Asesinato de Kennedy: La historia del film de Abraham Zapruder

El asesinato de John Fitzgerald Kennedy en Dallas, Texas, el 22 de noviembre de 1963, sin dudas representó uno de los momentos más trágicos de la historia de USA. El video de Abraham Zapruder capturó los hechos y ganó su propio peso en la historia: sus derechos de publicación fueron vendidos por su dueño a US$ 150 mil. Oliver Stone pagó US$ 85 mil por pasar unos pocos segundos de la película en su film JFK.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - La historia de Abraham Zapruder y su filmación sobre la muerte de JFK es relatada en el blog Fronteras por Diego González.
"Abraham Zapruder era un estadounidense nacido en Ucrania en 1905. El día 22 de noviembre de 1963, aproximadamente a las doce y media de la mañana, se encontraba en la Plaza Dealey de Dallas, Texas, a punto de ser testigo de uno de los acontecimientos más trascendentes en la historia de los Estados Unidos, aunque eso él aún no lo sabía. La mañana del día en que su apellido pasaría a la historia, había decidido ir a ver pasar la comitiva del presidente John Fitzgerald Kennedy por el centro de su ciudad. Su secretaria le sugirió llevarse la cámara de vídeo, una Bell & Howell cargada con película Kodachrome de 8 milímetros, y así lo hizo. Había comprado la cámara un año antes, en noviembre del 62. En la cinta que llevaba cargada se podían ver escenas familiares, como un nieto de Zapruder cavando un hoyo junto a un árbol. Abraham Zapruder acudió a la Plaza Dealey, se situó en un pequeño montículo de hierba situado al norte de la plaza, junto al recorrido del presidente Kennedy, y esperó. Para comprobar que la cámara funcionara correctamente, grabó varios segundos de metraje de prueba, incluyendo unas imágenes de su empleada Marilyn Sitzman. Cuando vio al coche acercarse, comenzó a grabar de nuevo. Estaba a punto de pasar a la Historia.
A la misma hora en que Zapruder conectaba su cámara para grabar el paso del presidente Kennedy el número del 29 de noviembre de la revista Life se estaba imprimiendo en Filadelfia, Los Ángeles y Chicago. Pocos minutos después el editor jefe ordenó nada menos que parar las máquinas, lo que le costó más de un millón de dólares de la época a la revista. Según comentaron después, fue el millón de dólares mejor gastado de la historia. En Dallas, a las 12:29 de la mañana hora local, la comitiva presidencial, formada por seis vehículos, incluído el Lincoln del 61 en el que viajaban los Kennedy, entró en la Plaza Dealey. Unos segundos antes Nellie Connally, por entonces esposa del gobernador de Texas, y que iba sentada delante de Kennedy, se giró y le comentó "Señor Presidente, no puede decir usted que Dallas no le quiere". Kennedy asintió. La muchedumbre aclamaba al presidente. En ese momento, Lee Harvey Oswald, un antiguo marine que había desertado a la URSS, vivido en Minsk y retornado a Estados Unidos cuatro años después, se encontraba en una ventana del sexto piso del Depósito de Libros Escolares de Texas, lugar en el que había comenzado a trabajar apenas cuatro días antes. Desde esa ventana se tenía una magnífica vista de la Plaza Dealey y, sobre todo, el coche del presidente Kennedy.
Habíamos dejado a Abraham Zapruder comenzando a grabar con su videocámara casera. Lo que grabó es conocido por todos. Exactamente a las doce y media de la mañana tres disparos rasgaron el aire de Dallas. Uno se perdió en la plaza, otro hirió de gravedad tanto al presidente Kennedy como al gobernador Connally y el tercero y definitivo le voló la cabeza al presidente. La grabación de los hechos hecha por Zapruder muestra como Jacqueline Kennedy se lanza a la parte trasera del coche. Lo que hace es recoger trozos de la cabeza de su marido; segundos después exclamará "¡Tengo su cerebro en mis manos!".  La descripción de los hechos en la investigación posterior especifica qué y quién resultó manchado por la sangre y los trozos de cráneo del presidente. Todos los ocupantes del coche y dos motoristas que se encontraban junto al vehículo aparecen en ella. El coche de Kennedy se lanzó a la carrera hacia el hospital más cercano (Parkland Hospital), donde llegó 8 minutos después. El equipo médico que atendió al presidente calificó su estado como irreversible desde el principio, y declaró su muerte apenas veinte minutos después, a la una en punto de la tarde. El disparo había sido mortal de necesidad.
Volvamos a la Plaza Dealey. Inmediatamente después de escucharse los disparos la confusión se apoderó del lugar. Algunos espectadores se tiraron al suelo, otros salieron corriendo, y uno de ellos resultó herido en la mejilla por un pequeño guijarro, presumiblemente un trozo de cemento arrancado por el disparo que se perdió. Varios testigos apuntaron inmediatamente al Depósito de Libros Escolares de Texas como el lugar desde el que provenían los disparos. Uno de los testigos pudo dar una descripción del autor de los disparos, que fue radiada a todas las unidades de la policía de Dallas apenas quince minutos después de los hechos. Abraham Zapruder, confuso y en estado de shock, regresó a su oficina. Por el camino se encontró a un reportero del Dallas Morning News, que le puso en contacto con los servicios secretos. El reportero, Zapruder y un agente del servicio secreto se dirigieron a una emisora de televisión local a revelar la película que había grabado, con la intención de entregarla a las autoridades que comenzaban ya la investigación del asesinato.
El asesinato de Kennedy tuvo un impacto brutal en todo el país y en gran parte del planeta. Como sucedió 38 años después con los atentados del 11 de septiembre todo el mundo recuerda qué estaba haciendo cuando se enteró de que Kennedy había muerto. Es interesante estudiar la difusión de la noticia en los medios norteamericanos. Apenas habían pasado seis minutos de los disparos cuando la cadena de radio ABC interrumpió su programación para anunciar tres disparos contra la comitiva presidencial, sin especificar más. En Dallas, tres minutos después, la KILF emitía una canción bastante ñoña de The Chiffons, I Have a Boyfriend, que fue interrumpida para emitir un escueto comunicado en el que se anunciaban informaciones no confirmadas de tres disparos contra la comitiva presidencial. La CBS fue la primera cadena de televisión nacional en interrumpir su programación. Un episodio de As the World Turns (serie que todavía sigue emitiéndose) fue cortado abruptamente para dejar paso al conocido periodista Walter Cronkite, que a las doce y cuarenta minutos anunció que el presidente había sido herido de gravedad, dando detalles como que Jackie Kennedy había gritado "oh, no". Ese boletín y otros dos más fueron emitidos sin imagen, dado que no había ninguna cámara preparada para la emisión. La NBC y la ABC siguieron sus pasos pocos minutos después.
A todo esto, Zapruder seguía en la WFAA, la televisión donde habían llevado la película del asesinato para su procesamiento. Como allí no disponían del equipo para revelarla, la enviaron finalmente a un laboratorio de la Kodak, y, una vez revelada, a un estudio para realizar copias. En total se realizaron tres copias de la película; dos se las quedaron los servicios secretos y la tercera, junto con el original, el propio Zapruder. Mientras esperaban a las copias Zapruder fue entrevistado en directo en la propia emisora; describió lo que había visto, y terminó diciendo "terrible, terrible". Allí le preguntaron sobre su película, y confirmó que lo había grabado todo. Quizás por eso esa misma noche un editor de la revista Life se puso en contacto con él; acabaría comprándole los derechos de emisión del vídeo (pero no su propiedad) por 150.000 dólares de la época, una auténtica fortuna. Zapruder, que la misma noche del asesinato soñó con una Times Square en la que se anunciaba el vídeo con el titular "vea cómo explota la cabeza del presidente" puso como condición que el fotograma 313 del vídeo, justo el momento en el que la última bala atraviesa la cabeza del presidente, no fuera mostrado nunca.
A la una de la tarde todos los medios de comunicación del país habían anunciado el atentado, pero la muerte de Kennedy tardaría media hora más en ser oficialmente anunciada. La avalancha de rumores fue enorme durante todo ese pequeño periodo, algo lógico teniendo en cuenta la enorme magnitud de la noticia. Los periodistas destacados en Dallas buscaron fuentes que les pudieran informar del estado del presidente entre el personal del hospital o los empleados de la Casa Blanca desplazados a Dallas. Un corresponsal de la CBS habló con el sacerdote que le dispensó la extrema unción a JFK y fue el primero en confirmar la noticia: Kennedy había muerto. En Nueva York, Walter Cronkite anunció el fallecimiento del presidente instantes antes de que lo hiciera el secretario de prensa de la Casa Blanca en el hospital de Dallas. El periodista que anunció la muerte de Kennedy tenía 32 años y se convirtió en una estrella de la cadena CBS hasta su salida de la empresa nada menos que 43 años después, en 2006. Su nombre era, y es, Dan Rather. A partir del momento en el que se confirmó la muerte de Kennedy todas las emisoras cancelaron su programación habitual y comenzaron una maratón de casi cuatro días en los que únicamente emitieron información del asesinato, sin publicidad. Es algo que nunca había sucedido y que no volvería a suceder hasta el 11 de septiembre de 2001.
Abraham Zapruder donó 25.000 dólares (el primer pago de la revista Life) a la viuda de J.D. Tippit, un policía local de Dallas de 39 años que fue asesinado por Oswald durante su huída del lugar de los hechos (no llegaría muy lejos; fue detenido media hora después de la muerte de Tippit, y apenas hora y cuarto después de matar a Kennedy). La revista Life publicó treinta fotogramas en blanco y negro del vídeo de Zapruder en su edición especial del 29 de noviembre. Vendieron lo que no está escrito; aquellas imágenes eran casi las únicas que mostraban los instantes anteriores y posteriores del asesinato. Zapruder declaró en la Comisión Warren, la encargada de investigar la muerte de Kennedy, y regresó al anonimato. Murió de cáncer siete años después de los hechos que le lanzarían a la fama.
El vídeo, que ahora se puede ver en Youtube de cien formas distintas, no pudo verse de manera publica hasta 1968, cuando una copia de enésima generación fue utilizada durante el juicio contra Clay Shaw por conspiración para matar al presidente (fue absuelto). Copias de ese vídeo (de muy baja calidad) comenzaron a circular entre los periodistas especializados y dieron origen a algunas teorías de la conspiración sobre el asesinato. Sin embargo, no fue hasta 1975, doce años después de los disparos de la Plaza Dealey, cuando el vídeo fue emitido por primera vez en televisión. En 1991 Oliver Stone pagó 85.000 dólares a los herederos de Zapruder por la inclusión de unos pocos segundos del film en su película JFK. La propiedad de la película original acabó en manos del gobierno estadounidense, mientras que el copyright fue donado al Sixth Floor Museum (Museo del Sexto Piso), un museo situado en el mismo edificio desde el que Oswald disparó contra Kennedy. La pesadilla que tuvo Abraham Zapruder se convirtió finalmente en realidad; el mundo entero puede ver, a cualquier hora del día o de la noche, cómo le explotó la cabeza a Kennedy".

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