Videos 1 y 2: El actor porno que quiere ser DJ

Cercano a los 40 años, Nacho Vidal, uno de los actores porno 'top' del mundo', intenta reconvertirse a DJ. No le resulta nada fácil porque parece muy encasillado en lo del porno, pero el hombre lo intenta.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Nacho Vidal nació en Mataró, Barcelona, 30 de diciembre de 1973, y lo bautizaron Ignacio Jordà González.
La familia pasó del todo a la nada a causa de la crisis del petróleo de mediados de los '70, en una adolescencia pobre coqueteó con todo tipo de drogas, y se alistó en la Legión Española, en Melilla.
A los 21 años se hizo actor porno en la sala Bagdad de Barcelona, a la que acudía a realizar espectáculos pornográficos con su novia para intentar que ésta dejara el mundo de la prostitución.
Nacho conoció al director del Festival de Cine Erótico de Barcelona, José María Ponce, quien consideró el grosor y la longitud del pene del aspirante.
Más tarde fue el discípulo del mítico Rocco Siffredi, quien lo llevó a Hollywood en 1998.
1.500 películas después, en 2004 llegó a actor de cine porno más importante del mundom conocido por el tamaño de su pene y por la agresividad que suele demostrar en sus películas.
Pero el 31 de mayo de 2005 anunció su retiro del cine porno, por su compromiso matrimonial con la modelo colombiana Franceska Jaime.
Pero la historia no anduvo e intentó regresar al porno; entonces se planteó intentar una reconversión laboral, y así le echó el ojo a ser DJ.
Durante el fin de semana 'pinchó discos' en la discoteca Ku, de Benidorm, en el Electrobeach; y en Alicante lo entrevistó Miquel Hernandis para el diario El Mundo, de Madrid:
-¿Por qué se hizo DJ?
-Cristian Varela, que era mi fan Nº1 -incluso su sello se llama Pornographic Records- me dijo un día que en lugar de ir de Mickey Mouse a las discotecas, que es lo que querían que hiciera, que aprendiera a pinchar, que si desde los 14 años iba de fiesta, y luego he estado en los mejores clubes del mundo y entiendo de música, podría hacerlo. Fuimos a una tienda y me compré todos los cacharros que me iba diciendo y así empecé hace siete años. Me tomé dos años sabáticos en los que lo único que hacía era pinchar por las mañanas y luego estar con mis perros y caballos. Y así estuve practicando con mis vinilos hasta que no tuve miedo de que me señalaran con el dedo diciendo mira lo que hace este que no tiene ni idea.
-Aparte de Varela, ¿quién más le apoyó al principio?
-Después de Cristian, estuvieron César del Río y Raúl Ortiz. He tenido la suerte de cruzarme con gente que era fan y me ha ayudado mucho. Por ejemplo, cuando Ortiz ganó el premio Dj Award al mejor discjockey en España yo estaba en la sala, y él no lo sabía, pero me lo dedicó, «al puto amo que es Nacho Vidal», dijo. Luego coincidimos y hubo muy buen rollo, así que se convirtieron en los dos pilares en los que me apoyé en los inicios.
-¿Se sentía un intruso en el mundo de la música?
-Nunca he querido ser un intruso. Y no soy mejor o peor, soy uno más. Sé que hay millones de dj que se merecen más que yo estar en elcartel de un festival como este. Pero uno se aprovecha de lo que tiene; en mi caso, de mi nombre.
-¿Y ha tenido problemas por eso?
-La rabia, la envidia, siempre están a la orden del día. No soy peor dj por llamarme así. Llevo siete años en la música y me merezco un respeto. Aquí al final se trata de hacer que la gente baile. No hay nada más profundo. Luego si quieres ser productor ya es otra cosa, pero mi trabajo es que la gente se lo pase bien, aunque al final siempre me lo acabo pasando mejor que ellos. Como siempre, uno no es profeta en su tierra. Jennifer López y Beyoncé se pasan a hacer cine y nadie se para a decir qué hacen éstas aquí, lo que prevalece es la persona. Aquí en España pasa mucho que si eres actor no puedes ser cantante, pero si tienes dos brazos y dos piernas, uno puede hacer lo que quiera si lo hace profesionalmente. Tengo muy claro que es muy fácil hacer coña de mí: «¿Qué hace éste? ¿Va a pinchar con la polla?». Y los primeros diez minutos están a la espera de ver cómo la cago, pero luego se preguntan de dónde saco la música. Con 36 años que tengo, me quedo con lo bueno y para mí es que bailen las nenas. Si no haces que bailen, mal. Ese fue el primer consejo que me dieron. Y el que procuro seguir.
-¿Qué estilos le gustan para sus sesiones?
-Pongo desde techhouse con cumbias de fondo a un electrominimal más oscuro... La suerte que tengo es que mis amigos dj me regalan música diferente que yo luego escucho y voy eligiendo y que guardo en mi maleta. Nunca me preparo las sesiones, elijo la música de esa maleta y lo importante es pasárselo bien. Las envidias son muy malas y como digo, al final todos dormimos estirados.
-¿Y en este tiempo cuáles han sido los mejores lugares en que ha estado?
-Uno de ellos es un club que se llama The End que está en el ático de un hotel de Bogotá y que es el único de la capital al que le permiten cerrar al mediodía. La fauna local que trae es muy guapa. Hace poco en Ibiza, en Supermartxe, fue atroz, pinchando ante 10.000 o 12.000 personas, que levantabas la mano y te copiaban, te tocabas la oreja y lo mismo, eso fue atroz. Estos son donde mejor lo he pasado, pero yo me lo paso bien en todos los lados porque es lo que me gusta.
-Contaba antes que con 14 años ya salía, ¿qué recuerda de aquella época de Valencia?
-Yo tenía un chalet en Ribarroja al lado de Don Julio y allí los domingos acabábamos cien personas bailando. También era asiduo de Barraca, de ACTV, de Chocola no tanto, de Villa Adelina...
-Ahora todo eso desapareció.
-Ha pegado un cambio de la hostia. En los 80 y hasta el 94 Valencia era la capital de la música.
-Y ¿cuál es la situación en Ibiza, donde ha vivido tanto tiempo?
-En Ibiza también ha cambiado mucho. Ha pasado de costar 5.000 pesetas la entrada en los 90 a que ahora sea gratis hasta las 2 de la mañana. Y el público que va lo hace con las chanclas y con el bañador de la playa, es muy cutre. Antes todo eso se cuidaba mucho, ahora se está perdiendo el norte. Quizá Pachá sea de las que aguanta la calidad.
-De todos los clubes del mundo ¿a dónde enviarías alguien que buscara una buena fiesta?
-En Tailandia, en mitad de la nada, te pueden llevar en un cochecito por la selva y encontrarte de repente un lago con 3.000 personas bailando. Las fiestas de la luna llena que hacen están muy bien, en Ibiza, en algunas islas de Brasil, hay mucha fiesta.
-¿Qué puede esperar el que vaya a verte pinchar?
-Querrás decir qué no puede esperar. Danny Fiddo, residente en Barraca me acompaña y estamos dispuestos a darle la vuelta a la cabina. Está prohibido aburrirse en mis sesiones. En ellas podrás encontrar cero guarreo, porque cuando sales de fiesta de verdad lo único que piensas es en bailar. Si estás en la barra y te paras a mirar el culo de las chicas que pasan, es que la música no es buena, la fiesta no vale. Además el pedo con sexo a mí no me vale. Hay fiestas a las que vamos a guarrear, porque yo me apunto a todo, pero eso es porque la música es muy comercial o mala. Así que lo siento por los que vayan para echar un polvo, que lo hagan antes, porque esto es para bailar. Para eso es a lo que bajo este fin de semana a Alicante.

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