COMERCIO EXTERIOR

Pese al Super Real, aumenta el déficit con Brasil

En Brasil hay un Super Real, resultado de una sobrevaluación de la moneda de ese país. Pese a esa situación, el déficit comercial argentino ante Brasil ha crecido 358% interanual, demostración de que la industria brasileña tiene mayor competitividad 'sistémica' que la industria argentina.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Ecolatina). Según estimaciones de la OMC (Organización Mundial de Comercio), el volumen comerciado globalmente en 2010 crecerá 13,5% i.a., recuperando el terreno perdido el año pasado (-12,2% i.a.). En el plano comercial son los emergentes quienes lideran el repunte de las transacciones internacionales, tal como sucede con el crecimiento mundial.
 
A nivel local ocurre algo similar, ya que se espera que las cantidades exportadas e importadas este año superen incluso los niveles de 2008 (récord previo). Además, la fortísima suba de las cotizaciones agrícolas de los últimos dos meses ha sido muy favorable para potenciar el ingreso de dólares de la cosecha.
 
De esta manera, el valor las exportaciones e importaciones se ubicará apenas por debajo de 2008 (mayores cantidades y precios levemente menores). Dado que las compras externas están creciendo a un mayor ritmo que las ventas al extranjero, se estima que el saldo comercial del año se ubique por debajo de los valores de 2009, entre US$ 13.500 millones y US$ 14.000 millones.
 
Ahora bien, si se desagrega el superávit en los grandes rubros económicos, se puede observar que la reducción del superávit responde al creciente déficit industrial.
 
Con el detalle de información disponible hasta agosto, se observa que el rojo de las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) alcanzó US$ 15.200 millones, aumentando más de US$ 6.000 millones respecto de los primeros ocho meses del año anterior (US$ 9.150 millones).
 
Pero el superávit acumulado de Productos Primarios en dicho período pasó de US$ 5.600 millones en 2009 a US$ 10.400 este año. Esta excelente performance se explica por la histórica cosecha de soja de la campaña 2009/10, que superó largamente el resultado del ciclo anterior (fuertemente afectado por la sequía).
 
Por otra parte, en los primeros ocho meses del año el saldo de Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) alcanzó un superávit de US$ 13.200 millones, apenas por debajo de los niveles de 2009. Las exportaciones del rubro no pudieron crecer más por la restricción de China a la compra de aceite de soja local. De todas formas, se espera un mayor dinamismo del rubro en lo que resta de 2010 por la suspensión de esa medida.
 
Por último, el superávit de Combustibles y energía continúa achicándose: entre enero y agosto acumuló sólo US$ 850 millones. Esta cifra representa una contracción de 15,5% en relación al obtenido en similar período del año pasado.
 
En síntesis, tras un 2009 donde se redujo el excedente de Productos primarios (por la sequía) y también el rojo industrial (por la recesión y las trabas aduaneras), vuelve a operar el patrón observado en 2007 y 2008. El aumento del déficit en las MOI y el menor el saldo de Combustibles es compensado parcialmente por el incremento del excedente en los Productos Primarios.
 
Si bien la suba de las cotizaciones agrícolas es un beneficio del actual contexto mundial, preocupa que este año el déficit industrial alcance nuevamente un nivel cercano al de 2008 (US$ 24.200 vs. US$ 26.600 millones).
 
Aprovechar el viento de cola externo es importante, pero se debería seguir apostando a la especialización en actividades que sumen mayor valor agregado (MOA y MOI). 
 
Además, los problemas en la oferta energética deben comenzar a revertirse para no agregar restricciones a la producción y condicionar la inversión.
 
Se profundiza el déficit con Brasil
 
La recuperación del comercio exterior también se puede apreciar en el intercambio con Brasil, país que explica un cuarto de la corriente comercial  total de la Argentina. 

Las exportaciones hacia ese destino ya superan el récord previo de 2008 y las importaciones desde ese origen se ubican levemente por debajo de la marca alcanzada ese mismo año.

 
Sin embargo, con el crecimiento del comercio bilateral volvió el déficit que se registraba en los años previos. El rojo acumulado con el principal socio del Mercosur al octavo mes del año es casi US$ 1.400 millones superior al saldo negativo registrado en el mismo período de 2009. Visto de otra manera, el déficit con Brasil aumentó 358% i.a.
 
A diferencia del resultado global del comercio argentino, el incremento del superávit con Brasil registrado en productos primarios y manufacturas agropecuarias fue insignificante frente al aumento del déficit en el rubro industrial.
 
El desequilibrio en la MOI se intensificó en los últimos meses pues las importaciones argentinas crecieron a un ritmo superior que las exportaciones hacia Brasil. Mientras que en el período acumulado a agosto las ventas argentinas hacia aquel destino aumentaron 35% i.a., las compras del país en el vecino mercado exhiben una suba de 52% i.a.
 
De hecho, a principios de 2010 el saldo comercial entre los dos países estaba prácticamente equilibrado. Pero en la actualidad el déficit mensual es superior a US$ 400 millones y se estima que continuará empeorando: el crecimiento de la economía argentina demanda insumos industriales brasileños en una proporción mayor que la evidenciada en la relación inversa.
 
Para el cierre de 2010 el déficit total con Brasil se ubicará en torno de US$ 3.500 millones (US$ -500 millones en 2009 y US$ -4.700 millones en 2008) incluso con la demanda externa fortalecida por la fuerte revaluación del Real.
 
En las últimas reuniones oficiales para supervisar el intercambio entre ambos países se puso en marcha un programa de integración productiva, que inicialmente atenderá a sectores definidos como estratégicos, tales como de línea blanca, madera y muebles, autopartes y maquinaria agrícola, entre otros. Asimismo, se dio marcha a la conformación de un fondo para financiar proyectos integrados.
 
Estos son los primeros signos de una política tendiente a equilibrar el comercio con un país con el que se espera conformar un mercado común. La nueva fase de crecimiento en ambos países reabre la discusión para lograr ese objetivo.

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