Desacuerdos por el salario minimo mientras regresa la AEA (con Magnetto en la foto)

Las diferencias entre la Unión Industrial Argentina y la Confederación General del Trabajo obligaron a posponer para hoy las negociaciones. Gestiones para fijar un mínimo de $ 1.850 a $ 1.900 en 3 tramos. En tanto, representantes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y UIA posaron delante de la cámara de aficionada de una empleada de la entidad fabril para una imagen de todos, incluyendo a Héctor Magnetto, vicepresidente del Grupo Clarín.

Antes del relanzamiento de la Asociación Empresarial Argentina (AEA), es mejor comenzar por lo que ocurrió un poco antes: la puja en el Consejo del Salario, que debe seguir hoy jueves 05/08, cuando estaba previsto que todo terminara en la víspera, miércoles 04/08.
Correcto el relato de Natalia Donato y Elizabeth Peger Buenos Aires en el diario El Cronista Comercial:
"(...) Las negociaciones del Consejo del Salario arrancaron ayer por la mañana con la reunión entre los miembros de la comisión encargada de definir la propuesta de incremento del piso salarial, pero se complicaron luego ante los problemas para acortar la brecha entre las posiciones empresarias y sindicales. Informalmente, las cámaras empresarias acercaron al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, una propuesta para llevar el actual mínimo de $ 1.500 a $ 1.750 (con la posibilidad de extenderse hasta $ 1.800) en un esquema escalonado en tres tramos.
Sin embargo, la alternativa alentada por el sector empresario fue rechazada de plano por las cúpulas de la CGT y la CTA: así mientras la central disidente que lidera Hugo Yasky ratificó su reclamo original por un nuevo salario mínimo de $ 2.200, la entidad conducida por Hugo Moyano hizo saber a las autoridades laborales su resistencia a firmar un incremento por debajo del 25%, es decir el promedio de los aumentos fijados en las últimas paritarias.
Ante las dificultades para zanjar esas diferencias, Tomada optó por suspender la reunión del plenario del Consejo y dispuso un cuarto intermedio hasta esta tarde para retomar la negociación. A la par el ministro inició una ronda de conversaciones informales con representantes de la Unión Industrial Argentina (UIA) y la CGT con la aspiración de acercar posiciones para evitar una nueva postergación del acuerdo por la suba del mínimo. La estrategia oficial apunta a intentar mejorar la propuesta de las entidades empresarias hasta una cifra cercana a los $ 1.850 a $ 1.900 y que Moyano acepte un esquema escalonado para el pago del aumento, ya que en el Gobierno descuentan que la CTA no modificará su reclamo original.
Pese a que en la Casa Rosada tenían todo preparado para que la presidenta anunciara ayer el nuevo mínimo salarial, tanto entre empresarios como sindicalistas minimizaron la postergación de un acuerdo. "Son procesos de negociación, hay que desdramatizar. Eran los primeros contactos, creer que se iba a llegar hoy a un acuerdo era demasiado optimista", indicó el dirigente de la UIA, Daniel Funes de Rioja. Asimismo, Funes confirmó la determinación empresaria de que el incremento del sueldo mínimo se aplique en forma escalonada y consideró que en esa discusión y en el debate por el porcentaje de la "las posibilidades de coincidencia son menos diversas con la CGT que con la CTA". (...)".

Ahora, sí, al relanzqamiento de la AEA, que ocurre luego de las críticas empresariales a los Kirchner en el precoloquio de IDEA en Rosario y las expresadas en Córdoba, en el marco del coloquio industrial organizado por la Unión Industrial de esa ciudad (UIC): los empresarios comienzan a expresar su hartazgo del matrimonio (ladri) progresista.
Y, ese a la reticencia del grupo Industriales de la UIA, que se rehusaba a sacarse la foto con los miembros de AEA, los dirigentes de ambas entidades almorzaron en la sede de la central industrial y coincidieron en transmitir un mensaje conjunto basado en la necesidad de garantizar mayor seguridad jurídica para el desarrollo de los negocios y el respeto por la propiedad privada. Pero el principal tema de discusión en ese encuentro fue la preocupación por el alza de precios, que ronda el 25% anual y "no se avizora una política antiinflacionaria", según el consenso de todos los presentes.
Buena la crónica de Francisco Olivera en el diario La Nación:
"Uno de los 15 no quería que sacaran la foto. No tuvo éxito; a regañadientes, aceptó. Todos sabían que desencadenaría la furia en la Casa Rosada. "Pero ¿cómo no vamos a sacar una foto? ¡La foto es marketing!", protestó otro. Representantes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y la Unión Industrial Argentina (UIA) posaron, entonces, delante de la cámara de aficionada de una empleada de la entidad fabril. Todo bien casero, bastaron dos clics. Y se difundió entonces la imagen de todos con un integrante que seguramente doblará la irritación: Héctor Magnetto, del Grupo Clarín.
Por bastante menos -el trascendido de un encuentro sin fotos con integrantes de AEA-, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, había suscitado meses atrás la furia de Néstor Kirchner y una andanada de críticas en medios de comunicación solventados por el Gobierno. Los empresarios se juntaron esta vez para hablar sobre sus preocupaciones de siempre y difundieron un comunicado en el que expresaron, entre otras cosas, que "un marco institucional republicano sólido, la seguridad jurídica, reglas de juego estables y previsibles y el pleno respeto por la actividad privada son condiciones indispensables para un desarrollo sostenido y continuado que incluya a todos los argentinos".
Estaban, además de Magnetto, Paolo Rocca (Techint), Enrique Cristofani (Santander Río), Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó), Carlos Miguens (Sadesa), Héctor Méndez (UIA), Cristiano Rattazzi (Fiat), Federico Nicholson (Ledesma), Adrián Kaufmann (Arcor), Jorge Sorabilla (TN Plátex), Daniel Funes de Rioja (Copal), Luis Betnaza (Techint), José Ignacio de Mendiguren (UIA), Miguel Acevedo (Aceitera Gral. Deheza) y Jaime Campos (AEA).
Faltaron Luis Pagani (Arcor), obligado a ausentarse por la muerte de su suegra, y Osvaldo Rial (Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires), que había confirmado pero se excusó a último momento. Por descuido, el dirigente bonaerense figuraba anoche en la lista del comunicado.
Fue un almuerzo de dos horas en la UIA, pactado varias semanas antes. Tarteleta de salmón de entrada, carne de segundo plato, helado con crema y frutos rojos de postre y un clásico de los mediodías festivos fabriles: malbec Nieto Senetiner. Se habló de todo y el más duro fue Magnetto, que se refirió a las formas "autoritarias" del Gobierno. Cuestionó el estilo, que juzgó "complicado", y pronosticó que no cambiaría.
"Una provocación"
Con la difusión se buscó mostrar un frente unido. "Fue una foto que habla", relató después a este diario uno de los asistentes. La imagen-símbolo podría entenderse sólo con volver algunas semanas en el tiempo: el Gobierno viene de intentar, con éxito acotado, que varias empresas abandonaran AEA para hostigar a Magnetto. Lo que hace tres años habría sido un éxodo se redujo esta vez a cinco compañías: Loma Negra, Petrobras, Grupo Plaza, Gas Natural BAN y SanCor. "Hace dos meses querían vaciarnos; claramente, esto fue un respaldo", se entusiasmaron ayer en la entidad.
Venían de discutir mucho dentro de ambas agrupaciones. En la UIA, durante dos reuniones de junta y comité directivos. En AEA, entre miembros que juzgaban "una provocación" dar a conocer este encuentro. Sobre el final, Miguens dejó una propuesta: la conformación de una supraentidad que agrupara a la UIA, AEA y otras. Como ocurre, dijo, con la federación gremial de la industria de Chile (Sofofa) y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Miguens propuso que fuera la UIA la convocante. Una idea que tranquilizó a industriales que se habían molestado momentos antes, cuando Rattazzi deslizó que en la central fabril había dificultades para ponerse de acuerdo.
Bagó agregó que el proceso de unión de los empresarios sería inevitablemente largo y que no había que crear falsas expectativas, sino darle tiempo. Acevedo fue crítico, como lo había sido un día antes en un foro industrial de Córdoba, y Mendiguren agregó que había que "manejar los disensos", concepto celebrado por Bagó. Cristofani prefirió no hablar.
La charla tuvo un espectro temático amplio. La crisis energética, la inflación, los reclamos salariales, la presión impositiva. Dos asistentes advirtieron sobre la necesidad de evitar que la Argentina vaya "al chavismo".
"Yo sé que a más de uno esto le va a pegar en el hígado, pero no puede ser que en la Argentina una foto nos ponga en las tapas de los diarios", admitió a LA NACION uno de los presentes. El primer efecto hepático pareció caer ayer sobre la ministra de Industria, Débora Giorgi, que cuestionó públicamente a los foros de la UIA e IDEA de esta semana. Casi seguro habrá nuevos mensajeros del humor de la quinta de Olivos."

Dejá tu comentario