferencia de prensa conjunta con Ricardo Alfonsín en la bonaerense Junin, Carrió había explicado que en el Legislativo se están anudando acuerdos que podrían marcar "los próximos 30 años de vida política argentina".
En Junín la acción hostil provino de los dirigentes de la UCR local afines a Julio Cobos, quienes hicieron un acto simultáneo, por separado y para criticar a Alfonsín y a Carrió.
Pero ahora Carrió imitó a aquellos autoritarios de Junin.
Cuando Carrió aludió a la intensa actividad en el Legislativo se supone que hizo referencia a la capacidad de debatir, disentir y negociar entre los diferentes bloques con representación parlamentaria.
¿Por qué, entonces, cuestionaría ella que un dirigente no kirchnerista participe de un acto institucional de la Presidente de todos los argentinos, incluyendo a la propia Carrió?
Al contrario, el desaire a la Presidente (de todos los argentinos, incluyendo a la propia Carrió), supondría cierto espíritu no democrático y una ofensa a la investidura presidencial.
Además, la sociedad argentina busca gestos, palabras y acciones de concordia, de reencuentro y de coincidencias posibles entre sus dirigentes porque cree que eso le concede mayor previsibilidad cuando ha soportado en el pasado reciente situaciones de gran incertidumbre.
Diferenciarse de Carrió resultó un acierto de Alfonsín, que reflejó con su frase: "No necesito para demostrar mi independencia del Gobierno, de ningún acto de descortesía ni de ninguna agresión ni descalificación a nadie".
Y que Néstor Kirchner, por ejemplo, no tenga modales ni acepte la discrepancia, no significa que sus adversarios tengan que imitarlo.
"Uno se puede diferenciar y mantenerse firme en sus convicciones, sin incurrir en un acto de descortesía con la Presidenta", agregó Alfonsín, quien por otra parte tuvo una presencia solamente protocolar: "La saludé, y después ella estuvo en una punta, y yo en otra".
El problema de todo este asunto es que corroboró las limitaciones de cualquier acuerdo posible con Carrió. Puede haber dirigentes valiosos en Coalición Cívica, pero Carrió termina resultando un límite difícil de superar.
En definitiva, si Carrió estaba molesta con Alfonsín ¿no podía evitar la declaración pública y expresar su crítica en privado? Si ella pretende construir una alianza política importante, esa sería la reacción adecuada, en vez del melodrama con bastante histeria al que recurrió, apelando a los medios de comunicación para trasladar a la opinión pública su malestar.
Alfonsín se enteró por los medios de comunicación de las palabras de Carrió, y así es muy difícil profundizar cualquier entendimiento.
En verdad, Carrió termina pareciéndose a Carlos Alberto Álvarez, aquel ciclotímico líder apodado 'el Chacho', del ex Frepaso, y que llegó a vicepresidente de la Nación -gravísimo error fundacional de la Alianza UCR Frepaso-.
Carrió tiene muchos valores pero termina aislándose cuando privilegia permanecer en la adolescencia de la política.
Consultado por una emisora de radio, Alfonsín se preguntó: "¿En un acto en el que le hacían un homenaje a mi padre en mi pueblo, que iban a anunciar obras para mi pueblo yo, para demostrar que tengo diferencias con el Gobierno, tengo que hacer un acto de descortesía?"
"Son cosas que además de mis posturas, son como deben ser; capaz que alguien cree que para que yo demuestre que tengo independencia y diferencias muy fuertes con el gobierno, desde siempre, tengo que ser descortés", aseguró.
Alfonsín fue criticado, además, porque permaneció callado cuando Cristina de Kirchner cuestionó a la oposición que impulsa un proyecto de jubilación con el 82% móvil del salario mínimo. Un disparate la crítica por cierto porque entonces sí sería comportarse en forma semejante a Néstor Kirchner.
"¿Cómo le voy a contestar; como voy a ser tan desubicado, yo no tenía el uso de la palabra pero de todas formas cómo le voy a contestar a la Presidenta, que pretendían que haga, que le saque el micrófono"?, se quejó.
Pareciera que algunos argentinos que odian a los Kirchner han decidido imitar todo aquello que no deberían, comenzando por cierta irracionalidad.
Dejar atrás el kirchnerismo supone, entre otras cuestiones, recrear las relaciones entre los argentinos.
"Hablé con Randazzo, con quien compartí la Legislatura, y aproveché par pedirle porque estamos gestionando pavimento para Chascomús", dijo Alfonsín. "¿Qué iba a hacer, les voy a decir a los vecinos de Chascomús: no le voy a pedir pavimento para Uds., si no me van a decir que me usa el oficialismo?".
"Es posible superar las diferencias partidarias y trabajar en conjunto", dijo Cristina, pero en ese momento su marido Néstor estaba atacando, y con argumentos cuestionables, al gobernador santafecino Hermes Binner, al diputado Jorge Obeid y al senador Carlos Reutemann.
Entonces, las palabras de Cristina contrastaron con las de Néstor. En cambio Alfonsín logró consolidar su imagen 2011, además de ubicarse en un espacio en el que los Kirchner no lo demonizarán, por ahora. Y él lo necesita para seguir creciendo.

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